Inclaudicablemente se reitera que discutir contraponiendo argumentos, enriquece el pensamiento reflexivo y contribuye a la crítica constructiva. Pero la repetición de enunciados que carecen de fundamento, y que presentan contradicciones internas, no colabora con la vocación dialoguista que premia el intercambio de opiniones. Se ha insistido con reconocer que no se trata de “pensar distinto”, habiendo demostrado que los valores y mecanismos racionales son mayormente compartidos, tras lo cual el enfrentamiento de posiciones, amores y odios es sostenido por conjuntos de creencias disfrazados de antagónicos e inconciliables. El ejemplo visible es cuando dos personas que defienden la generación de empleo y el desarrollo del país, al tiempo que rechazan la corrupción y los ventajeros individualistas, sin embargo se culpan recíprocamente de vendepatrias y ladrones. Paren un poco! Ambos quieren lo mismo! En dónde está el error?

Observemos al detalle algunos comportamientos. Ciertos enunciadores opuestos al gobierno Nacional y Popular, insistían continuamente vaticinando sin cesar que entraríamos en Cesación de Pagos. La reestructuración de la deuda fue exitosa y sin riesgos de juicios como el recordado de los fondos buitre. Se recuerda que las reestructuraciones de la deuda generada entre 1976 y 2001, tuvieron una adhesión del 93% entre las instancias del 2005 y 2010, pero ese 7% tuvo poder para no respetar el acuerdo mayoritario y atentar contra la salud financiera de una Nación entera. Cristina Fernández y Axel Kicillof explicaron continuamente, dando clases por todo el mundo en reuniones internacionales relevantes, que cuando un acuerdo es consensuado por la mayoría debía ser vinculante, lo que obliga a acatar a las minorías, que siempre son los más ricos que especulan para imponerse. Pues se evolucionó, y ahora es vinculante, además de haber alcanzando ya una adhesión del 99%. Pero aquellos que pronosticaban una cesación de pagos se olvidaron del asunto sin siquiera mencionar la superación de esa instancia complicada y conflictiva.

Esos mismos enunciadores reclamaban la penosa situación de los jubilados y el continuo incremento de tarifas. En este escenario ha quedado en evidencia que los servicios de informática y comunicación son imprescindibles para el desarrollo laboral, educativo, social, cultural, entretenimiento, acceso a la información, ejercicio y goce del derecho a la libertad de expresión. El gobierno declaró servicios públicos la telefonía, el internet y la televisión paga, y las tarifas fueron congeladas, lo que además de proteger el bolsillo de la gente, elimina una causa inflacionaria. En tanto, se le devolvieron los medicamentos gratuitos a los jubilados con la misma plata que el gobierno especulativo financiero 2016/17/18/19 le regalaba a los bancos con elevadísimas tasas de interés. Pero los enunciadores ahora olvidaron el tema sin reconocer la mención a lo logrado en favor del pueblo y en contra de los intereses concentrados de las corporaciones.

Hablaban de que íbamos a llegar a una hiperinflación de manera inevitable. Si bien la formación especulativa de precios sigue siendo un problema al que se está atacando con diversos programas como Precios Cuidados, Ahora 12, Congelamiento de Tarifas y aquietamiento cambiario (del precio del dólar), la inflación está en la mitad que durante el gobierno de Macri, cuando había acariciado el 60%. Pero esos mismos comunicadores, en vez de reconocer las mejoras, siguen insistiendo incesantemente con generar expectativas inflacionarias, incentivando a la formación especulativa (y precautoria) de precios.

Podríamos comenzar a entender este panorama atendiendo a que el poder concentrado del mundo ha incrementado su riqueza tan rápido, que el 1% más rico posee el 50% de las riquezas de todo el planeta, quedando entre otras cosas, más de la mitad de la población mundial por debajo de los niveles de pobreza. Cuáles han sido sus tres patas? El sistema financiero que ha endeudado a las naciones y esclavizado a sus pueblos, saqueándolos. El poder mediático, que ha convencido de falsas creencias a una buena parte de las sociedades, dividiéndolas. Divide y Reinarás. Y el poder judicial. Nosotros queremos un poder judicial independiente de ese poder concentrado, y sí dependiente de las necesidades del pueblo. De eso se trata la reforma judicial, la democratización la justicia. Y aquí viene uno de los puntos de análisis.

Desde tiempos remotos, los jueces no pagan impuestos, sus puestos son vitalicios, en algunos casos elegidos a dedo por el poder concentrado, y se blindan en una especie de corporación invencible, deviniéndose en un poder supremo que pone condiciones para todos los aspectos de la organización social, económica, financiera, comercial, cultural y política del país. Y cuando disgustan de algo, lo declaran inválido jurídicamente. En consecuencia, la consciencia popular a través del Estado, propone una ley para elección democrática de los Consejos de la Magistratura, que son los que nombran a los jueces, para renovar los cargos a través de elecciones, para multiplicar voces evitando las alianzas corporativas, y para que paguen impuestos. Estas discusiones habrán de hacerse en el Parlamento, entre diputados y entre senadores, elegidos por votación libre, abierta y democrática, quedando a la vista de todos (los que quieran ver y escuchar) quién votó cada cosa y cómo lo justificó. Casi un ideal de democracia representativa, que conseguirá una Justicia independiente de los poderes corporativos, que la manejó sin tregua a través de los tiempos.

Llama la atención que una parte de la sociedad salió a protestar en defensa de la independencia del Poder Judicial, justificando su postura en que esta propuesta es para que Cristina Fernández no vaya presa. En esto se observan unas cuantas contradicciones y puntos de análisis. Primero, que esta reforma no se efectúa a través de un decreto sino a través de una discusión parlamentaria de carácter público, ya que sale publicado y se difunde por todas las vías existentes – televisión, radio, youtube, facebook, instagram, twitter, watsap, etcétera –. Segundo, el anterior período de gobierno sí removió a dedo y puso a dedo jueces según su conveniencia. Tercero, todas las causas que están en ejecución continuarán con sus jueces vigentes, desarticulando las acusaciones relativas a la impunidad de Cristina Fernández. Cuarto, el anterior período de gobierno, teniendo todo el poder y siendo enemigo furioso de Cristina Fernández, buscó causas y no consiguió demostrar nada. Quinto, existen causas penales abiertas involucrando a integrantes del gobierno de Macri, y al propio Macri. Sexto, la consecuencia de las cinco anteriores da a suponer que los del gobierno anterior son los que manejan los medios de comunicación e, influyendo sobre las creencias instaladas, quieren frenar las mejoras de la organización del sistema judicial de la Nación por temor.

Entonces, analizar las contradicciones internas de los enunciados y de los enunciadores, también puede ser un mecanismo que sí contribuye a enriquecer el pensamiento crítico constructivo y comprender los mecanismos de dominación por parte de unos pocos que se creen los dueños del mundo. Dentro de algún tiempo, las sociedades tomaremos conciencia de esto, estaremos más unidas, y ellos ya no podrán seguir creyendo que son los únicos dueños.

(*) Julián Denaro, Economista (UBA), Columnista Económico en Televisión y Radio, Profesor en Universidades Nacionales (UBA y UNLAM), Doctorando en Ciencias Económicas en UNLAM y terminando la Licenciatura en Psicología en la UBA. Autor de seis libros, siendo los dos últimos “Del país dividido a la revolución cultural” (2017) y “Argentina entre las disputas de poder 2012-2019” (2019)