Entrevista a Alberto Morales. Arte y Antártida
Julia Martínez
"... El Proyecto Cultural Antártico Argentino se trata de incorporar el arte como otra disciplina de investigación para difundir a través del arte y la cultura, a otros públicos, lo que es la Antártida y lo que significa para nosotros como argentinos ..."



Nos encontramos con Alberto Morales, artísta plástico argentino, que recientemente ha editadoun libro de pinturas de su autoría sobre la Antártida "Al sur, del sur, mi Antártida", par conocer un poco más de su vida nos acercamos a su atelier.


— Cómo fueron tus comienzos en el mundo del arte?

— Mi carrera artística se desarrolla en la ciudad de Buenos Aires, Argentina, he trabajado en las artes plásticas desde que era un niño. A la edad de diez años comencé a estudiar pintura y desde entonces nunca me detuve.

Mi primera muestra siendo estudiante fue en el año 1969 en el Museo Amancio Alcorta de la Ciudad de Moreno, el profesor era Jorge Abot, continuando mi formación con el maestro Demetrio Urruchúa. Mis primeras exposiciones individuales tuvieron lugar en los años 1976 y 1977 en la Galería Lirolay.

A mediados de los años 80 el crítico de arte y curador Julio Sapollnik me invitó a trabajar en un espacio para la Galería 264 Arte y Experiencias, donde realicé la Instalación “El Tenista”, siento que fue un crecimiento en mi carrera, me di cuenta que podía explorar y expresarme como artista en otras disciplinas además de la pintura tradicional.

Luego de esta experiencia, he realizado esculturas, obra gráfica y objetos, pienso que no se trata del material, si no que se trata de lo que puedes hacer con él. En esta etapa realicé diversas exposiciones individuales, en Van Riel Galería de Arte, el Centro Cultural de la Cooperación, en la Ciudad de Buenos Aires, el Museo Castagnino en Mar del Plata, y colectiva en el Centro Cultural Borges de la Ciudad de Buenos Aires. -


— ¿Contanos sobre ese maravilloso viaje y qué te motivó a ir a la Antártida?

— Resulta que una alumna de mi taller se enteró de un proyecto que se estaba preparando en la Dirección Nacional del Antártico. Cosa que me pareció muy interesante, me conectó con el director. Me presenté y me pareció mucho más interesante e importante. Se trataba del Proyecto Cultural Antártico Argentino, tuvimos varias reuniones y visitas a mi estudio. No creo en las casualidades, creo que fue un encuentro que se tenía que dar. Siempre me consideré un artista no figurativo, aunque venga de la figuración, como base de mis épocas de estudiante. Para esa época en el 2004, yo ya venía trabajando en mi obra haciendo una especie de horizontes, por la necesidad de partir el plano al medio, con muchos planos de color liso repitiendo color arriba y abajo, o con mucho contraste entre uno y otro. Por eso creo que me interesó sin saberlo, me gustó la idea de la aventura, y de formar parte de un proyecto semejante. Así fue que la Dirección Nacional del Antártico en el año 2005 para conmemorar el centenario de la presencia argentina en la Antártida, me invitó a viajar, durante 40 días por el continente blanco, con la misión de incorporar la Antártida como tema de mi trabajo artístico. El Proyecto Cultural Antártico Argentino se trata de incorporar el arte como otra disciplina de investigación para difundir a través del arte y la cultura a otros públicos, lo que es la Antártida y lo que significa para nosotros como argentinos ese territorio. La Antarita siempre estuvo circunscripta solo a los ámbitos militares, políticos, geopolíticos y científicos. Un núcleo muy reducido y específico. Esto era llevarlo a una gran cantidad de público y muy diverso. Y poder crear una masa crítica de público que se pueda enterar y saber de qué se trata. No se puede amar lo que no se conoce. Así que de esta manera establecer una visión poética y lograr que se enamores de mi enamoramiento y lo que transmito con mis obras y que se entienda que eso existe y nos pertenece.

