¿Un árbol menos hace la diferencia? El árbol y la vida
Vanesa Eliana Szczurowski
...Revertir el fuerte proceso de degradación, abandono y malas prácticas que hoy amenazan el valor del Parque San Martín como patrimonio ambiental, cultural y social, implica asumir que nos encontramos en otra situación excepcional, la del calentamiento global, las sequías prolongadas y la deforestación ...



PARQUES: Sistemas creados meticulosamente para la síntesis de estos dos elementos

El 4 de junio se festejó la conmemoración del día del medio ambiente, por ello este mes la nota ambiental es doblemente rica, analizaremos una problemática medular del cambio climático, algo que aprendimos desde pequeños…el árbol: su función, su relación con la supervivencia entera del planeta, su descuido.

No podemos olvidar que en materia ambiental existe el principio de progresividad y no regresión: esto significa que la normativa protectoria ambiental debe ir en avance es decir en mayor cobertura del cuidado y protección.

Esta entrevista mostrará dos perspectivas totalmente distintas, pero absolutamente enriquecedoras, desde Córdoba la mirada profesional con inspiración paisajística, cosmopolita e histórica, del brillante arquitecto Julio Rebaque, a lo que sumaremos una perspectiva profundamente comprometida técnica y práctica desde los ojos del ingeniero agrónomo Arnaldo Roatta, mendocino de pura cepa. Parte de los hombres y mujeres que luchan y se comprometen con el cuidado de la vida.

Una nota para poder ampliar los factores de análisis y comprender una problemática compleja con varias aristas, que nos involucra a todos y que llega a lo más profundo de quienes amamos huir en los veranos calurosos, hacia esos prados, encontrar su sombra, pasear por los túneles que se arman con las copas de los árboles, tirar mantas en el césped, sentir la brisa fresca en el rostro, noches con copa y vinito a cuesta o tardes de mate y fútbol… aunque la pelota pueda caer en la acequia y termine mojada…


Parque San Martín. Desde su génesis

Nos encontramos con Julio Rebaque de Caboteau, Arquitecto (UNLP), en Francia se formó en protección del Medio ambiente y estudios de paisaje, obteniendo posgrados como Magister en Urbanismo y especialista en conservación del Patrimonio.

Actualmente colabora en estudios de restauración de monumentos en París,trabaja en investigación y enseñanza de la Historia de la Arquitectura en la Universidad Católica de Córdoba, siendo autor de ponencias en eventos científicos sobre el Renacimiento, siglos XIX y XX. Contando con publicaciones de artículos y libros en co-autoría.

Integró el grupo de estudio sobre los parques de Thays a partir de su participación en la declaración como MHN del Parque Sarmiento de Córdoba; es Asesor honorario de la Comisión Nacional de Monumentos, de Lugares y de Bienes históricos, Profesor asociado FA UCC, y miembro del Consejo Asesor de Patrimonio de la Ciudad de Córdoba.

— Julio, su manejo de esta temática nos lleva a profundizar y genera algunas inquietudes, tenemos la certeza que usted podrá aclararnos algunos aspectos que no son tan conocidos. ¿Cómo definiría el contexto de ideas en el cual se crea el Parque San Martín?

— Desde mediados del siglo XIX, los movimientos de horticulturistas anglosajones impulsan la visión de los parques como pulmones necesarios a una evolución naturalista de las ciudades, orientada en términos de mayor calidad de vida y escenario de integración en las relaciones sociales.

Durante los trabajos de regularización urbana de París realizados durante la gestión del prefecto Haussmann (1853-1869), el aporte de la jardinería moderna francesa, tal como se la implementa en los servicios técnicos dirigidos por el ingeniero Adolphe Alphand, es concebir a los parques urbanos como ámbitos de solaz, de contemplación de una naturaleza recompuesta gracias a los avances de la Botánica y del saber agronómico, así como de goce estético por la diversidad de escenas pintorescas ordenadas a lo largo de los recorridos. Ese saber se difundió a nivel internacional a partir de la publicación de “Los Paseos de París” (1867), año en que Sarmiento acude a la Exposición Universal, donde el recién inaugurado Parque des Buttes-Chaumont despierta tanta admiración como el nuevo paisaje regularizado y su entramado de espacios verdes de distinta escala.

La síntesis entre las dos corrientes será realizada por Frederick Law Olmstead quien con su trazado del Central Park de Nueva York (1857) y luego con el sistema de parques de Boston, sitúa al parque como elemento ordenador mayor de la ciudad y donde el acceso al verde es equitativo. Las experiencias de Boston y de París son conocidas directamente por Sarmiento, pero ya en 1855 había definido un dispositivo innovador dentro de su ideario educativo que será central en su primer proyecto para Palermo, la Quinta Normal que crea en Santiago de Chile. En ella, los jardines de aclimatación y las quintas de experimentación agronómica muestran su preocupación por fomentar una cultura de la forestación, entendida como signo de modernización científica de lo agrícola.

El hecho de que desde Santiago haya incentivado por correspondencia al ministro de gobierno mendocino para crear otra Quinta Normal en Mendoza, enviándole un agrónomo francés para su cuidado, es el precedente que explica que 10.000 árboles de la primera campaña de plantación del Parque del Oeste hayan sido enviados desde la Escuela de Agricultura de Santiago de Chile.

En el caso de Mendoza, la creación del Parque del Oeste con diseño de Carlos Thays (1896), se revela como un estadío significativo en el desarrollo urbano sustentable, donde la transformación planificada de su entorno territorial apunta a instaurar la proximidad y beneficios de la Naturaleza, que sirve de amplia expansión vegetalizada de la ciudad nueva, generadora de humedad y salubridad del aire. Es interesante relevar cómo la idea del parque pulmón es enunciada por Thays en el texto del concurso de 1891 por el que accede al cargo de Director de Parques y Paseos de la Ciudad de Buenos Aires. Incluye así los conceptos de lo natural y lo higiénico: “los jardines urbanos públicos [...] han sido nombrados Pulmones de las Ciudades”, y luego detalla “los efectos químicos, climatéricos, higiométricos e higiénicos producidos por los vegetales, y también al de la influencia que ellos pueden ejercer sobre el moral del hombre”. Con el moral se refiere al buen ánimo, al bienestar.

—¿Se puede decir que hubo condicionantes particulares para crearlo?

— Sí, son en principio la de la regeneración de la forma urbana luego de las destrucciones causadas por el terremoto de 1861, y es conocido el proceso por el cual las preocupaciones higienistas marcaron la configuración de la nueva ciudad de Mendoza, a partir del desplazamiento de la capital hacia el Oeste.

La creación del Parque es indisociable de las medidas de saneamiento ambiental y sistema de captación de nuevas vertientes serranas que desde 1895 son tomadas por el médico higienista Emilio Coni, director de Salubridad, en un marco epidemiológico grave de difteria, cólera y sarampión. Estas medidas acompañan las decisiones de planificación del ministro de Obras y Servicios Públicos Emilio Civit, de consolidar el crecimiento urbano sobre terrenos pedregosos de pedemonte cuyos deslizamientos aluvionales debían ser contenidos por medio de la forestación.

El Parque aparece así con un rol ecológico de total adaptación al clima y de sabia adopción de modos de riego ancestrales, como entidad ambiental es el componente principal de una red de oasis dentro de la cuenca hídrica, vinculados por hijuelas, canales y acequias de riego que se integran al trazado del parque y lo irrigan tanto como el área central del organismo urbano. Dado la aridez del clima, sus 394 hectáreas se extienden en forma longitudinal como la planta de la ciudad y son tan extensas como la del entramado urbano, apareciendo como una barrera forestal cuyo fondo es la precordillera de los Andes. En una perspectiva positivista de continuo crecimiento, gracias al riego por acequias tendrían asegurada una densidad y perennidad de sus masas arbóreas que harían de barrera oxigenadora, humidificante y refrigerante a los vientos calientes y secos que bajan desde la cordillera a la ciudad.

—¿Qué representaba entonces la figura de Carlos Thays, y qué elementos de diseño paisajístico utiliza en sus parques públicos?

