Una Nueva Constitución fue parte de las demandas de les jóvenes y pueblo de Chile en el estallido social o “revuelta” de octubre de 2019. Se cuestionó así el carácter ilegitimo de la Constitución de 1980 de la dictadura (realizada sin registros electorales y fraude), y redactada en aquella época por un “consejo de notables” elegidos a dedo por la Junta Militar y Jaime Guzmán ideólogo de la dictadura. En el año 1990 retorna la democracia al país trasandino, y en 30 años de los sucesivos gobiernos de la “Concertación Democrática” en alternancia con la derecha política, realizaron cambios cosméticos a la Constitución de la dictadura, conservando sus enclaves autoritarios y neoliberal. Como la existencia de un Estado Subsidiario del mercado, es decir, de los grandes grupos monopólicos y oligopólicos, y con un Estado ausente para las grandes mayorías en la provisión de bienes públicos, dándoselos al mercado o sector privado para que lucre con la salud de la población, educación de les jóvenes y jubilaciones a los adultos mayores, por debajo de la línea de pobreza. De ahí el sentido de la consigna de les estudiantes secundarios, en ese octubre de 2019, cuando saltaron las vallas del subte o metro por el aumento del precio: Basta de ABUSOS ¡¡NO SON 30 PESOS!! ¡¡SON 30 AÑOS!!

La Nueva Constitución

La Nueva Constitución a plebisciarse en septiembre, surgió primero, de un plebiscito nacional en octubre de 2020 donde el 78% de los votantes decidió que quiere una Nueva Constitución redactada por una convención constitucional. El segundo paso fue la elección en mayo de 2021 de los 155 convencionales con paridad de género, que tendrían la responsabilidad de redactar la Nueva Constitución. Una vez elegidos, la Convención Constitucional funcionó entre el 4 de julio de 2021 al 4 de julio de 2022, cuyo resultado —ratificado por dos tercios de sus integrantes— es la Nueva Constitución a aprobar o rechazar en el referéndum del 4 de septiembre de 2022.

El preámbulo de la Nueva Constitución a plebiscitar señala: “Nosotras y nosotros, el pueblo de Chile, conformado por diversas naciones, nos otorgamos libremente esta Constitución, acordada en un proceso participativo, paritario y democrático”, y en su artículo 1 establece: Chile es un Estado social democrático y de derecho. Es plurinacional, intercultural, regional y ecológico. Se constituye como una república solidaria. Su democracia es inclusiva y paritaria. Reconoce como valores intrínsecos e irrenunciables la dignidad, la libertad, la igualdad sustantiva de los seres humanos y su relación indisoluble con la naturaleza. La protección y garantía de los derechos humanos individuales y colectivos son el fundamento del Estado y orientan toda su actividad.
Sería la primera Constitución paritaria del mundo a partir de su origen por medio de la elección de los convencionales, y también en su letra, estableciendo en el artículo 6 que: “El Estado promueve una sociedad donde mujeres, hombres, diversidades y disidencias sexuales y de género participen en condiciones de igualdad sustantiva, reconociendo que su representación efectiva es un principio y condición mínima para el ejercicio pleno y sustantivo de la democracia y la ciudadanía”.

En las paredes de las diferentes ciudades de Chile, a partir de la revuelta de octubre de 2019, se podía leer un grafiti que inundo sus calles y anchas alamedas: ´el neoliberalismo nace y muere en Chile´. Ese es el desafío. Dejar un Estado subsidiario de los monopolios que reduce a las personas a la categoría de individuos-consumidores. Para pasar a una sociedad que ve a las personas como ciudadanos diversos, con derechos, paridad de género y en equilibrio con la naturaleza.