Durante el viaje trabajé en pequeños bocetos, apuntes, pinturas y fotografías, que luego, en mi taller se tradujeron en Obra, fruto de la experiencia vivida, hasta la fecha.

Las exposiciones más relevantes de esta etapa han sido, Sur Polar en México y en Argentina, en la Casa Rosada, Presidencia de la Nación, La Noche de los Museos, Centro Cultural Borges, Museo Marítimo de Ushuaia, Museo del Hielo en El Calafate, Legislatura Ciudad de Buenos Aires, La Habana Cuba, Grillo Arte, Punta del Este.

En la actualidad, muchas de mis Obras se encuentran en espacios interiores, como urbanos de Edificios, Museos, y Colecciones de Arte en Argentina y en el Extranjero.

Además he dado charlas y conferencias en distintas instituciones, galería de arte, sobre la experiencia Antártica, el arte en la Antártida y visiones sobre la Antártida.




— Hiciste un libro sobre tu viaje, ¿cómo fue el proceso creador de este hermoso trabajo sobre la Antártida?

— En el 2021, edité el libro “Al Sur del Sur mi Antártida”, este trabajo es el resultado de mi viaje y estadía en las bases argentinas en la Antártida durante cuarenta días. Es el relato, el viaje y la aventura de un artista argentino, en el continente blanco.

El proyecto del libro, comenzó a aparecer a medida que iba comprendiendo lo que me había pasado con el viaje a la Antártida. Qué era la Antártida, qué me habían pedido, para qué me habían enviado, adónde me había metido y qué me había pasado a mí con todo eso. Y a medida que lo contaba, aparecían más recuerdos y conceptos. La elaboración de todo ese proyecto se iba construyendo, a partir de una experiencia vivida sin preconceptos. Nunca quise ni preguntas ni saber nada de la Antártida, cuando me propusieron el viaje. No quería ir con preconceptos. Solo vivir el momento y resolver todo lo que ocurriera en el instante, dejarme llevar por la vivencia diaria. En un momento sentí que la obra que realizaba cobraba otra dimensión a partir del relato. El público se conmovía, el relato era una nueva obra.

Mi primera idea fue hacer un documental, se escribió el guión, se presentó en el INCAA un mes ante que asumiera Macri, y en sus políticas estaba eliminar todo ese tipo de proyectos, fue así que seguí con la idea de hacer algo donde pudiera reunir toda esa experiencia muy especial, distinta, exótica y aventurera. Para mí fue un viaje iniciático. Y fue así que nació hace como ocho años la realización de un libro. Era muy difícil, no sabía por dónde empezar, cómo se hacía, ahí no tenía experiencia. Lo primero que me di cuenta fue que costaba mucho dinero. Entonces decidí hacerlo por etapas hasta que lo terminé. Lo primero que pensé fue que tenía que tener el relato, pues ya tenía mucha documentación de fotografía de la obra y el viaje. Así que convoqué a Julio Sapollnik, licenciado en historia del arte y amigo. El próximo paso, fue la corrección literaria y el diseño. Y con gran fortuna me encontré con Amanda García, una maravillosa diseñadora, que me contaba que su sueño fue ir alguna vez a la Antártida. Una mujer muy sensible, apasionada por su trabajo, muy profesional y artista. Creo que todas esas características de ella, hicieron que comprendiera perfectamente cuál era mi intención con este libro y mi obra. Con su capacidad, sensibilidad e inteligencia puso el diseño en función de lo que la obra pedía. Yo quería también que fuera una obra de arte, y lo logró. Luego le di una vuelta más. A raíz de una charla con Edgardo Esteban, Director del Museo Malvinas me preguntaba sobre una presentación, si iba a querer música. Y ahí se me ocurrió hacer una experiencia sensorial completa, era necesario componer una pieza con los sonidos de la Antártida y me contactaron con Gabi Yaya, compositora, investigadora y docente de Córdoba. Y ahí resultó que a Gabi le copó la idea de realizar un montaje sonoro. Con el viento, los chorritos de agua de los deshielos, el crujir de los hielos, la caída de la nieve, los graznidos de los cormoranes, pingüinos, elefantes marinos, focas, mi voz con algunos fragmentos de notas y frases o palabra. y para darle un toque argentino incorporamos en bandoneón. Y resultó ser una obra titulada "Todos los blancos". Para escuchar recorriendo el libro con los sonidos de la Antártida.