— Su historia y realizaciones no deben ocultar los estudios que realizó sobre la flora autóctona de nuestro país, su trabajo de aclimatación de especies provenientes de regiones del Noreste y Noroeste, y se puede afirmar que la diversidad vegetal argentina favorecieron la eclosión de otro pintoresquismo, que no imitaba sino que sacaba partido en cada sitio de sus conocimientos sobre paisaje adquiridos en el estudio parisino de Édouard André, autor de un Tratado de historia de los jardines, jardinero en jefe, paisajista y botanista apasionado. En el paisajismo argentino, hay un antes y después de Thays, y su impronta fue de las plazas a los parques y luego al importantísimo trabajo de arbolado urbano.

En cada uno de sus parques públicos, desde el primer Parque Crisol de Córdoba (1889, hoy Sarmiento) para el que fue contratado directamente en París, donde Thays dio respuesta a las potencialidades de los sitios naturales o los modeló para ordenar visuales o disponer puntos altos panorámicos hacia la ciudad o el gran paisaje, hay cuatro elementos característicos a destacar en su modo de construir paisajes con sentido artístico.

Uno es la diversidad en cuanto a la percepción de las agrupaciones vegetales, su predilección por los senderos elípticos que iban atravesando secuencias de paseo dentro de lo que llamó el estilo mixto, donde aliaba trazados regulares y ejes a estos otros más orgánicos y pintorescos, alternando bosquecillos y praderas.

Otro tan importante es la utilización del agua, no sólo en estanques y fuentes, sino como agua que discurre en riachos serpenteantes y pedregosos, recurso que retoma de su maestro André. En Córdoba, los rigores veraniegos lo obligan a utilizar por primera vez un sistema de acequias de riego, alimentada desde un Canal Maestro, que permite ordenar cascadas rústicas en las barrancas, riachos en los bosquecillos del Zoológico, y cuyo gran reservorio es el lago.

Un tercero es la configuración de ámbitos ordenados geométricamente alrededor de estatuas, como elemento central o focal en las perspectivas de la avenida central, en estanques, en fuentes.

Un cuarto es su gusto por el contraste de lo muy cuidado y de lo rústico, generalmente representado por sus senderos y escaleras de pequeños empedrados, la utilización de piedra local en muretes de contención cuando realizaba aterrazamientos, la fijación de taludes con estratos de arbustivas, que bordeaban igualmente los senderos.

—¿Cuáles son las cualidades ambientales y patrimoniales que caracterizan al Parque San Martín?

— Las más destacables son las que sólo se hallan en él, empezando por su escala importante en relación con la ciudad y su diálogo en cuanto a arbolado, y al trazado y ordenación del sitio, el gran eje de plátanos que se abre con los grupos escultóricos de los Caballos de Marly, y que en declive va ascendiendo hacia el foco imponente de la precordillera.

El primer estrato patrimonial es ese, el de los ámbitos donde la red de acequias se realizó con un cierto perfilado y empedrado que permitía el riego de los árboles y la absorción de humedad en suelos áridos para tener una cobertura herbácea, así como el notable trabajo de selección y aclimatación de especies realizados para responder a las necesidades de crecimiento de los árboles en bosquecillos y alineamientos. En esos estratos ya definidos antes de 1910 se destacan el Rosedal, el Lago, la sección dedicada a la producción de árboles frutales y el Cerro del Pilar, hoy Cerro de la Gloria, se agregan en 1940 los más rústicos diseñados por el arquitecto Daniel Ramos Correas para ordenar perspectivas, crear el Anfiteatro y otras ampliaciones que redundaron en una depuración formal. Cuando en los parques de Thays se depuran las construcciones, la esencia se revela con más evidencia, son las masas arbóreas con su densidad óptima y la operatividad de todos los saberes técnicos y especialidades que intervienen en la gestión de un organismo vivo.

Revertir el fuerte proceso de degradación, abandono y malas prácticas que hoy amenazan el valor del Parque San Martín como patrimonio ambiental, cultural y social, implica asumir que nos encontramos en otra situación excepcional, la del calentamiento global, las sequías prolongadas y la deforestación. Que el conjunto de la sociedad mendocina tome conciencia del rol de moderador climático que aseguraba la masa verde del Parque, y de la pérdida paisajística y ecológica que implican sus árboles secos por falta de riego, enfermos o talados será el primer paso para reactivar mecanismos de compromiso de salvaguarda, recuperando el rol de los saberes específicos a través de la formación y de los proyectos concertados para su restauración, mantenimiento y replantación.

— Muchas Gracias Julio! En especial por permitirnos dimensionar la minuciosidad de cada detalle en la creación de cada parque y en especial de esta joya mendocina, producto de un arduo trabajo.



Mendoza ciudad Verde ¿O ciudad Gris?

Arnaldo Roatta es Ingeniero agrónomo, título otorgado por la Facultad de Ciencias Agrarias de la UNCuyo. Se desempeñó profesionalmente como Técnico en Paseos Públicos y Arbolado de la Municipalidad de Mendoza. Técnico en la ex Dirección Agropecuaria para la elaboración de la carta edáfica de la Provincia de Mendoza. Jefe del Vivero Forestal de la Dirección de Recursos Naturales Renovables. Técnico de la Administración de Parques y Zoológico de Mendoza y ha realizado proyectos y ejecución de mejoras en el bosque del Cerro de la Gloria y Zoológico.



— Buenos días Arnaldo: sabemos de su experiencia en trabajos de parques y zoológicos por más de 25 años, es por eso que queremos que nos aclare algunas dudas. Me he tomado el atrevimiento de pedirle una cita para caminar con usted por algún parque mendocino y creo, que todos los mendocinos quisiéramos ahondar en algunos temas. ¿Usted en un momento se refirió al parque general San Martín como el aire acondicionado de Mendoza a qué se refiere con esta comparación?

— El arquitecto Thays, diseña este parque con un criterio muy ecológico, ya que está ubicado en el oeste de la ciudad de Mendoza y justamente intercepta parte del viento Zonda, que es un viento problemático y que viene con una carga de polvo en suspensión muy grande, levanta la temperatura, seca el aire hasta prácticamente lograr cero por ciento de humedad. Al colocar el parque justamente siguiendo la línea, en ese entonces, de la ciudad y al oeste de la misma se logra interceptar esos vientos y humidificar el aire, ya que los árboles, además de ser organismos que proveen oxígeno, humidifican ya que están extrayendo agua del subsuelo. Es esa humedad que Mendoza (como zona de desierto) necesita. Por ello la diferencia térmica es notable entre la ciudad y el parque.

— Usted dijo que para que sobrevivan los árboles en Mendoza es necesario ser muy precisos con el agua que se destina a ellos. Creo que los mendocinos en su diario trajín nos hemos olvidado de algunas cosas; por ejemplo nos quejamos de raíces rompiendo veredas y hojas cayendo, olvidando que el árbol es un ser vivo y como todo ser vivo tiene un proceso. Además, este nos permite vivir. Cuando niña me explicaron respecto de su importancia ¿le recordaría a esta niña cual es la función del árbol?

— El primer concepto que hay que tener claro como dijiste: es que el árbol es un ser vivo, eso es fundamental, además, también es fundamental priorizar sus grandes beneficios: la provisión de oxígeno indispensable para la vida y en esta zona algo importantísimo: nos proveen humedad, absolutamente necesaria en un clima tan árido como el de Mendoza, también retienen partículas de polvo, de humo, de gases tóxicos de la fábricas, especialmente del transporte, además absorbe la radiación y por supuesto nos da sombra, tan necesaria en días de verano que rondan los 43 grados.

— Se dice que Mendoza es un desierto, ¿esto es así? y ¿cómo logró convertirse en habitable?

— Sí, Mendoza es un desierto. Tenemos 200 milímetros de lluvia en el año, Córdoba alrededor de 700 y Buenos Aires cerca de 1000. Si uno observa la vegetación natural (autóctona), al salir de la ciudad, puede verse que está constituida básicamente por plantas de porte arbustivo como la jarilla y su coloración en general es grisácea, justamente para protegerse del sol y de la falta de agua.
Esa característica de desierto fue vista mucho antes de nuestros abuelos y continuada luego de ellos, y así se programó un sistema de riego que todavía se conserva. Sistema creado por los pueblos originarios, por ello justamente el canal Cacique Guaymallén lleva el nombre de un importante cacique. Esa conciencia del riesgo desde nuestros originarios, hoy está casi perdida.
Por ello se construyen acequias que atraviesan la ciudad aprovechando el desnivel muy pronunciado del oeste, por lo tanto el agua que proviene de canales desde el río Mendoza se conduce por acequias que van por las calles y que entran a las plazas y al parque general San Martín, regándolos (por supuesto con una buena distribución de esa agua), así, los espacios verdes se mantuvieron sanos por muchos años.


