Sus padres de origen ruso y rumano llegaron a principios de siglo y se conocieron en la provincia de Córdoba, donde tuvieron tres hijos. Fanny Jabcovsky –más conocida como Fanny Edelman- nació en la ciudad de San Francisco en 1911 y cursó la escuela primaria en dicha localidad. De familia humilde, el padre trabajaba de telegrafista, comerciante y cosía junto a su madre para contribuir con las necesidades del hogar. Esta situación llegaría al límite cuando pierde el trabajo de telegrafista en Córdoba y decide mudarse a General Belgrano en la provincia de Buenos Aires. A pesar de tener ascendencia judía, conoció más a fondo el rito cristiano ya que en el último año de la escuela se hizo amiga de una compañera católica que tocaba el órgano en la Iglesia, y que compartían el gusto por la música.
Luego de mudarse la familia a la ciudad de Buenos Aires, Fanny ingresa al Conservatorio Nacional para continuar sus estudios en música e investigación folklórica. A todas sus lecturas de la literatura universal y marxismo, heredadas por el interés paterno en las cuestiones, surgen los primeros recuerdos que marcan su subjetividad, y uno de ellos es la participación de los padres en 1921 en la campaña de ayuda a los hambrientos del Volga. De ahí en más, su hogar siguió las luchas populares como propias y los padres la llevaban a actos y mítines. A pesar de haberle preocupado las cuestiones sociales, no pudo estudiar ya que debió cederles el lugar a sus hermanos varones, como ocurría en la mayoría de los casos como un mandato más de la opresión que debían vivir las mujeres a principios de siglo. A los 14 años comienza a trabajar en un taller textil y lo seguirá haciendo como maestra de música ayudando a su familia, pero sin perder de vista las cuestiones sociales y lo que comenzaba a ocurrir con el golpe de Estado de 1930 de la mano del General Uriburu.
Fanny comienza a reunirse con un grupo de intelectuales de izquierda y en 1934 se afilia al Partido Comunista. Ya como militante, ayudó a numerosos presos políticos participando en la organización Socorro Rojo Internacional.
En 1936 contrajo matrimonio con el periodista Bernardo Edelman, de quien adoptó su apellido. Un año después participó en las Brigadas Internacionales junto a más de medio millar de argentinos que apoyaron a la República Española en la guerra civil. Tras el avance de las fuerzas fascistas, debió huir hacia Barcelona para luego regresar a Argentina en mayo de 1938.
Posteriormente, Fanny participó en otras campañas internacionales, como la de la Unión Soviética durante la Segunda Guerra Mundial, en China, Portugal, Nicaragua, Vietnam y el apoyo al gobierno de Salvador Allende en Chile.
Fanny en España
A fines de año se casó con su compañero Bernardo después de participar en una gran huelga del gremio de la construcción y de las incipientes colectas a favor de la República Española. Luego no hubo descanso, ya que aparte de la reciente FOARE (Federación de Organizaciones de Ayuda a la República Española), en marzo de 1937 crearon el Comité Pro Huérfanos de España, que contaba con 150 comités. Fanny lo recuerda como: “...la primera organización femenina de masas que irrumpió en el escenario político del país...” Pero a medida que varios compañeros partían para España, les surgió el ímpetu de entregarse a la causa pero en tierra española. El pasaje de Bernardo lo pagó la Federación Obrera de la Construcción, y el de Fanny las colectas de amigos y con sus propios ahorros. Ya llegados a España en septiembre de 1937 con otros camaradas, Bernardo se dedicó a pasar notas a los periódicos para los cuales trabajaba como “La Nueva España”, y a Fanny la asignaron al Socorro Rojo para trabajo de intendencia detrás de las trincheras donde tuvo trato con Lister, Modesto y El Campesino.
El recuerdo del heroísmo y sacrificio de centenares de soldados, en la batalla, bajo el frío, y su relación con Matilde Landa, Tina Modotti, Miguel Hernández que iba a relatar poesía al frente de batalla, Rafael Alberti con las campañas de alfabetización para soldados y campesinos, y Antonio Machado quien colaboró con ellos durante la campaña de invierno. Todo ello formó un gran espíritu batallador. Los compañeros de las Brigadas Internacionales, muchos de ellos compañeros de Argentina como Emilio Cairo, Salomón Elguer, Belloqui y tanto otros, compartieron el mismo fervor y trabajo en tierra española.
