A 44 años del triunfo del Frente Sandinista de Liberación Nacional queremos recordar a “La Chinita de Jinotepe”, como era conocida Arlen durante la época de la lucha sandinista en contra de la dictadura militar somocista. Fue hija de padre de descendencia china, el señor Armando Siu y la señora Rubia Bermúdez de Siu, originaria del Municipio de Dolores. Los Siu son una familia muy conocida en Jinotepe por ser emigrantes chinos que llegaron a Nicaragua hace muchos años y se convirtieron en exitosos comerciantes que aportaron a la economía local.
En ese contexto nació Arlen, un 15 de julio de 1955 en la ciudad de Jinotepe, dentro de una familia pudiente y acomodada. Según cuenta su mamá, la niñez de esta guerrillera fue normal, siempre dedicada a sus estudios y demostrando en todo momento una buena educación. Nunca se sintió superior a los demás a pesar de su situación económica.
“Ella era una muchacha muy alegre, de buenos modales, le gustaba mucho cantar, escribía sus canciones. Yo recuerdo a mi hija con mucho amor, con mucho cariño, ella fue una muchacha que sentía amor por su patria, ella pensaba en los pobres, en la pobreza de Nicaragua, también por aquella gente que era maltratada en ese entonces por las autoridades. Arlen decía que era una injusticia la que hacía el gobierno de ese entonces”, recuerda la señora Rubia Bermúdez de Siu, mamá de Arlen.
Doña Rubia afirma no olvidar las palabras que le decía Arlen cuando mostraba su preocupación por los pobres: “Mamá, los niños de la Pila Grande necesitan que yo los vaya a visitar, necesitan ropa, vamos a alegrarlos, vamos a hacerles una piñata”, le expresaba Arlen a su
mamá.
“Cuando ella se fue a luchar con el Frente Sandinista no nos dijo nada ni a su papá, ni a mí, ni a sus hermanos, ella se fue un día a la Universidad porque estaba en segundo año de Psicología en la UNAN de León, me acuerdo que estaba haciendo exámenes y ese día pues le tocaba y se fue. Hasta después, como a los tres días que nosotros la estábamos esperando apareció una carta donde ella se despedía de nosotros, que muy pronto iba a regresar aquí a Jinotepe, pero que le tuviéramos paciencia, que ella se iba para mejorar a Nicaragua, para ayudar a la gente. Ella se fue y estuvo alfabetizando y juntamente ella hacía su trabajo revolucionario, luego me doy cuenta que ella se había ido con otros intereses, ella se fue a unirse a la lucha revolucionaria de ese entonces y después solo dos cartas más nos mandó nada más”.
“Yo sentí mucho la muerte de mi hija, después que se fue nosotros sufríamos mucho, pero ella tenía buenas intenciones para su prójimo. Cuando era mayor despertó y comenzó a dar otros pasos, con sus compañeros Hugo Arévalo y Ricardo Morales Avilés, se fueron a combatir con un grupo de León, El Viejo, El Sauce y las Segovias; ella era la que coordinada el grupo, en las montañas de El Sauce salieron de la escuelita donde daban las clases y los fueron siguiendo la guardia y llegaron a una casa donde a ellos les dieron de comer y ahí estaban, la guardia estaba bajando y les decían que tenían órdenes de que al que encontraran en las montañas lo iban a matar y lucharon y así la guardia nacional de Somoza me mató a mi hija. Ellos fueron perseguidos, todo el que salía clandestino los perseguían y los mataban, en cada comarca estaba regada la guardia, los seguían porque ellos luchaban por los más pobres”
Este año se cumplen 47 años de su caída en combate en El Sauce. En Jinotepe, su ciudad natal, los lugareños que la conocieron aún recuerdan a Arlen como una muchacha alegre, jovial, una joven con verdadera conciencia revolucionaria.
“Yo me acuerdo de esa muchacha, la chinita le decían porque en su familia son chinos, era muy bonita por cierto, su familia tenía riales pero nunca se creyeron más que la gente, más bien don Armando Siu le daba trabajo a la gente que le pedía. Bueno la muchacha siempre andaba ayudando a la gente pobre, antes de irse a la guerra con los sandinistas a León, ella buscaba ayuda y se iba con unos muchachos a los barrios pobres, adonde la gente que no tenía dinero, ella era muy sencilla y amistosa con la gente”, afirma el señor Jorge Aburto Sequeira.