— ¿Puede explicarnos cómo está conformado el arbolado de Mendoza y si las especies en su mayoría son autóctonas?

— La planificación de espacios verdes de Mendoza se realizó trayendo especies exóticas tanto en calles como en parques, estas especies originarias generalmente de otras partes del país por ejemplo las tipas, el palo borracho y también del exterior como por ejemplo el plátano, especie exótica, ¿qué quiere decir esto? Que pertenecen a otro lugar, incluso a otro continente, por ejemplo, el paraíso, la morera, que son plantas originarias de China, también muchas de Europa, de manera que la constitución de la arboleda que hay en nuestras calles, plazas y en el Parque General San Martín, son en un 90% especies no originarias, ni de Mendoza ni de América del Sur.

— ¿Cuánto tarda un árbol de estos (exóticos) por ejemplo el Roble, en crecer? Y ¿cuántos años tiene aproximadamente un roble existente hoy en el parque San Martín?

— Por ejemplo los gigantes robles que existen en el Parque San Martin y en el O’Higgins crecen cerca de 50 cm por año, estos árboles tienen cerca de 25 mts de altura, es decir son árboles que tienen más de cien años, por ello la preocupación por su muerte, causada por la falta de riego, muerte que es lenta, y es por ello es que no lo nota la población, además de la difícil o imposible reposición teniendo en cuenta esos tiempo de crecimiento.

Además, en general para las calles internas de Mendoza se eligieron especies de crecimiento rápido, que no arrojen frutos carnosos, para no provocar ningún problema, que no sean demasiado corpulentas o altas (como por ejemplo no es conveniente los eucaliptus, por ser arboles demasiado grandes), más bien se eligen especies que tengan hojas caducas y así permitir la poda en los días de invierno y que ingrese el Sol. En general especies autóctonas en Mendoza son pocas, podemos mencionar al algarrobo, que se adapta al desierto perfectamente, pero al tener un crecimiento más lento, aproximadamente 40 cm por año y demasiadas espinas, no son árboles indicados para las calles.

— Cuando se cortan árboles (antiguos, en especial) ¿qué tan exitosa es una replantación en esas áreas?

— Las autoridades muchas veces no conocen la dinámica de los árboles, por lo que se generan cortes en árboles sin tener en cuenta ni la época de poda, ni el proceso que tiene para llegar a formar una copa que dé sombra; Estamos hablando de muchos años. Tampoco tienen en cuenta que cuando se replantan la especies que se sacaron, existe una probabilidad de muerte de esas nuevas plantas de aproximadamente el 50 por ciento en su primer año, ya que son plantas muy tiernas (generalmente provenientes de viveros) y expuestas a vicisitudes de la misma ciudad, calle o plaza, también el mismo trasplante, la gente lo toca, etc. Por ello al arrancar un árbol hay que tener en cuenta esto, no es simplemente colocar otro árbol.

— ¿Cuál fue el sistema tradicionalmente utilizado para el mantenimiento y riego de estos parques en la provincia y cuál cree usted que es el sistema ideal?

— Mendoza fue planificada para tener una estructura de acequias que van por cada calle, estas tenían (y en algunos casos siguen teniendo) la función de regar los árboles que están a su lado, viene derivadas de canales que a la vez derivan del Río Mendoza fundamentalmente.

Ese sistema de canales actualmente no es tan eficiente como antes, ya que no están las personas que se dedicaban específicamente a ese tema. La misma situación se da en el Parque General San Martín donde puede observarse que si bien entra suficiente cantidad de agua (es más, es el mismo caudal que hace 15 años), al no haber personal dedicado al tema, el agua corre por las acequias laterales pero no es llevada al interior de los prados y bosques, porque para esto es necesario personal que la conduzca, utilizándose tapones o compuertas, para que el agua pueda ser direccionada, estas personas dedicadas a esta actividad específicamente, no existen en la actualidad.

— ¿Cuál es el sistema de riego actual y qué tan preciso y eficiente es? ¿Existen posibilidades de falla en el mismo?

— Primero en las plazas sobre todo se ha comenzado a implementar el riego por aspersión, si bien desde el punto de vista estético aparentemente se ve mejor y aparenta eficiencia, este tiene varios problemas: en primer lugar debe usarse agua limpia, porque de lo contrario se tapan los picos aspersores. En segundo lugar debe ser bien calculado el riego, es decir con parámetros agronómicos porque de lo contrario se corre el riesgo de dejar un déficit hídrico. Además, lógicamente de lo costoso de su instalación, en las plazas por ejemplo han habido muchos problemas, fundamentalmente gran cantidad de muerte de árboles por falta de agua, es decir no se ha tenido en cuenta con precisión cuáles son los parámetros hídricos y agronómicos. Entonces éste sistema en general no ha dado resultado, es más costoso mientras que el riego por acequia (agua no tratada), utiliza agua mucho más económica.

— Para que conozcan los demás vecinos de Argentina ¿podría darnos una breve explicación más detallada, es decir ¿cómo es, o debería ser el sistema de acequias?

— El riego se hace por acequias que van por todas las calles, por ende para que el árbol pueda ser regado hay que dejar un hueco que se llama nicho que es el lugar donde se coloca, este hueco debería ser de tierra para que se pueda alimentar el árbol. Una de las problemáticas: en muchos casos actualmente se coloca cemento en el nicho, el resultado es que el árbol no recibe agua suficiente y termina secándose.

Esto no ocurre en otras ciudades como Buenos Aires donde la cantidad de lluvia es 5 veces mayor que en Mendoza y donde no es necesario tampoco las acequias simplemente dejando un espacio relativamente amplio, con la lluvia que cae en esos lugares es suficiente para mantenerlo, pero esto no se puede aplicar a Mendoza, los nichos (o huecos) deben estar en contacto con el agua el árbol sino este muere.

El sistema originario de riego es único en Argentina, y muchas veces ha sido factor de sorpresa para los turistas.

El mismo sistema se aplica al Parque General San Martín, existe un canal principal, a partir de este surgen distintos canales y ramales , es decir, canales más chicos que conducen el agua a los prados pero, para que ello ocurra, ese canal secundario debe ser complementado por compuertas pequeñas que deben ser manejadas por personal capacitado, para que esas compuertas desborden el agua en un sector, luego se cierra y así se va regando cada manto.

— Usted comentó que los árboles y sus nichos tienen una relación con la profundidad en que se planta el árbol y esto hace una diferencia… para evitar el clásico problema de la vecina que dice… “el árbol me rompe la vereda” Esto ¿tiene solución?

— Este problema surge cuando no se respeta el modo de plantación de los árboles. Si estos se plantan a nivel de vereda, las raíces, por la falta de provisión de agua de las acequias (problema actual) tratan de buscar humedad y ¿cómo lo hacen? lógicamente expanden sus raíces levantando la vereda, ocasionando un problema.
Pero eso se soluciona plantando los árboles por bastante debajo del nivel de vereda, es decir “falló la técnica de plantación”. El lugar correcto respecto al nivel de la acequia es de aproximadamente 70 cm por debajo de la vereda, caso contrario buscará el agua que no le llega por medio de la acequia.

— ¿Cómo se organizó el cuidado del parque en los años que usted estuvo en esta Repartición Pública? ¿Quiénes se encargaban de ello?

— En el Parque General San Martín existía una “cuadrilla de riego” que era formada por 7 personas y un capataz, el Parque tiene 390 has. y la función de estas personas era llevar entre dos o tres personas la conducción de agua por cada prado o “paño”. Funcionaba así: el agua que viene por la acequia es llevada al prado y a los bosques manualmente distribuida a partir del extremo sur del parque, de tal manera que en una semana estaba regado todo el parque. Esto funcionó durante muchos años.

