Fidel

“Yo venía de una familia tradicional que siempre votaba a la derecha, pero cuando se dio la revolución cubana el 1 de enero de 1959 fue un nuevo despertar político en mi vida. Ver a sus líderes jóvenes como Fidel Castro, el Che y Camilo Cienfuegos me produjo sensaciones de inquietud y alegría. En eso cae en mis manos un libro de filósofo francés Jean Paul Sartre El huracán sobre el azúcar, donde cuenta un recorrido por la isla con Fidel, recién triunfada la revolución. A partir de ese momento nace mi admiración sobre el personaje de Fidel y la revolución cubana, estado de enamoramiento que sigue hasta el día de hoy.

Conocí Cuba en 1961 en un Congreso Latinoamericano de Arquitectos. Fui como representante de la Facultad del Chaco. Me quedé en la isla dos años, y construí un barrio en un pueblito de gente maravillosa: Baracoa. Durante ese tiempo ocurrieron la casi guerra de los cohetes, las cosechas, los conatos de invasión, en fin, dos años muy intensos porque la medida del tiempo son los hechos, los acontecimientos.
En 1987 regresé a Cuba y vi a los 600 obreros que eran propietarios de las casas de, recibí 600 abrazos, vi mi barrio de Baracoa entre árboles muy altos, terminado, y fue la experiencia más intensa que tuve en mi vida.

También parte de mi vida con la revolución la narro en algunos libros como Cuba existe. Es socialista y no está en coma (1987) y Cuba rebelde. El sueño continua (2000).

Había cultivado una gran amistad con el Comandante Jesús Montané, histórico dirigente de la revolución y participante del Asalto al Cuartel Moncada en 1953, y fue quien me brindó la oportunidad de conocer a Fidel Castro en 1994. En el encuentro estuve acompañado de mi hijo y fue un momento inolvidable. Estaba ante el Espartaco del modernismo. El hombre en cuyo espíritu se unieron la creatividad, la fuerza interior, la audacia y el humanismo. Todos estos atributos son casi imposibles de encontrarlos en otro dirigente en el mundo.

El pensamiento creativo de Fidel Castro y su poder de contagiar entusiasmo a todo el pueblo están dirigidos hoy a la cultura integral de los cubanos y también de otros pueblos del mundo, hacia donde Cuba envía generosamente contingentes de maestros y profesionales de la salud. Y no se trata solamente de éxitos ya logrados como la escolaridad masiva (ni un solo niño sin maestro, un maestro cada quince alumnos, primeros en el continente en casi todos los indicadores), sino también de una verdadera revolución en la enseñanza secundaria, muy deficiente en todas partes del mundo.

La globalización neoliberal que hoy predomina en el planeta, acapara también su atención. Se generan en Cuba, congresos a los que acuden pensadores de todas las tendencias, incluyendo a economistas de los Estados Unidos, funcionarios del FMI y de otros organismos. ¿En qué otra parte del mundo se discuten estos temas cruciales para la humanidad con tanta libertad?

Fidel es un pensador y un revolucionario constante que enfoca con lucidez los principales problemas de la vida en el mundo actual y lo hace sobre una base ética por completo ausente en los Estados nacionales, teniendo siempre como foco al ser humano, pero a cada uno, no a la estadística.

Muchos se preguntan qué pasará en Cuba que ahora Fidel no está más entre los vivos “Cuando el pueblo abre los ojos no los cierra jamás”, dijo José Martí, y también: “Ser culto para ser libre”. El pueblo cubano se acerca cada vez con mayor energía a constituirse en el más culto del mundo. Y esa será la garantía de la supervivencia de sus conquistas revolucionarias, cuyo eje central es la dignidad plena del hombre.”


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Podés encontrar este y 61 testimonios más de Argentinos que conocieron al Comandante en el libro "Fidel Castro, en la memoria argentina".