— Contános un poco del contenido y estética del libro y las obras que lo componen.

— La idea era hacer que el libro fuera otra obra de arte, y un recorrido sensorial completo con el montaje sonoro. Con el relato de mi experiencia de vida de esos 40 días en el continente blanco. Y para poner en contexto donde yo realicé esa experiencia, participan en el libro el Dr. Mariano Memolli, ex director de la DNA quien me propuso integrar el Proyecto Cultural Antártico Argentino, contándonos sobre la cuestión política y geopolítica de la Antártida. Y por otro lado el Dr. en ciencias de la tierra, el geólogo Rodolfo del Valle que nos explica qué es la Antártida para la ciencia. El libro lo hicimos junto a Julio Sapollmik licenciado en historia del arte con toda la investigación. El libro cuenta con 111 ilustraciones entre fotos del viaje, fotografías de la obra y las reuniones de trabajo junto con Sapollnik, Memolli y del Valle



— Cómo fue tu experiencia en la Antártida?

— Para mí fue un viaje iniciático. Me partió la cabeza. No quise ni preguntar ni averiguar nada de donde iba, sobre que era la Antártida. No quería viajar con prejuicios. Quería ir puro, sin preconceptos, que sin duda iban a ser errados y sin fundamentos. Quería que cada paso me sorprendiera, que fuera un instante único. Iba como con ojos de niño, limpios y disfrutar o no, lo que viera u ocurriera a cada instante. A vivir también la convivencia con todo el presionar que está ahí en las invernadas (catorce meses) y me contaran sus vidas, experiencia, temores, alegrías y duelos... tratar de entender también a través de ellos, qué es y cómo es ese territorio tan extremo en todo. Es un lugar que estás siempre al filo del final. Un lugar donde la omnipotencia se te va al demonio, no sos nada puesto ahí, ante esa naturaleza impredecible. Ahí tenés que escuchar a los que saben y tiene experiencia. Y que ni se te ocurra pensar que, porque en tu casa vas a un gimnasio, creas que, vas hasta ahí nomas y no te va a pasar nada. Pisaste mal, se te dobló un tobillo o se te rompió un hueso, te agarró la noche y si nadie sabe dónde estás o no se enteran que no estás en la base, fuiste, te congelaste a 100 metros de la base.

Para documentarme me llevé parte de mi taller, hasta un atril vertical. Telas preparadas por mí. En el 2005, recién salíamos del desastre del 2001, no tenía un peso para materiales, y no sabía dónde iba y por lo tanto no sabía cómo iba a reaccionar los materiales de trabajo. Yo desde que empecé a estudiar, trabajé con acuarelas y óleos, y hasta que realice el viaje trabajé casi 40 años con ese material tan bello. El óleo aquí en Capital Federal no se secaba nunca, no sabía cómo podía reaccionar allá con el frío, y si iba a tener un espacio de trabajo. Si no se seca, se podía estropear todo lo que hiciera. Así que opté por llevar pintura acrílica, que también la conocía, pero no como el óleo. Sabía que por lo menos tiene un secado rápido y para hacer apuntes era lo mejor. Aunque allí realicé una obra grande he importantes, que algunas se vendieron y otras son como parte de mis estandartes de todo mi trabajo.

Tengo mucho para contar, todo eso está en mi libro. Los invito a que se contacten y visten mis redes sociales, Facebook, Instagram Alberto Morales Antártida, Twitter Alberto Morales Antártida Artista y YouTube: Alberto Morales, y mi página Web Alberto Moarles - Arte.