Hoy no hay personal que se dedique específicamente al riego. Similar es el problema con las acequias de las calles de la ciudad, ya que existían las personas llamadas “tomeros” que subían o bajaban las compuertas para que lleguen a todos los árboles, esto también se dejó de lado.
Lo mismo se repite en las plazas barriales, donde había un encargado municipal de su cuidado llamado “placero”.

— ¿Usted tiene idea cuánto se destina del presupuesto al mantenimiento del Parque San Martín?

— El presupuesto destinado al parque general San Martín, incluye personal, obreros activos como también los gastos en combustible, total del año 2021 fue aceptado en 172 millones de pesos aproximadamente. Este presupuesto abarcaba antes también limpieza y riego. Pero actualmente estas funciones están tercerizadas y a dicho presupuesto hay que sumarle aproximadamente $600.000 mensuales para la realización de estas tareas, con malos resultados, lo que ha generado una gran cantidad de denuncias en Fiscalía de Estado de la Provincia.
La licitación actual multiplicará 23 veces esta última suma de dinero, solo para limpieza y riego.

— ¿Usted puede hacer un cálculo aproximado de cuánto ha avanzado el cemento en la ciudad en los últimos años?

— Porcentaje perdido últimamente: es de un 30% en detrimento del verde, por aumento de la capa de cemento, ya que algunas autoridades pretenden disminuir justamente el verde de la ciudad, porque consideran que consume mucha agua, entonces reducen estos espacios verdes, introduciendo callejones interno, juegos infantiles (sin sombra, por ende los chicos no pueden jugar), sin tener árboles alrededor, de manera tal que la concepción ha cambiado totalmente, también crean otras estructuras de cemento, canteros, paredes, pista de patinaje y que son todas cementadas, también cementan los nichos. Esto va más allá… en muchos casos directamente no se deja nicho y se cementa toda la base del árbol.




— Tomando como ejemplo el Parque O’Higgins qué es un parque mediano ¿puede explicar qué modificaciones o diferencias observa respecto a años atrás?


— La gran diferencia que observo es la aplicación o la instalación de grandes plataformas cementadas aproximadamente 12.000 m2 de área entre la plataforma destinada a hacer parkour, se cementaron las acequia, además de otras plataformas, todo eso en detrimento del espacio verde original, entonces es muy contundente la pérdida de césped y de los árboles en un parque como el parque O’Higgins cuya superficie es mucho menor que la del parque general San Martin, estamos hablando de aproximadamente 800 metros de largo por 150 de ancho, donde se perdieron cerca de 70 árboles en la última reforma.

Parque O´Higgins (Foto Marcela Marín)


— ¿Tiene una idea aproximada de qué cantidad de agua se destina a la producción agrícola?

— Aproximadamente el 80% del agua. O sea que del agua que se maneja en Mendoza a través del río Mendoza que se riega contra Mendoza o sea de 100, 80 van a parar a la producción agrícola, viñedos fundamentalmente, chacras en segundo lugar y aproximadamente un 13% para la industria, el resto va a la población, aquí está incluida el agua que se usa para riego de árboles, sin embargo, quieren disminuir esa agua que se usa para el riego de los árboles en plazas y calles.

La ciudad no puede quedarse sin los forestales porque son fundamentales para la vida y la salud de la gente y eso no lo tienen en cuenta por lo visto.

— ¿Tiene alguna idea de qué espacio verde existe por individuo y si esta cantidad era distinta en otras épocas?

— Antes, Mendoza se caracterizaba por ser una “Ciudad Bosque”, porque tenía una superficie muy grande de verde, con respecto a la ciudad, alrededor de 40 ó 42 m cuadrados de verde por habitante (40 años atrás), actualmente no tenemos más de 7m2 por habitante no sólo por el aumento de población sino por las decisiones políticas de disminuir los espacios verdes.

— Si en Mendoza, luego de un decreto, es decir en virtud de decisiones gubernamentales, hoy no existe posibilidad de crear nuevos puestos en el Estado ¿cómo se da solución a estos problemas que eran antes solucionados por organismos gubernamentales?

— La solución que se da desde el gobierno es contratar gente para realizar tareas, con la decisión del gobierno de no tomar personal para realizar estas tareas, por motivos que no se conocen, esta actitud produjo y sigue produciendo la pérdida de los espacios verdes. Hoy se están ofreciendo licitaciones para realizar el trabajo y las empresas que se contrataron para esa finalidad no lo han hecho en forma buena, sino incompleta o deficiente, perdiéndose la habilidad del personal para ese riego.

— Resumiendo ¿cuál es la causa de la pérdida de árboles y espacios verdes en la ciudad de Mendoza?

— Básicamente esa pérdida se debe a la impermeabilización de los cursos de riego en plazas y parques, así como en las calles de la ciudad, no dejando espacio para que el árbol reciba agua del riego. También por la falta de los tomeros que distribuyan agua en las calles. Estas son las causas fundamentales. En Mendoza siempre fue clave “la cuadrilla de riego” para que se mantenga esa arboleda, esa era la forma eficiente que mantuvo la arboleda de Mendoza durante prácticamente 100 años y hoy se ha abandonado.

También hay que tener en cuenta de que si bien el sector productivo agrícola, exigente con el agua, también hay que saber que básicamente el uso del recurso hídrico en la parte agrícola tiene una eficiencia muy baja, qué quiere decir esto, que de 100 litros que se destinan para regar una parcela de viñedo se pierden 50 litros o más, se pierden por escurrimiento hacia los confines de la finca o por percolación profunda, así que el agua termina bajo la superficie de la exploración radicular o sea que los cultivos aprovechan el 50%, como máximo, del agua que se utiliza. Por lo tanto sería interesante que los productores instalaran sí, en este caso, sistemas de riego por aspersión, algunos lo han hecho, o incluso riego por goteo que aumenta la eficiencia enormemente. Es mucho más lógico pensar en el riego sistematizado en la finca porque las plantas están todas a una distancia simétrica, entonces es fácil colocar goteros o aspersores.

— Debo decirle que este paseo me llenó de datos de recuerdos, de información, pero más que nada me contagió el amor que denotan sus palabras hacia los árboles, siempre recalcando como en un intento de que no olvidemos que son seres vivos, como nosotros, seres vivos que ayudan a nuestro bien vivir. También pude ver la tristeza en sus ojos al comentar que la sociedad hoy los olvida, no los valora y no es consciente de que se está dañando a sí misma, sin saberlo y sin reaccionar. Muchas gracias Arnaldo!!!

Estas conversaciones me han dejado muchas certezas y conocimientos: por ejemplo entender que Mendoza es una CIUDAD DESIERTO, y para hacerla habitable se tuvo un plan: diseñada con el 90 % de árboles traídos de otras provincias, Europa, Estados Unidos y hasta China, dándose un cuidado especial para que logren estar algunos árboles aún hoy, más de cien años. También descubrí la importancia del sistema de riego heredado de nuestros pueblos originarios y profundizado por nuestros abuelos, además me sorprendió que nuestro Parque General San Martín se llamara antes “Parque Del Oeste “y que se buscó a un excelente especialista en parques a Francia para crear un perfecto sistema, ecológico que permite purificar el aire que entra a nuestra ciudad oxigenándolo (si bien luego se modificó el permiso de altura de las construcciones adyacentes al parque , por lo que esa brisa purificadora no llega a toda la ciudad, poco ya llega a “todos” …

En ese aprendizaje también supe que tomero era el encargado del riego, otra palabra interesante es tocón: que es el resto del árbol qué queda, en plazas y parques cuando se tala un árbol, tan añoso y tan grande, que deja las muestras del “hecho”, también aprendí que a veces se ven manchas blancas en los árboles, debido a la salinidad del agua que utilizan para riego (puede llegar a secarlos si no está analizada su salinidad).

Pero en este recorrido también se me generaron muchas preguntas ¿por qué se avanza sobre las zonas verdes? ¿por qué se talan árboles sin estrictos controles? ¿por qué es necesario colocar tanto cemento en los espacios verdes? ¿dónde va a parar toda la madera?

Como ciudadanos, es hora de utilizar una nueva herramienta vigente hace menos de tres meses, herramienta potentísima: El Acuerdo de Escazú, que obliga a los Estados a dar información, para que cualquier ciudadano pueda consultar respecto a temas ambientales, en especial estos, que afectan gravemente a nuestra vida y salud.