Cada año, en Jinotepe, la familia de Arlen organiza el “Festival de Música Arlen Siu”, donde distintos cantautores nacionales recuerdan con su música a la guerrillera. En Jinotepe la calle donde está ubicada su casa de habitación lleva el nombre de “Arlen Siu” en su honor. El compromiso social que heredó Arlen a las nuevas generaciones continua vigente e inmortal con las acciones y programas que ejecuta el Buen Gobierno en pro de los más desposeídos.
A 44 años del triunfo del Frente Sandinista de Liberación Nacional queremos recordar a “La Chinita de Jinotepe”, como era conocida Arlen durante la época de la lucha sandinista en contra de la dictadura militar somocista. Fue hija de padre de descendencia china, el señor Armando Siu y la señora Rubia Bermúdez de Siu, originaria del Municipio de Dolores. Los Siu son una familia muy conocida en Jinotepe por ser emigrantes chinos que llegaron a Nicaragua hace muchos años y se convirtieron en exitosos comerciantes que aportaron a la economía local. En ese contexto nació Arlen, un 15 de julio de 1955 en la ciudad de Jinotepe, dentro de una familia pudiente y acomodada. Según cuenta su mamá, la niñez de esta guerrillera fue normal, siempre dedicada a sus estudios y demostrando en todo momento una buena educación. Nunca se sintió superior a los demás a pesar de su situación económica. “Ella era una muchacha muy alegre, de buenos modales, le gustaba mucho cantar, escribía sus canciones. Yo recuerdo a mi hija con mucho amor, con mucho cariño, ella fue una muchacha que sentía amor por su patria, ella pensaba en los pobres, en la pobreza de Nicaragua, también por aquella gente que era maltratada en ese entonces por las autoridades. Arlen decía que era una injusticia la que hacía el gobierno de ese entonces”, recuerda la señora Rubia Bermúdez de Siu, mamá de Arlen. Doña Rubia afirma no olvidar las palabras que le decía Arlen cuando mostraba su preocupación por los pobres: “Mamá, los niños de la Pila Grande necesitan que yo los vaya a visitar, necesitan ropa, vamos a alegrarlos, vamos a hacerles una piñata”, le expresaba Arlen a su “Cuando ella se fue a luchar con el Frente Sandinista no nos dijo nada ni a su papá, ni a mí, ni a sus hermanos, ella se fue un día a la Universidad porque estaba en segundo año de Psicología en la UNAN de León, me acuerdo que estaba haciendo exámenes y ese día pues le tocaba y se fue. Hasta después, como a los tres días que nosotros la estábamos esperando apareció una carta donde ella se despedía de nosotros, que muy pronto iba a regresar aquí a Jinotepe, pero que le tuviéramos paciencia, que ella se iba para mejorar a Nicaragua, para ayudar a la gente. Ella se fue y estuvo alfabetizando y juntamente ella hacía su trabajo revolucionario, luego me doy cuenta que ella se había ido con otros intereses, ella se fue a unirse a la lucha revolucionaria de ese entonces y después solo dos cartas más nos mandó nada más”. Este año se cumplen 47 años de su caída en combate en El Sauce. En Jinotepe, su ciudad natal, los lugareños que la conocieron aún recuerdan a Arlen como una muchacha alegre, jovial, una joven con verdadera conciencia revolucionaria. “Yo me acuerdo de esa muchacha, la chinita le decían porque en su familia son chinos, era muy bonita por cierto, su familia tenía riales pero nunca se creyeron más que la gente, más bien don Armando Siu le daba trabajo a la gente que le pedía. Bueno la muchacha siempre andaba ayudando a la gente pobre, antes de irse a la guerra con los sandinistas a León, ella buscaba ayuda y se iba con unos muchachos a los barrios pobres, adonde la gente que no tenía dinero, ella era muy sencilla y amistosa con la gente”, afirma el señor Jorge Aburto Sequeira. Cada año, en Jinotepe, la familia de Arlen organiza el “Festival de Música Arlen Siu”, donde distintos cantautores nacionales recuerdan con su música a la guerrillera. En Jinotepe la calle donde está ubicada su casa de habitación lleva el nombre de “Arlen Siu” en su honor. El compromiso social que heredó Arlen a las nuevas generaciones continua vigente e inmortal con las acciones y programas que ejecuta el Buen Gobierno en pro de los más desposeídos. |
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