Más allá del límite Acrilico sobre tela 100x150 cm


Nos encontramos con Alberto Morales, artísta plástico argentino, que recientemente ha editadoun libro de pinturas de su autoría sobre la Antártida "Al sur, del sur, mi Antártida", par conocer un poco más de su vida nos acercamos a su atelier.


— Cómo fueron tus comienzos en el mundo del arte?

— Mi carrera artística se desarrolla en la ciudad de Buenos Aires, Argentina, he trabajado en las artes plásticas desde que era un niño. A la edad de diez años comencé a estudiar pintura y desde entonces nunca me detuve.

Mi primera muestra siendo estudiante fue en el año 1969 en el Museo Amancio Alcorta de la Ciudad de Moreno, el profesor era Jorge Abot, continuando mi formación con el maestro Demetrio Urruchúa. Mis primeras exposiciones individuales tuvieron lugar en los años 1976 y 1977 en la Galería Lirolay.

A mediados de los años 80 el crítico de arte y curador Julio Sapollnik me invitó a trabajar en un espacio para la Galería 264 Arte y Experiencias, donde realicé la Instalación “El Tenista”, siento que fue un crecimiento en mi carrera, me di cuenta que podía explorar y expresarme como artista en otras disciplinas además de la pintura tradicional.

Luego de esta experiencia, he realizado esculturas, obra gráfica y objetos, pienso que no se trata del material, si no que se trata de lo que puedes hacer con él. En esta etapa realicé diversas exposiciones individuales, en Van Riel Galería de Arte, el Centro Cultural de la Cooperación, en la Ciudad de Buenos Aires, el Museo Castagnino en Mar del Plata, y colectiva en el Centro Cultural Borges de la Ciudad de Buenos Aires. -


— ¿Contanos sobre ese maravilloso viaje y qué te motivó a ir a la Antártida?

— Resulta que una alumna de mi taller se enteró de un proyecto que se estaba preparando en la Dirección Nacional del Antártico. Cosa que me pareció muy interesante, me conectó con el director. Me presenté y me pareció mucho más interesante e importante. Se trataba del Proyecto Cultural Antártico Argentino, tuvimos varias reuniones y visitas a mi estudio. No creo en las casualidades, creo que fue un encuentro que se tenía que dar. Siempre me consideré un artista no figurativo, aunque venga de la figuración, como base de mis épocas de estudiante. Para esa época en el 2004, yo ya venía trabajando en mi obra haciendo una especie de horizontes, por la necesidad de partir el plano al medio, con muchos planos de color liso repitiendo color arriba y abajo, o con mucho contraste entre uno y otro. Por eso creo que me interesó sin saberlo, me gustó la idea de la aventura, y de formar parte de un proyecto semejante. Así fue que la Dirección Nacional del Antártico en el año 2005 para conmemorar el centenario de la presencia argentina en la Antártida, me invitó a viajar, durante 40 días por el continente blanco, con la misión de incorporar la Antártida como tema de mi trabajo artístico. El Proyecto Cultural Antártico Argentino se trata de incorporar el arte como otra disciplina de investigación para difundir a través del arte y la cultura a otros públicos, lo que es la Antártida y lo que significa para nosotros como argentinos ese territorio. La Antarita siempre estuvo circunscripta solo a los ámbitos militares, políticos, geopolíticos y científicos. Un núcleo muy reducido y específico. Esto era llevarlo a una gran cantidad de público y muy diverso. Y poder crear una masa crítica de público que se pueda enterar y saber de qué se trata. No se puede amar lo que no se conoce. Así que de esta manera establecer una visión poética y lograr que se enamores de mi enamoramiento y lo que transmito con mis obras y que se entienda que eso existe y nos pertenece.