Otro camarada nacido también en Córdoba en 1911 tuvo una de las actuaciones más importantes en la guerra española, lo llamaban Comandante Ortiz y su nombre era Benigno Moschfkowsky. Cuando en marzo el Ejército fascista dividió el territorio republicano, los Edelman viajan a Barcelona para continuar con sus tareas, aunque en abril debieron dejar España para volver a nuestro país. Desde Argentina había sido reclamado Bernardo por los dirigentes del Partido Socialista, y unos meses antes le llegaba la noticia a Fanny mientras estaba en Valencia, que su madre había muerto.
El regreso al puerto de Buenos Aires el 2 de mayo de 1938 en el barco Jamaique siempre es recordado con mucha pena por Fanny; ella hubiese querido quedarse “hasta el final” junto al pueblo español, pero otra etapa comenzaba ayudando desde el otro lado del Atlántico a la causa popular. La FOARE, El Comité pro Huérfanos Españoles y la Junta de Ayuda a las víctimas de la guerra española eran el hogar de Fanny durante mas de 10 horas por día, coordinando y manteniendo el esfuerzo cotidiano en la victoria y en la esperanza de salvar cada vez más vidas a la hora de asumir la derrota en marzo del '39. El camino de esta mujer había sido sellado a fuego por la experiencia española, y la tragedia personal sufrida por su compañero quedando parapléjico años después, no la apartó de las causas del pueblo.
Una vida dedicada a la lucha
Luego vendrían otras campañas internacionalistas, como la de la URSS cuando la Segunda Guerra Mundial, con China, Portugal, Nicaragua, Vietnam y el apoyo a Allende en Chile. Desde la Unión de Mujeres Argentinas, hasta la FEDIM (Federación Democrática Internacional de Mujeres) batalló por los derechos de las mujeres, y los trabajadores que soportaban el peso delas dictaduras nacientes en América Latina. En definitiva, no es casualidad que Fanny Edelman haya sido la presidenta del Partido Comunista Argentino como tampoco lo es que haya sido voluntaria en la lucha contra el fascismo.
A diferencia de lo que pensaron algunos, el modelo de estudio para la lucha revolucionaria tanto para el Partido Comunista, como para su juventud (la FEDE), nunca fue el foquismo o la vertiente guerrillera, sino la guerra civil española. La visión partidaria fue que el Frente Popular Español perdió el conflicto en 1939 por falta de oficialidad y suboficialidad dentro del Ejército Republicano, por lo que el estudio de la guerra civil y la preparación de cuadros fue una prioridad durante muchos años. Tampoco es casualidad que en los últimos años se hayan hecho tantos actos o aniversarios en relación con la República Española, las Brigadas Internacionales o el golpe de Estado de 1936 en España.
Federación Democrática Internacional de Mujeres
Luego de integrar el Comité Central de su partido, fue varias veces candidata a cargos legislativos nacionales, sin llegar a tener éxito. En 1972 luego del fallecimiento de Alcira de la Peña, asumió la conducción de la Federación Democrática Internacional de Mujeres, desde donde defendió los derechos de las mujeres y de los trabajadores ante el avance de las dictaduras militares en Latinoamérica.
Desde su cargo en la Federación Internacional de Mujeres, impulsó numerosas iniciativas que tuvieron resonancia, como el Año Internacional de la Mujer y encuentro de la ONU en Nairobi en 1975, que puso en la agenda mundial temas cruciales para la mujer.
Vivió activamente numerosas crisis internas de su organización; la mayor de ellas, en 1967, cuando gran parte de la juventud comunista siguió al disidente Otto Vargas y dio vida al Partido Comunista Revolucionario.
En su lucha por los derechos humanos, durante la dictadura Argentina de 1976-1983, presentó unos doscientos testimonios de familiares e víctimas de la última dictadura militar en el año 1978 ante la Comisión de Derechos Humanos de la ONU en Ginebra.
El 24 de febrero de 2011, con motivo de su cumpleaños 100, se le realizó un homenaje en el Teatro Nacional Cervantes, del que participaron diversas organizaciones sociales y figuras políticas.
Falleció en la Ciudad de Buenos Aires, el 1 de noviembre de 2011.
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