(*) Abogada. Integrante del Área Ambiental de XUMEK (Asociación para la Promoción y Protección de los Derechos Humanos)




PARQUES: Sistemas creados meticulosamente para la síntesis de estos dos elementos

El 4 de junio se festejó la conmemoración del día del medio ambiente, por ello este mes la nota ambiental es doblemente rica, analizaremos una problemática medular del cambio climático, algo que aprendimos desde pequeños…el árbol: su función, su relación con la supervivencia entera del planeta, su descuido.

No podemos olvidar que en materia ambiental existe el principio de progresividad y no regresión: esto significa que la normativa protectoria ambiental debe ir en avance es decir en mayor cobertura del cuidado y protección.

Esta entrevista mostrará dos perspectivas totalmente distintas, pero absolutamente enriquecedoras, desde Córdoba la mirada profesional con inspiración paisajística, cosmopolita e histórica, del brillante arquitecto Julio Rebaque, a lo que sumaremos una perspectiva profundamente comprometida técnica y práctica desde los ojos del ingeniero agrónomo Arnaldo Roatta, mendocino de pura cepa. Parte de los hombres y mujeres que luchan y se comprometen con el cuidado de la vida.

Una nota para poder ampliar los factores de análisis y comprender una problemática compleja con varias aristas, que nos involucra a todos y que llega a lo más profundo de quienes amamos huir en los veranos calurosos, hacia esos prados, encontrar su sombra, pasear por los túneles que se arman con las copas de los árboles, tirar mantas en el césped, sentir la brisa fresca en el rostro, noches con copa y vinito a cuesta o tardes de mate y fútbol… aunque la pelota pueda caer en la acequia y termine mojada…


Parque San Martín. Desde su génesis

Nos encontramos con Julio Rebaque de Caboteau, Arquitecto (UNLP), en Francia se formó en protección del Medio ambiente y estudios de paisaje, obteniendo posgrados como Magister en Urbanismo y especialista en conservación del Patrimonio.

Actualmente colabora en estudios de restauración de monumentos en París,trabaja en investigación y enseñanza de la Historia de la Arquitectura en la Universidad Católica de Córdoba, siendo autor de ponencias en eventos científicos sobre el Renacimiento, siglos XIX y XX. Contando con publicaciones de artículos y libros en co-autoría.

Integró el grupo de estudio sobre los parques de Thays a partir de su participación en la declaración como MHN del Parque Sarmiento de Córdoba; es Asesor honorario de la Comisión Nacional de Monumentos, de Lugares y de Bienes históricos, Profesor asociado FA UCC, y miembro del Consejo Asesor de Patrimonio de la Ciudad de Córdoba.

— Julio, su manejo de esta temática nos lleva a profundizar y genera algunas inquietudes, tenemos la certeza que usted podrá aclararnos algunos aspectos que no son tan conocidos. ¿Cómo definiría el contexto de ideas en el cual se crea el Parque San Martín?

— Desde mediados del siglo XIX, los movimientos de horticulturistas anglosajones impulsan la visión de los parques como pulmones necesarios a una evolución naturalista de las ciudades, orientada en términos de mayor calidad de vida y escenario de integración en las relaciones sociales.

Durante los trabajos de regularización urbana de París realizados durante la gestión del prefecto Haussmann (1853-1869), el aporte de la jardinería moderna francesa, tal como se la implementa en los servicios técnicos dirigidos por el ingeniero Adolphe Alphand, es concebir a los parques urbanos como ámbitos de solaz, de contemplación de una naturaleza recompuesta gracias a los avances de la Botánica y del saber agronómico, así como de goce estético por la diversidad de escenas pintorescas ordenadas a lo largo de los recorridos. Ese saber se difundió a nivel internacional a partir de la publicación de “Los Paseos de París” (1867), año en que Sarmiento acude a la Exposición Universal, donde el recién inaugurado Parque des Buttes-Chaumont despierta tanta admiración como el nuevo paisaje regularizado y su entramado de espacios verdes de distinta escala.

La síntesis entre las dos corrientes será realizada por Frederick Law Olmstead quien con su trazado del Central Park de Nueva York (1857) y luego con el sistema de parques de Boston, sitúa al parque como elemento ordenador mayor de la ciudad y donde el acceso al verde es equitativo. Las experiencias de Boston y de París son conocidas directamente por Sarmiento, pero ya en 1855 había definido un dispositivo innovador dentro de su ideario educativo que será central en su primer proyecto para Palermo, la Quinta Normal que crea en Santiago de Chile. En ella, los jardines de aclimatación y las quintas de experimentación agronómica muestran su preocupación por fomentar una cultura de la forestación, entendida como signo de modernización científica de lo agrícola.

El hecho de que desde Santiago haya incentivado por correspondencia al ministro de gobierno mendocino para crear otra Quinta Normal en Mendoza, enviándole un agrónomo francés para su cuidado, es el precedente que explica que 10.000 árboles de la primera campaña de plantación del Parque del Oeste hayan sido enviados desde la Escuela de Agricultura de Santiago de Chile.

En el caso de Mendoza, la creación del Parque del Oeste con diseño de Carlos Thays (1896), se revela como un estadío significativo en el desarrollo urbano sustentable, donde la transformación planificada de su entorno territorial apunta a instaurar la proximidad y beneficios de la Naturaleza, que sirve de amplia expansión vegetalizada de la ciudad nueva, generadora de humedad y salubridad del aire. Es interesante relevar cómo la idea del parque pulmón es enunciada por Thays en el texto del concurso de 1891 por el que accede al cargo de Director de Parques y Paseos de la Ciudad de Buenos Aires. Incluye así los conceptos de lo natural y lo higiénico: “los jardines urbanos públicos [...] han sido nombrados Pulmones de las Ciudades”, y luego detalla “los efectos químicos, climatéricos, higiométricos e higiénicos producidos por los vegetales, y también al de la influencia que ellos pueden ejercer sobre el moral del hombre”. Con el moral se refiere al buen ánimo, al bienestar.

—¿Se puede decir que hubo condicionantes particulares para crearlo?

— Sí, son en principio la de la regeneración de la forma urbana luego de las destrucciones causadas por el terremoto de 1861, y es conocido el proceso por el cual las preocupaciones higienistas marcaron la configuración de la nueva ciudad de Mendoza, a partir del desplazamiento de la capital hacia el Oeste.

La creación del Parque es indisociable de las medidas de saneamiento ambiental y sistema de captación de nuevas vertientes serranas que desde 1895 son tomadas por el médico higienista Emilio Coni, director de Salubridad, en un marco epidemiológico grave de difteria, cólera y sarampión. Estas medidas acompañan las decisiones de planificación del ministro de Obras y Servicios Públicos Emilio Civit, de consolidar el crecimiento urbano sobre terrenos pedregosos de pedemonte cuyos deslizamientos aluvionales debían ser contenidos por medio de la forestación.

El Parque aparece así con un rol ecológico de total adaptación al clima y de sabia adopción de modos de riego ancestrales, como entidad ambiental es el componente principal de una red de oasis dentro de la cuenca hídrica, vinculados por hijuelas, canales y acequias de riego que se integran al trazado del parque y lo irrigan tanto como el área central del organismo urbano. Dado la aridez del clima, sus 394 hectáreas se extienden en forma longitudinal como la planta de la ciudad y son tan extensas como la del entramado urbano, apareciendo como una barrera forestal cuyo fondo es la precordillera de los Andes. En una perspectiva positivista de continuo crecimiento, gracias al riego por acequias tendrían asegurada una densidad y perennidad de sus masas arbóreas que harían de barrera oxigenadora, humidificante y refrigerante a los vientos calientes y secos que bajan desde la cordillera a la ciudad.

—¿Qué representaba entonces la figura de Carlos Thays, y qué elementos de diseño paisajístico utiliza en sus parques públicos?

— Su historia y realizaciones no deben ocultar los estudios que realizó sobre la flora autóctona de nuestro país, su trabajo de aclimatación de especies provenientes de regiones del Noreste y Noroeste, y se puede afirmar que la diversidad vegetal argentina favorecieron la eclosión de otro pintoresquismo, que no imitaba sino que sacaba partido en cada sitio de sus conocimientos sobre paisaje adquiridos en el estudio parisino de Édouard André, autor de un Tratado de historia de los jardines, jardinero en jefe, paisajista y botanista apasionado. En el paisajismo argentino, hay un antes y después de Thays, y su impronta fue de las plazas a los parques y luego al importantísimo trabajo de arbolado urbano.

