Luchino Visconti, un aristócrata muy marxista

El gigante Luchino Visconti di Modrone nace el 2 de noviembre de 1906, en Milán, Italia en el seno de una familia aristocrática, su padre era el conde de Lonate Pozzolo, título que posteriormente él mismo heredaría. Su infancia transcurriría en un entorno sofisticado, rodeado de obras de arte, música clásica y ópera, recibiendo una educación refinada, especialmente en el terreno musical. Sus padres frecuentaban amigos como el músico Arturo Toscanini, el compositor Giacomo Puccini o el escritor Gabriele D’Annunzio, todos ellos de marcadísima prédica fascista.

Desde su más tierna juventud, Luchino se vincula con el teatro La Scala de Milán, donde desarrolla y profundiza su pasión por la ópera, convirtiéndose posteriormente en un reconocido regisseur de ese género musical.

En 1935 se traslada a París, donde se vincula con el famoso cineasta Jean Renoir, colaborando en films de este último, como vestuarista y asistente de dirección.

En 1943, luego de años de aprendizaje en el mundo del cine, debuta a lo grande con Obsesión, film que inaugura el neorrealismo, claramente marxista en la concepción de la realidad y los problemas sociales –corriente de pensamiento a la que pertenecía Visconti–. aunque es una película imprescindible del movimiento neorrealista, aún sería germinal e iniciática a Roma, ciudad abierta, verdadera obra neorrealista.

Su segunda realización llegaría en 1948, después de la Segunda Guerra Mundial, con el film La tierra tiembla, financiada parcialmente por el Partido Comunista, era parte de un ambicioso proyecto que debía constar de tres entregas, que nunca se rodaron, La tierra tiembla es una auténtica obra maestra con actores aficionados sobre un pescador empobrecido que intenta sobrevivir a las condiciones paupérrimas de vida. Para ese entonces ya nos encontramos con un Visconti completamente comprometido con la lucha antifascista, social y con los sueños de la clase humilde y obrera. Más tarde llegarían; Noches blancas, Rocco y sus hermanos, El gatopardo, El extranjero, La caída de los dioses, Muerte en Venecia, Grupo de familia y Ludwig.




La efervescencia desatada por el neorrealismo se volvió tan popular que Visconti retrató en Bellísima, la fascinación por la fama, tema que no nos es ajeno en nuestros días. Anna Magnani personificaba a una madre obsesionada con que su hija trabaje en la industria del cine. El ciclo vibrante del neorrealismo termina con la legendaria Rocco.

Sería Senso (1954) el que marcaría un nuevo camino en su obra fílmica, adaptada de la novela del autor italiano Camilo Boito, esta versa sobre una aristócrata italiana, que se enamoraba de un militar enemigo del ejército austríaco. esta temática se convertiría en la más recurrente de su carrera, la decadencia de las clases poderosas y de la aristocracia, que muestran su cara más aberrante, la codicia y la insolidaridad como cuerpos sociales colaboracionistas con el enemigo.

El gatopardo (1963) considerado posiblemente su gran obra maestra, es una impecable adaptación de la famosa novela de Giuseppe Tomasi Di Lampedusa, con las participaciones de Burt Lancaster, Delon y Cardinale. Film sobre un príncipe empecinado en casar a su sobrino con una mujer de inmensa fortuna. Por esta película, Visconti ganó la Palma de Oro en Cannes.



Es en 1964 que Visconti conoce al austríaco Helmut Berger, estudiante de idiomas y aspirante a actor. Berger obtiene uno de los papeles más importantes de La caída de los dioses (1969), film que cuenta la vida de una familia acaudalada alemana cuyos miembros son seguidores del nazismo. Berger construyó un personaje perturbador de sesgo filo nazi y pedófilo.

Berger también protagonizó Ludwig (Luis II de Baviera) de 1973, sobre el monarca Luis II de Baviera. El film también contaba con la actuación de Romy Schneider, como la emperatriz Sissy.

Al parecer Berger, interpretaría al protagonista de Muerte en Venecia, adaptación de la novela de Thomas Mann, sin embargo sería el actor Bogarde, quien finalmente desempeñó el papel de Gustav von Aschenbach.

Visconti también fue un excelso director de teatro y sobre todo de ópera. Dirigió a grandes figuras como Maria Callas y fue el responsable de montajes de extraordinaria belleza como de "La Traviata", "Ifigenia en Táuride", y "Don Carlos", en varios teatros de Europa, pero sobre todo en La Scala de Milán, su ciudad de nacimiento.

A pesar de haber sufrido un ACV un accidente cerebral, el realizador pudo rodar dos películas, Confidencias (1974) nuevamente con Burt Lancaster y Helmut Berger, sobre un jubilado que aloja en su lujoso palacio a unos peculiares inquilinos y El inocente (1976).

Luchino Visconti muere en Roma, el 17 de marzo de 1976. Este hombre adhirió de forma irreductible al marxismo y de quien se dijo que a la temática social del cine de Rossellini, De Sica y otros maestros fue él quien le aportaba su delicadeza estética.

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