Habiendo terminado de editar las notas de esta revista, de leer el contenido de la nueva edición de Granma Internacional y Cuba Diplomática, que integran el cuerpo de los tres medios que tienes en tus manos, podría decirse que este fue un enero en extremo movido.

Con la CELAC en marcha teniendo a Petro y Lula como nuevos participantes, activos, pujantes, revelando la posibilidad de que nuestro continente reencuentre el cauce perdido en la década pasada donde el grupo de Lima se veía como la vuelta a la dependencia a los Estados Unidos y la agudización de la concentración de nuestras riquezas en pocas manos.

Hoy más que nunca la misión de contrarrestar falsas noticias, esclarecer sobre nuestros verdugos y juntarnos en proyectos más consistentes es la gran tarea.

Encontrarnos, complementarnos, ir generando confianza, he ahí el gran desafío a desarrollar.

Desde la editorial en febrero comenzaremos con la edición de libros tanto en soporte gráfico como digital, con una nueva programación de la plataforma de lectura que ampliará sus herramientas.

Desde marzo proyectamos la apertura de dos nuevas salas de trabajo en la editorial principalmente para fortalecer la distribuidora y la producción de audiovisuales, que tendrán más regularidad en sus vivos en redes. Contaremos desde Cuba y España con compañeros que vendrán a presentar sus libros en una gira por varias provincias de nuestro país, continuando con la mirada federal que nos caracteriza.

En abril la feria internacional del libro de Buenos Aires será la actividad principal, contando con una nueva ampliación en el espacio de nuestro stand recibiendo a compañeros de Chile que vienen a exponer y presentar sus libros en el marco de que Santiago de Chile es la ciudad invitada en esta 47° edición. Con un homenaje especial al poeta Aristóteles España al que recordaremos con la publicación de uno de sus libros para el evento central.

Llegada

Bajamos de la barcaza con las manos en alto
a una playa triste y desconocida.
La primavera cerraba sus puertas,
el viento nocturno sacudió de pronto
mi cabeza rapada
el silencio,
esa larga fila de Confinados
que subía a los camiones de la Armada Nacional
marchando
cerca de las doce de la noche del once de septiembre
de mil novecientos setenta y tres en Isla Dawson.
Viajamos
por un camino pantanoso que me pareció
una larga carretera con destino a la muerte.
Un camino con piedras y soldados.
El ruido del motor es una carcajada,
mi abrigo café tiene barro y bencina:
nos rodean
bajamos del camión
uno dos tres kilómetros
cerca
del
mar
y
de
la
nada;
¿Qué será de Chile a esta hora?
¿Veremos el sol mañana?
Se escuchan voces de mando y entramos a un callejón
esquizofrénico que nos lleva al Campo de
Concentración,
se encienden focos amarillos a nuestro paso,
las ventanas de la vida se abren y se cierran.

Aristóteles España