Durante el viaje trabajé en pequeños bocetos, apuntes, pinturas y fotografías, que luego, en mi taller se tradujeron en Obra, fruto de la experiencia vivida, hasta la fecha.

Las exposiciones más relevantes de esta etapa han sido, Sur Polar en México y en Argentina, en la Casa Rosada, Presidencia de la Nación, La Noche de los Museos, Centro Cultural Borges, Museo Marítimo de Ushuaia, Museo del Hielo en El Calafate, Legislatura Ciudad de Buenos Aires, La Habana Cuba, Grillo Arte, Punta del Este.

En la actualidad, muchas de mis Obras se encuentran en espacios interiores, como urbanos de Edificios, Museos, y Colecciones de Arte en Argentina y en el Extranjero.

Además he dado charlas y conferencias en distintas instituciones, galería de arte, sobre la experiencia Antártica, el arte en la Antártida y visiones sobre la Antártida.




— Hiciste un libro sobre tu viaje, ¿cómo fue el proceso creador de este hermoso trabajo sobre la Antártida?

— En el 2021, edité el libro “Al Sur del Sur mi Antártida”, este trabajo es el resultado de mi viaje y estadía en las bases argentinas en la Antártida durante cuarenta días. Es el relato, el viaje y la aventura de un artista argentino, en el continente blanco.

El proyecto del libro, comenzó a aparecer a medida que iba comprendiendo lo que me había pasado con el viaje a la Antártida. Qué era la Antártida, qué me habían pedido, para qué me habían enviado, adónde me había metido y qué me había pasado a mí con todo eso. Y a medida que lo contaba, aparecían más recuerdos y conceptos. La elaboración de todo ese proyecto se iba construyendo, a partir de una experiencia vivida sin preconceptos. Nunca quise ni preguntas ni saber nada de la Antártida, cuando me propusieron el viaje. No quería ir con preconceptos. Solo vivir el momento y resolver todo lo que ocurriera en el instante, dejarme llevar por la vivencia diaria. En un momento sentí que la obra que realizaba cobraba otra dimensión a partir del relato. El público se conmovía, el relato era una nueva obra.

Mi primera idea fue hacer un documental, se escribió el guión, se presentó en el INCAA un mes ante que asumiera Macri, y en sus políticas estaba eliminar todo ese tipo de proyectos, fue así que seguí con la idea de hacer algo donde pudiera reunir toda esa experiencia muy especial, distinta, exótica y aventurera. Para mí fue un viaje iniciático. Y fue así que nació hace como ocho años la realización de un libro. Era muy difícil, no sabía por dónde empezar, cómo se hacía, ahí no tenía experiencia. Lo primero que me di cuenta fue que costaba mucho dinero. Entonces decidí hacerlo por etapas hasta que lo terminé. Lo primero que pensé fue que tenía que tener el relato, pues ya tenía mucha documentación de fotografía de la obra y el viaje. Así que convoqué a Julio Sapollnik, licenciado en historia del arte y amigo. El próximo paso, fue la corrección literaria y el diseño. Y con gran fortuna me encontré con Amanda García, una maravillosa diseñadora, que me contaba que su sueño fue ir alguna vez a la Antártida. Una mujer muy sensible, apasionada por su trabajo, muy profesional y artista. Creo que todas esas características de ella, hicieron que comprendiera perfectamente cuál era mi intención con este libro y mi obra. Con su capacidad, sensibilidad e inteligencia puso el diseño en función de lo que la obra pedía. Yo quería también que fuera una obra de arte, y lo logró. Luego le di una vuelta más. A raíz de una charla con Edgardo Esteban, Director del Museo Malvinas me preguntaba sobre una presentación, si iba a querer música. Y ahí se me ocurrió hacer una experiencia sensorial completa, era necesario componer una pieza con los sonidos de la Antártida y me contactaron con Gabi Yaya, compositora, investigadora y docente de Córdoba. Y ahí resultó que a Gabi le copó la idea de realizar un montaje sonoro. Con el viento, los chorritos de agua de los deshielos, el crujir de los hielos, la caída de la nieve, los graznidos de los cormoranes, pingüinos, elefantes marinos, focas, mi voz con algunos fragmentos de notas y frases o palabra. y para darle un toque argentino incorporamos en bandoneón. Y resultó ser una obra titulada "Todos los blancos". Para escuchar recorriendo el libro con los sonidos de la Antártida.


