Nació en una familia de clase media y culta, en la que estaban presentes música y literatura. Su padre, Leandro Vilariño (1892-1944) fue un poeta cuyas obras no fueron editadas en su vida. Al igual que sus hermanos Numen, Poema, Azul y Alma, estudió música. Su madre conocía muy bien la literatura europea.
Como educadora en ejercicio, fue Profesora de Literatura de Enseñanza Secundaria desde 1952 hasta el golpe de estado en 1973. Luego de restaurado el sistema democrático, desde 1985 fue docente en el Departamento de Literaturas Uruguaya y Latinoamericana en la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación de la Universidad de la República.
Escribió desde muy joven; y sus primeros poemas ya maduros fueron concebidos entre los 17 y los 21 años. Su primera obra poética, La suplicante, fue editada en 1945 sólo con su nombre. En años subsiguientes sería reconocida internacionalmente y premiada con distintos galardones. Sus poemas están marcados por una experiencia íntima, intensa y angustiosa, muy coherente siempre.
La Generación del 45 en ocasión de la visita de Juan Ramón Jiménez. De izquierda a derecha, parados: Maria Zulema Silva Vila, Manuel Arturo Claps, Carlos Maggi, María Inés Silva Vila, Juan Ramón Jiménez, Idea Vilariño, Emir Rodríguez Monegal, Ángel Rama. Sentados: José Pedro Díaz, Amanda Berenguer, Zenobia Camprubí, Ida Vitale, Elda Lago, Manuel Flores Mora.
Integró la generación de escritores de diversa índole que surgieron artísticamente desde 1945 a 1950 que fue llamada Generación del 45. En ella también pueden ubicarse a Juan Carlos Onetti, Mario Benedetti, Sarandy Cabrera, Carlos Martínez Moreno, Ángel Rama, Carlos Real de Azúa, Carlos Maggi, Alfredo Gravina, Mario Arregui, Amanda Berenguer, Humberto Megget, Emir Rodríguez Monegal, Gladys Castelvecchi y José Pedro Díaz entre otros.
Participó en numerosos emprendimientos literarios. Estuvo concretamente entre los fundadores de la revista Clinamen, y Número, de peso entre 1945-1955 (por lo que conoció a Juan Ramón Jiménez); y se encontró entre los colaboradores de otras publicaciones como Marcha, La Opinión, Brecha, Asir, y Texto crítico.
Sus traducciones también han sido objeto de reconocimiento, llegando algunas de ellas (como las que realizó de obras de Shakespeare) a ser representadas en teatros de Montevideo.
En 1997 fue entrevistada por Rosario Peyrou y Pablo Rocca, de allí surgió el documental Idea, con dirección de Mario Jacob, que fuera estrenado en mayo de 1998.
Su obra ha sido traducida a varios idiomas, como el italiano, alemán y portugués.
Como compositora, se pueden mencionar cuatro canciones emblemáticas pertenecientes a la música popular uruguaya: "A una paloma" (musicalizada por Daniel Viglietti), "La canción y el poema" (musicalizada por Alfredo Zitarrosa), "Los orientales" y "Ya me voy pa' la guerrilla" (musicalizadas por Los Olimareños).
En 2004 recibió el Premio Konex MERCOSUR a las Letras, otorgado por la Fundación Konex (Argentina), como la más influyente escritora de la región.
Falleció en Montevideo el 28 de abril de 2009.
MEDIODÍA
Transparentes los aires, transparentes
la hoz de la mañana,
los blancos montes tibios, los gestos de las olas,
todo ese mar, todo ese mar que cumple
su profunda tarea,
el mar ensimismado,
el mar, a esa hora de miel en que el instinto
zumba como una abeja somnolienta...
Sol, amor, azucenas dilatadas, marinas,
Ramas rubias sensibles y tiernas como cuerpos,
vastas arenas pálidas.
Transparentes los aires, transparentes
las voces, el silencio.
A orillas del amor, del mar, de la mañana,
en la arena caliente, temblante de blancura,
cada uno es un fruto madurando su muerte.
TE ESTOY LLAMANDO
Amor
desde la sombra
desde el dolor
amor
te estoy llamando
desde el pozo asfixiante del recuerdo
sin nada que me sirva ni te espere.
Te estoy llamando
amor
como al destino
como al sueño
a la paz
te estoy llamando
con la voz
con el cuerpo
con la vida
con todo lo que tengo
y que no tengo
con desesperación
con sed
con llanto
como si fueras aire
y yo me ahogara
como si fueras luz
y me muriera.
Desde una noche ciega
desde olvido
desde horas cerradas
en lo solo
sin lágrimas ni amor
te estoy llamando
como a la muerte
amor
como a la muerte.