En cada uno de sus parques públicos, desde el primer Parque Crisol de Córdoba (1889, hoy Sarmiento) para el que fue contratado directamente en París, donde Thays dio respuesta a las potencialidades de los sitios naturales o los modeló para ordenar visuales o disponer puntos altos panorámicos hacia la ciudad o el gran paisaje, hay cuatro elementos característicos a destacar en su modo de construir paisajes con sentido artístico.

Uno es la diversidad en cuanto a la percepción de las agrupaciones vegetales, su predilección por los senderos elípticos que iban atravesando secuencias de paseo dentro de lo que llamó el estilo mixto, donde aliaba trazados regulares y ejes a estos otros más orgánicos y pintorescos, alternando bosquecillos y praderas.

Otro tan importante es la utilización del agua, no sólo en estanques y fuentes, sino como agua que discurre en riachos serpenteantes y pedregosos, recurso que retoma de su maestro André. En Córdoba, los rigores veraniegos lo obligan a utilizar por primera vez un sistema de acequias de riego, alimentada desde un Canal Maestro, que permite ordenar cascadas rústicas en las barrancas, riachos en los bosquecillos del Zoológico, y cuyo gran reservorio es el lago.

Un tercero es la configuración de ámbitos ordenados geométricamente alrededor de estatuas, como elemento central o focal en las perspectivas de la avenida central, en estanques, en fuentes.

Un cuarto es su gusto por el contraste de lo muy cuidado y de lo rústico, generalmente representado por sus senderos y escaleras de pequeños empedrados, la utilización de piedra local en muretes de contención cuando realizaba aterrazamientos, la fijación de taludes con estratos de arbustivas, que bordeaban igualmente los senderos.

—¿Cuáles son las cualidades ambientales y patrimoniales que caracterizan al Parque San Martín?

— Las más destacables son las que sólo se hallan en él, empezando por su escala importante en relación con la ciudad y su diálogo en cuanto a arbolado, y al trazado y ordenación del sitio, el gran eje de plátanos que se abre con los grupos escultóricos de los Caballos de Marly, y que en declive va ascendiendo hacia el foco imponente de la precordillera.

El primer estrato patrimonial es ese, el de los ámbitos donde la red de acequias se realizó con un cierto perfilado y empedrado que permitía el riego de los árboles y la absorción de humedad en suelos áridos para tener una cobertura herbácea, así como el notable trabajo de selección y aclimatación de especies realizados para responder a las necesidades de crecimiento de los árboles en bosquecillos y alineamientos. En esos estratos ya definidos antes de 1910 se destacan el Rosedal, el Lago, la sección dedicada a la producción de árboles frutales y el Cerro del Pilar, hoy Cerro de la Gloria, se agregan en 1940 los más rústicos diseñados por el arquitecto Daniel Ramos Correas para ordenar perspectivas, crear el Anfiteatro y otras ampliaciones que redundaron en una depuración formal. Cuando en los parques de Thays se depuran las construcciones, la esencia se revela con más evidencia, son las masas arbóreas con su densidad óptima y la operatividad de todos los saberes técnicos y especialidades que intervienen en la gestión de un organismo vivo.

Revertir el fuerte proceso de degradación, abandono y malas prácticas que hoy amenazan el valor del Parque San Martín como patrimonio ambiental, cultural y social, implica asumir que nos encontramos en otra situación excepcional, la del calentamiento global, las sequías prolongadas y la deforestación. Que el conjunto de la sociedad mendocina tome conciencia del rol de moderador climático que aseguraba la masa verde del Parque, y de la pérdida paisajística y ecológica que implican sus árboles secos por falta de riego, enfermos o talados será el primer paso para reactivar mecanismos de compromiso de salvaguarda, recuperando el rol de los saberes específicos a través de la formación y de los proyectos concertados para su restauración, mantenimiento y replantación.

— Muchas Gracias Julio! En especial por permitirnos dimensionar la minuciosidad de cada detalle en la creación de cada parque y en especial de esta joya mendocina, producto de un arduo trabajo.



Mendoza ciudad Verde ¿O ciudad Gris?

Arnaldo Roatta es Ingeniero agrónomo, título otorgado por la Facultad de Ciencias Agrarias de la UNCuyo. Se desempeñó profesionalmente como Técnico en Paseos Públicos y Arbolado de la Municipalidad de Mendoza. Técnico en la ex Dirección Agropecuaria para la elaboración de la carta edáfica de la Provincia de Mendoza. Jefe del Vivero Forestal de la Dirección de Recursos Naturales Renovables. Técnico de la Administración de Parques y Zoológico de Mendoza y ha realizado proyectos y ejecución de mejoras en el bosque del Cerro de la Gloria y Zoológico.



— Buenos días Arnaldo: sabemos de su experiencia en trabajos de parques y zoológicos por más de 25 años, es por eso que queremos que nos aclare algunas dudas. Me he tomado el atrevimiento de pedirle una cita para caminar con usted por algún parque mendocino y creo, que todos los mendocinos quisiéramos ahondar en algunos temas. ¿Usted en un momento se refirió al parque general San Martín como el aire acondicionado de Mendoza a qué se refiere con esta comparación?

— El arquitecto Thays, diseña este parque con un criterio muy ecológico, ya que está ubicado en el oeste de la ciudad de Mendoza y justamente intercepta parte del viento Zonda, que es un viento problemático y que viene con una carga de polvo en suspensión muy grande, levanta la temperatura, seca el aire hasta prácticamente lograr cero por ciento de humedad. Al colocar el parque justamente siguiendo la línea, en ese entonces, de la ciudad y al oeste de la misma se logra interceptar esos vientos y humidificar el aire, ya que los árboles, además de ser organismos que proveen oxígeno, humidifican ya que están extrayendo agua del subsuelo. Es esa humedad que Mendoza (como zona de desierto) necesita. Por ello la diferencia térmica es notable entre la ciudad y el parque.

— Usted dijo que para que sobrevivan los árboles en Mendoza es necesario ser muy precisos con el agua que se destina a ellos. Creo que los mendocinos en su diario trajín nos hemos olvidado de algunas cosas; por ejemplo nos quejamos de raíces rompiendo veredas y hojas cayendo, olvidando que el árbol es un ser vivo y como todo ser vivo tiene un proceso. Además, este nos permite vivir. Cuando niña me explicaron respecto de su importancia ¿le recordaría a esta niña cual es la función del árbol?

— El primer concepto que hay que tener claro como dijiste: es que el árbol es un ser vivo, eso es fundamental, además, también es fundamental priorizar sus grandes beneficios: la provisión de oxígeno indispensable para la vida y en esta zona algo importantísimo: nos proveen humedad, absolutamente necesaria en un clima tan árido como el de Mendoza, también retienen partículas de polvo, de humo, de gases tóxicos de la fábricas, especialmente del transporte, además absorbe la radiación y por supuesto nos da sombra, tan necesaria en días de verano que rondan los 43 grados.

— Se dice que Mendoza es un desierto, ¿esto es así? y ¿cómo logró convertirse en habitable?

— Sí, Mendoza es un desierto. Tenemos 200 milímetros de lluvia en el año, Córdoba alrededor de 700 y Buenos Aires cerca de 1000. Si uno observa la vegetación natural (autóctona), al salir de la ciudad, puede verse que está constituida básicamente por plantas de porte arbustivo como la jarilla y su coloración en general es grisácea, justamente para protegerse del sol y de la falta de agua.
Esa característica de desierto fue vista mucho antes de nuestros abuelos y continuada luego de ellos, y así se programó un sistema de riego que todavía se conserva. Sistema creado por los pueblos originarios, por ello justamente el canal Cacique Guaymallén lleva el nombre de un importante cacique. Esa conciencia del riesgo desde nuestros originarios, hoy está casi perdida.
Por ello se construyen acequias que atraviesan la ciudad aprovechando el desnivel muy pronunciado del oeste, por lo tanto el agua que proviene de canales desde el río Mendoza se conduce por acequias que van por las calles y que entran a las plazas y al parque general San Martín, regándolos (por supuesto con una buena distribución de esa agua), así, los espacios verdes se mantuvieron sanos por muchos años.