— Contános un poco del contenido y estética del libro y las obras que lo componen.

— La idea era hacer que el libro fuera otra obra de arte, y un recorrido sensorial completo con el montaje sonoro. Con el relato de mi experiencia de vida de esos 40 días en el continente blanco. Y para poner en contexto donde yo realicé esa experiencia, participan en el libro el Dr. Mariano Memolli, ex director de la DNA quien me propuso integrar el Proyecto Cultural Antártico Argentino, contándonos sobre la cuestión política y geopolítica de la Antártida. Y por otro lado el Dr. en ciencias de la tierra, el geólogo Rodolfo del Valle que nos explica qué es la Antártida para la ciencia. El libro lo hicimos junto a Julio Sapollmik licenciado en historia del arte con toda la investigación. El libro cuenta con 111 ilustraciones entre fotos del viaje, fotografías de la obra y las reuniones de trabajo junto con Sapollnik, Memolli y del Valle



— Cómo fue tu experiencia en la Antártida?

— Para mí fue un viaje iniciático. Me partió la cabeza. No quise ni preguntar ni averiguar nada de donde iba, sobre que era la Antártida. No quería viajar con prejuicios. Quería ir puro, sin preconceptos, que sin duda iban a ser errados y sin fundamentos. Quería que cada paso me sorprendiera, que fuera un instante único. Iba como con ojos de niño, limpios y disfrutar o no, lo que viera u ocurriera a cada instante. A vivir también la convivencia con todo el presionar que está ahí en las invernadas (catorce meses) y me contaran sus vidas, experiencia, temores, alegrías y duelos... tratar de entender también a través de ellos, qué es y cómo es ese territorio tan extremo en todo. Es un lugar que estás siempre al filo del final. Un lugar donde la omnipotencia se te va al demonio, no sos nada puesto ahí, ante esa naturaleza impredecible. Ahí tenés que escuchar a los que saben y tiene experiencia. Y que ni se te ocurra pensar que, porque en tu casa vas a un gimnasio, creas que, vas hasta ahí nomas y no te va a pasar nada. Pisaste mal, se te dobló un tobillo o se te rompió un hueso, te agarró la noche y si nadie sabe dónde estás o no se enteran que no estás en la base, fuiste, te congelaste a 100 metros de la base.

Para documentarme me llevé parte de mi taller, hasta un atril vertical. Telas preparadas por mí. En el 2005, recién salíamos del desastre del 2001, no tenía un peso para materiales, y no sabía dónde iba y por lo tanto no sabía cómo iba a reaccionar los materiales de trabajo. Yo desde que empecé a estudiar, trabajé con acuarelas y óleos, y hasta que realice el viaje trabajé casi 40 años con ese material tan bello. El óleo aquí en Capital Federal no se secaba nunca, no sabía cómo podía reaccionar allá con el frío, y si iba a tener un espacio de trabajo. Si no se seca, se podía estropear todo lo que hiciera. Así que opté por llevar pintura acrílica, que también la conocía, pero no como el óleo. Sabía que por lo menos tiene un secado rápido y para hacer apuntes era lo mejor. Aunque allí realicé una obra grande he importantes, que algunas se vendieron y otras son como parte de mis estandartes de todo mi trabajo.

Tengo mucho para contar, todo eso está en mi libro. Los invito a que se contacten y visten mis redes sociales, Facebook, Instagram Alberto Morales Antártida, Twitter Alberto Morales Antártida Artista y YouTube: Alberto Morales, y mi página Web Alberto Moarles - Arte.




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