LOS ORIENTALES
De todas partes vienen,
sangre y coraje,
para salvar su suelo
los orientales;
vienen de las cuchillas,
con lanza y sable,
entre las hierbas brotan
los orientales.
Salen de los poblados,
del monte salen,
en cada esquina esperan
los orientales.
Porque dejaron sus vidas,
sus amigos y sus bienes,
porque es más querida
la libertad que no tienen,
porque es ajena la tierra
y la libertad ajena
y porque siempre los pueblos
saben romper sus cadenas.
Eran diez, eran veinte,
eran cincuenta,
eran mil, eran miles,
ya no se cuentan.
Rebeldes y valientes
se van marchando,
las cosas que más quieren
abandonando.
Como un viento que arrasa
van arrasando,
como un agua que limpia
vienen limpiando.
Porque dejaron sus vidas...
CUÁNDO YA NOCHES MÍAS
Cuándo ya noches mías
ignoradas e intactas,
sin roces.
Cuándo aromas sin mezclas
inviolados.
Cuándo yo estrella fría
y no flor en un ramo de colores.
Y cuando ya mi vida,
mi ardua vida,
en soledad
como una lenta gota
queriendo caer siempre
y siempre sostenida
cargándose, llenándose
de sí misma, temblando,
apurando su brillo
y su retorno al río.
Ya sin temblor ni luz
cayendo oscuramente.
Nació en una familia de clase media y culta, en la que estaban presentes música y literatura. Su padre, Leandro Vilariño (1892-1944) fue un poeta cuyas obras no fueron editadas en su vida. Al igual que sus hermanos Numen, Poema, Azul y Alma, estudió música. Su madre conocía muy bien la literatura europea. Como educadora en ejercicio, fue Profesora de Literatura de Enseñanza Secundaria desde 1952 hasta el golpe de estado en 1973. Luego de restaurado el sistema democrático, desde 1985 fue docente en el Departamento de Literaturas Uruguaya y Latinoamericana en la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación de la Universidad de la República. Escribió desde muy joven; y sus primeros poemas ya maduros fueron concebidos entre los 17 y los 21 años. Su primera obra poética, La suplicante, fue editada en 1945 sólo con su nombre. En años subsiguientes sería reconocida internacionalmente y premiada con distintos galardones. Sus poemas están marcados por una experiencia íntima, intensa y angustiosa, muy coherente siempre. La Generación del 45 en ocasión de la visita de Juan Ramón Jiménez. De izquierda a derecha, parados: Maria Zulema Silva Vila, Manuel Arturo Claps, Carlos Maggi, María Inés Silva Vila, Juan Ramón Jiménez, Idea Vilariño, Emir Rodríguez Monegal, Ángel Rama. Sentados: José Pedro Díaz, Amanda Berenguer, Zenobia Camprubí, Ida Vitale, Elda Lago, Manuel Flores Mora. Participó en numerosos emprendimientos literarios. Estuvo concretamente entre los fundadores de la revista Clinamen, y Número, de peso entre 1945-1955 (por lo que conoció a Juan Ramón Jiménez); y se encontró entre los colaboradores de otras publicaciones como Marcha, La Opinión, Brecha, Asir, y Texto crítico. Sus traducciones también han sido objeto de reconocimiento, llegando algunas de ellas (como las que realizó de obras de Shakespeare) a ser representadas en teatros de Montevideo. En 1997 fue entrevistada por Rosario Peyrou y Pablo Rocca, de allí surgió el documental Idea, con dirección de Mario Jacob, que fuera estrenado en mayo de 1998. Su obra ha sido traducida a varios idiomas, como el italiano, alemán y portugués. Como compositora, se pueden mencionar cuatro canciones emblemáticas pertenecientes a la música popular uruguaya: "A una paloma" (musicalizada por Daniel Viglietti), "La canción y el poema" (musicalizada por Alfredo Zitarrosa), "Los orientales" y "Ya me voy pa' la guerrilla" (musicalizadas por Los Olimareños). En 2004 recibió el Premio Konex MERCOSUR a las Letras, otorgado por la Fundación Konex (Argentina), como la más influyente escritora de la región. Falleció en Montevideo el 28 de abril de 2009.
Transparentes los aires, transparentes Transparentes los aires, transparentes
TE ESTOY LLAMANDO Amor Te estoy llamando Desde una noche ciega
De todas partes vienen, Salen de los poblados, Porque dejaron sus vidas, Eran diez, eran veinte, Rebeldes y valientes Como un viento que arrasa Porque dejaron sus vidas...
Cuándo ya noches mías Cuándo aromas sin mezclas Cuándo yo estrella fría Y cuando ya mi vida, Ya sin temblor ni luz |
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