— ¿Puede explicarnos cómo está conformado el arbolado de Mendoza y si las especies en su mayoría son autóctonas?

— La planificación de espacios verdes de Mendoza se realizó trayendo especies exóticas tanto en calles como en parques, estas especies originarias generalmente de otras partes del país por ejemplo las tipas, el palo borracho y también del exterior como por ejemplo el plátano, especie exótica, ¿qué quiere decir esto? Que pertenecen a otro lugar, incluso a otro continente, por ejemplo, el paraíso, la morera, que son plantas originarias de China, también muchas de Europa, de manera que la constitución de la arboleda que hay en nuestras calles, plazas y en el Parque General San Martín, son en un 90% especies no originarias, ni de Mendoza ni de América del Sur.

— ¿Cuánto tarda un árbol de estos (exóticos) por ejemplo el Roble, en crecer? Y ¿cuántos años tiene aproximadamente un roble existente hoy en el parque San Martín?

— Por ejemplo los gigantes robles que existen en el Parque San Martin y en el O’Higgins crecen cerca de 50 cm por año, estos árboles tienen cerca de 25 mts de altura, es decir son árboles que tienen más de cien años, por ello la preocupación por su muerte, causada por la falta de riego, muerte que es lenta, y es por ello es que no lo nota la población, además de la difícil o imposible reposición teniendo en cuenta esos tiempo de crecimiento.

Además, en general para las calles internas de Mendoza se eligieron especies de crecimiento rápido, que no arrojen frutos carnosos, para no provocar ningún problema, que no sean demasiado corpulentas o altas (como por ejemplo no es conveniente los eucaliptus, por ser arboles demasiado grandes), más bien se eligen especies que tengan hojas caducas y así permitir la poda en los días de invierno y que ingrese el Sol. En general especies autóctonas en Mendoza son pocas, podemos mencionar al algarrobo, que se adapta al desierto perfectamente, pero al tener un crecimiento más lento, aproximadamente 40 cm por año y demasiadas espinas, no son árboles indicados para las calles.

— Cuando se cortan árboles (antiguos, en especial) ¿qué tan exitosa es una replantación en esas áreas?

— Las autoridades muchas veces no conocen la dinámica de los árboles, por lo que se generan cortes en árboles sin tener en cuenta ni la época de poda, ni el proceso que tiene para llegar a formar una copa que dé sombra; Estamos hablando de muchos años. Tampoco tienen en cuenta que cuando se replantan la especies que se sacaron, existe una probabilidad de muerte de esas nuevas plantas de aproximadamente el 50 por ciento en su primer año, ya que son plantas muy tiernas (generalmente provenientes de viveros) y expuestas a vicisitudes de la misma ciudad, calle o plaza, también el mismo trasplante, la gente lo toca, etc. Por ello al arrancar un árbol hay que tener en cuenta esto, no es simplemente colocar otro árbol.

— ¿Cuál fue el sistema tradicionalmente utilizado para el mantenimiento y riego de estos parques en la provincia y cuál cree usted que es el sistema ideal?

— Mendoza fue planificada para tener una estructura de acequias que van por cada calle, estas tenían (y en algunos casos siguen teniendo) la función de regar los árboles que están a su lado, viene derivadas de canales que a la vez derivan del Río Mendoza fundamentalmente.

Ese sistema de canales actualmente no es tan eficiente como antes, ya que no están las personas que se dedicaban específicamente a ese tema. La misma situación se da en el Parque General San Martín donde puede observarse que si bien entra suficiente cantidad de agua (es más, es el mismo caudal que hace 15 años), al no haber personal dedicado al tema, el agua corre por las acequias laterales pero no es llevada al interior de los prados y bosques, porque para esto es necesario personal que la conduzca, utilizándose tapones o compuertas, para que el agua pueda ser direccionada, estas personas dedicadas a esta actividad específicamente, no existen en la actualidad.

— ¿Cuál es el sistema de riego actual y qué tan preciso y eficiente es? ¿Existen posibilidades de falla en el mismo?

— Primero en las plazas sobre todo se ha comenzado a implementar el riego por aspersión, si bien desde el punto de vista estético aparentemente se ve mejor y aparenta eficiencia, este tiene varios problemas: en primer lugar debe usarse agua limpia, porque de lo contrario se tapan los picos aspersores. En segundo lugar debe ser bien calculado el riego, es decir con parámetros agronómicos porque de lo contrario se corre el riesgo de dejar un déficit hídrico. Además, lógicamente de lo costoso de su instalación, en las plazas por ejemplo han habido muchos problemas, fundamentalmente gran cantidad de muerte de árboles por falta de agua, es decir no se ha tenido en cuenta con precisión cuáles son los parámetros hídricos y agronómicos. Entonces éste sistema en general no ha dado resultado, es más costoso mientras que el riego por acequia (agua no tratada), utiliza agua mucho más económica.

— Para que conozcan los demás vecinos de Argentina ¿podría darnos una breve explicación más detallada, es decir ¿cómo es, o debería ser el sistema de acequias?

— El riego se hace por acequias que van por todas las calles, por ende para que el árbol pueda ser regado hay que dejar un hueco que se llama nicho que es el lugar donde se coloca, este hueco debería ser de tierra para que se pueda alimentar el árbol. Una de las problemáticas: en muchos casos actualmente se coloca cemento en el nicho, el resultado es que el árbol no recibe agua suficiente y termina secándose.

Esto no ocurre en otras ciudades como Buenos Aires donde la cantidad de lluvia es 5 veces mayor que en Mendoza y donde no es necesario tampoco las acequias simplemente dejando un espacio relativamente amplio, con la lluvia que cae en esos lugares es suficiente para mantenerlo, pero esto no se puede aplicar a Mendoza, los nichos (o huecos) deben estar en contacto con el agua el árbol sino este muere.

El sistema originario de riego es único en Argentina, y muchas veces ha sido factor de sorpresa para los turistas.

El mismo sistema se aplica al Parque General San Martín, existe un canal principal, a partir de este surgen distintos canales y ramales , es decir, canales más chicos que conducen el agua a los prados pero, para que ello ocurra, ese canal secundario debe ser complementado por compuertas pequeñas que deben ser manejadas por personal capacitado, para que esas compuertas desborden el agua en un sector, luego se cierra y así se va regando cada manto.

— Usted comentó que los árboles y sus nichos tienen una relación con la profundidad en que se planta el árbol y esto hace una diferencia… para evitar el clásico problema de la vecina que dice… “el árbol me rompe la vereda” Esto ¿tiene solución?

— Este problema surge cuando no se respeta el modo de plantación de los árboles. Si estos se plantan a nivel de vereda, las raíces, por la falta de provisión de agua de las acequias (problema actual) tratan de buscar humedad y ¿cómo lo hacen? lógicamente expanden sus raíces levantando la vereda, ocasionando un problema.
Pero eso se soluciona plantando los árboles por bastante debajo del nivel de vereda, es decir “falló la técnica de plantación”. El lugar correcto respecto al nivel de la acequia es de aproximadamente 70 cm por debajo de la vereda, caso contrario buscará el agua que no le llega por medio de la acequia.

— ¿Cómo se organizó el cuidado del parque en los años que usted estuvo en esta Repartición Pública? ¿Quiénes se encargaban de ello?

— En el Parque General San Martín existía una “cuadrilla de riego” que era formada por 7 personas y un capataz, el Parque tiene 390 has. y la función de estas personas era llevar entre dos o tres personas la conducción de agua por cada prado o “paño”. Funcionaba así: el agua que viene por la acequia es llevada al prado y a los bosques manualmente distribuida a partir del extremo sur del parque, de tal manera que en una semana estaba regado todo el parque. Esto funcionó durante muchos años.

Hoy no hay personal que se dedique específicamente al riego. Similar es el problema con las acequias de las calles de la ciudad, ya que existían las personas llamadas “tomeros” que subían o bajaban las compuertas para que lleguen a todos los árboles, esto también se dejó de lado.
Lo mismo se repite en las plazas barriales, donde había un encargado municipal de su cuidado llamado “placero”.

— ¿Usted tiene idea cuánto se destina del presupuesto al mantenimiento del Parque San Martín?

— El presupuesto destinado al parque general San Martín, incluye personal, obreros activos como también los gastos en combustible, total del año 2021 fue aceptado en 172 millones de pesos aproximadamente. Este presupuesto abarcaba antes también limpieza y riego. Pero actualmente estas funciones están tercerizadas y a dicho presupuesto hay que sumarle aproximadamente $600.000 mensuales para la realización de estas tareas, con malos resultados, lo que ha generado una gran cantidad de denuncias en Fiscalía de Estado de la Provincia.
La licitación actual multiplicará 23 veces esta última suma de dinero, solo para limpieza y riego.

— ¿Usted puede hacer un cálculo aproximado de cuánto ha avanzado el cemento en la ciudad en los últimos años?

— Porcentaje perdido últimamente: es de un 30% en detrimento del verde, por aumento de la capa de cemento, ya que algunas autoridades pretenden disminuir justamente el verde de la ciudad, porque consideran que consume mucha agua, entonces reducen estos espacios verdes, introduciendo callejones interno, juegos infantiles (sin sombra, por ende los chicos no pueden jugar), sin tener árboles alrededor, de manera tal que la concepción ha cambiado totalmente, también crean otras estructuras de cemento, canteros, paredes, pista de patinaje y que son todas cementadas, también cementan los nichos. Esto va más allá… en muchos casos directamente no se deja nicho y se cementa toda la base del árbol.




— Tomando como ejemplo el Parque O’Higgins qué es un parque mediano ¿puede explicar qué modificaciones o diferencias observa respecto a años atrás?


— La gran diferencia que observo es la aplicación o la instalación de grandes plataformas cementadas aproximadamente 12.000 m2 de área entre la plataforma destinada a hacer parkour, se cementaron las acequia, además de otras plataformas, todo eso en detrimento del espacio verde original, entonces es muy contundente la pérdida de césped y de los árboles en un parque como el parque O’Higgins cuya superficie es mucho menor que la del parque general San Martin, estamos hablando de aproximadamente 800 metros de largo por 150 de ancho, donde se perdieron cerca de 70 árboles en la última reforma.

Parque O´Higgins (Foto Marcela Marín)


— ¿Tiene una idea aproximada de qué cantidad de agua se destina a la producción agrícola?

— Aproximadamente el 80% del agua. O sea que del agua que se maneja en Mendoza a través del río Mendoza que se riega contra Mendoza o sea de 100, 80 van a parar a la producción agrícola, viñedos fundamentalmente, chacras en segundo lugar y aproximadamente un 13% para la industria, el resto va a la población, aquí está incluida el agua que se usa para riego de árboles, sin embargo, quieren disminuir esa agua que se usa para el riego de los árboles en plazas y calles.

La ciudad no puede quedarse sin los forestales porque son fundamentales para la vida y la salud de la gente y eso no lo tienen en cuenta por lo visto.

— ¿Tiene alguna idea de qué espacio verde existe por individuo y si esta cantidad era distinta en otras épocas?

— Antes, Mendoza se caracterizaba por ser una “Ciudad Bosque”, porque tenía una superficie muy grande de verde, con respecto a la ciudad, alrededor de 40 ó 42 m cuadrados de verde por habitante (40 años atrás), actualmente no tenemos más de 7m2 por habitante no sólo por el aumento de población sino por las decisiones políticas de disminuir los espacios verdes.

— Si en Mendoza, luego de un decreto, es decir en virtud de decisiones gubernamentales, hoy no existe posibilidad de crear nuevos puestos en el Estado ¿cómo se da solución a estos problemas que eran antes solucionados por organismos gubernamentales?

— La solución que se da desde el gobierno es contratar gente para realizar tareas, con la decisión del gobierno de no tomar personal para realizar estas tareas, por motivos que no se conocen, esta actitud produjo y sigue produciendo la pérdida de los espacios verdes. Hoy se están ofreciendo licitaciones para realizar el trabajo y las empresas que se contrataron para esa finalidad no lo han hecho en forma buena, sino incompleta o deficiente, perdiéndose la habilidad del personal para ese riego.

— Resumiendo ¿cuál es la causa de la pérdida de árboles y espacios verdes en la ciudad de Mendoza?

— Básicamente esa pérdida se debe a la impermeabilización de los cursos de riego en plazas y parques, así como en las calles de la ciudad, no dejando espacio para que el árbol reciba agua del riego. También por la falta de los tomeros que distribuyan agua en las calles. Estas son las causas fundamentales. En Mendoza siempre fue clave “la cuadrilla de riego” para que se mantenga esa arboleda, esa era la forma eficiente que mantuvo la arboleda de Mendoza durante prácticamente 100 años y hoy se ha abandonado.

También hay que tener en cuenta de que si bien el sector productivo agrícola, exigente con el agua, también hay que saber que básicamente el uso del recurso hídrico en la parte agrícola tiene una eficiencia muy baja, qué quiere decir esto, que de 100 litros que se destinan para regar una parcela de viñedo se pierden 50 litros o más, se pierden por escurrimiento hacia los confines de la finca o por percolación profunda, así que el agua termina bajo la superficie de la exploración radicular o sea que los cultivos aprovechan el 50%, como máximo, del agua que se utiliza. Por lo tanto sería interesante que los productores instalaran sí, en este caso, sistemas de riego por aspersión, algunos lo han hecho, o incluso riego por goteo que aumenta la eficiencia enormemente. Es mucho más lógico pensar en el riego sistematizado en la finca porque las plantas están todas a una distancia simétrica, entonces es fácil colocar goteros o aspersores.

— Debo decirle que este paseo me llenó de datos de recuerdos, de información, pero más que nada me contagió el amor que denotan sus palabras hacia los árboles, siempre recalcando como en un intento de que no olvidemos que son seres vivos, como nosotros, seres vivos que ayudan a nuestro bien vivir. También pude ver la tristeza en sus ojos al comentar que la sociedad hoy los olvida, no los valora y no es consciente de que se está dañando a sí misma, sin saberlo y sin reaccionar. Muchas gracias Arnaldo!!!

Estas conversaciones me han dejado muchas certezas y conocimientos: por ejemplo entender que Mendoza es una CIUDAD DESIERTO, y para hacerla habitable se tuvo un plan: diseñada con el 90 % de árboles traídos de otras provincias, Europa, Estados Unidos y hasta China, dándose un cuidado especial para que logren estar algunos árboles aún hoy, más de cien años. También descubrí la importancia del sistema de riego heredado de nuestros pueblos originarios y profundizado por nuestros abuelos, además me sorprendió que nuestro Parque General San Martín se llamara antes “Parque Del Oeste “y que se buscó a un excelente especialista en parques a Francia para crear un perfecto sistema, ecológico que permite purificar el aire que entra a nuestra ciudad oxigenándolo (si bien luego se modificó el permiso de altura de las construcciones adyacentes al parque , por lo que esa brisa purificadora no llega a toda la ciudad, poco ya llega a “todos” …

En ese aprendizaje también supe que tomero era el encargado del riego, otra palabra interesante es tocón: que es el resto del árbol qué queda, en plazas y parques cuando se tala un árbol, tan añoso y tan grande, que deja las muestras del “hecho”, también aprendí que a veces se ven manchas blancas en los árboles, debido a la salinidad del agua que utilizan para riego (puede llegar a secarlos si no está analizada su salinidad).

Pero en este recorrido también se me generaron muchas preguntas ¿por qué se avanza sobre las zonas verdes? ¿por qué se talan árboles sin estrictos controles? ¿por qué es necesario colocar tanto cemento en los espacios verdes? ¿dónde va a parar toda la madera?

Como ciudadanos, es hora de utilizar una nueva herramienta vigente hace menos de tres meses, herramienta potentísima: El Acuerdo de Escazú, que obliga a los Estados a dar información, para que cualquier ciudadano pueda consultar respecto a temas ambientales, en especial estos, que afectan gravemente a nuestra vida y salud.


(*) Abogada. Integrante del Área Ambiental de XUMEK (Asociación para la Promoción y Protección de los Derechos Humanos)




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