La Nueva Constitución también es innovadora y con visión estratégica. Define en su artículo 139 a Chile como un país oceánico que reconoce la existencia del maritorio, como una categoría jurídica que, al igual que el territorio, debe contar con regulación normativa específica, que incorpore sus características propias en los ámbitos social, cultural, medioambiental y económico. El maritorio se refiere a la zona costera, las aguas territoriales y el mar territorial sobre los que se detenta soberanía de conformidad al derecho internacional. Retomando el espíritu de O´Higgins, San Martín y Bolívar, la Nueva Constitución declara a América Latina y el Caribe como zona prioritaria en las relaciones internacionales, como región de paz y libre de violencia.
Se reconocen también las formas diversas de trabajar, vivir y constituir familia, así como la importancia del trabajo doméstico no remunerado y las labores de cuidado que se visibilizaron con la pandemia, estableciendo en su artículo 45, “que toda persona tiene derecho a la seguridad social, fundada en los principios de universalidad, solidaridad, integralidad, unidad, igualdad, suficiencia, participación, sostenibilidad y oportunidad”, donde la ley establecerá un sistema de seguridad social público, que otorgue protección en caso de enfermedad, vejez, discapacidad, supervivencia, maternidad y paternidad, desempleo, accidentes del trabajo y enfermedades profesionales, y en las demás contingencias sociales de falta o disminución de medios de subsistencia o de capacidad para el trabajo.

Apruebo/Rechazo

En septiembre, el mes de la patria chilena, su pueblo enfrenta el desafío de cerrar un pasado de terror y exclusión sintetizado en la Constitución de Pinochet, y avanzar así, con una Nueva Constitución que responda a las demandas de la revuelta, de participación, justicia social, diversidad, paridad y cuidado del ambiente de nuestro tiempo. Es la primera vez en la historia de Chile que se redacta una Constitución con una convención constitucional elegida íntegramente por el pueblo.

El discurso del rechazo refleja el miedo que sienten las élites o establishment a la democratización de la institucionalidad chilena y la pérdida de poder. Es un discurso que mira hacia Europa y reniega de sus raíces de los pueblos originarios y mapuche. Contradictorio, en un país donde el club de futbol más popular lleva el nombre de Colo Colo, cacique mapuche. Es un discurso que se mezcla con el racismo, el odio al pobre y el machismo patriarcal. El rechazo aunque NO defiende la vieja constitución, busca instalar la idea de que la propuesta elaborada por los convencionales constituyentes no es la que se esperaba, es decir, como fueron minoría no acatan la mayoría. En ese discurso de instalar mentiras por verdades los medios de comunicación o desinformación juegan un rol central liderado por la cadena de multimedios, El Mercurio de los Edwards.

El 4 de septiembre de 2022 a 52 años del triunfo de Allende, sin duda el país trasandino festejará una victoria. Gane el apruebo, lo que esperamos, o triunfe el rechazo. Chile despertó ya que se discute una Nueva Constitución que reemplace a la del tirano, algo impensable hace tres años atrás. Gracias a les jóvenes que entregaron sus ojos para este despertar.

Una Nueva Constitución fue parte de las demandas de les jóvenes y pueblo de Chile en el estallido social o “revuelta” de octubre de 2019. Se cuestionó así el carácter ilegitimo de la Constitución de 1980 de la dictadura (realizada sin registros electorales y fraude), y redactada en aquella época por un “consejo de notables” elegidos a dedo por la Junta Militar y Jaime Guzmán ideólogo de la dictadura. En el año 1990 retorna la democracia al país trasandino, y en 30 años de los sucesivos gobiernos de la “Concertación Democrática” en alternancia con la derecha política, realizaron cambios cosméticos a la Constitución de la dictadura, conservando sus enclaves autoritarios y neoliberal. Como la existencia de un Estado Subsidiario del mercado, es decir, de los grandes grupos monopólicos y oligopólicos, y con un Estado ausente para las grandes mayorías en la provisión de bienes públicos, dándoselos al mercado o sector privado para que lucre con la salud de la población, educación de les jóvenes y jubilaciones a los adultos mayores, por debajo de la línea de pobreza. De ahí el sentido de la consigna de les estudiantes secundarios, en ese octubre de 2019, cuando saltaron las vallas del subte o metro por el aumento del precio: Basta de ABUSOS ¡¡NO SON 30 PESOS!! ¡¡SON 30 AÑOS!! La Nueva Constitución La Nueva Constitución a plebisciarse en septiembre, surgió primero, de un plebiscito nacional en octubre de 2020 donde el 78% de los votantes decidió que quiere una Nueva Constitución redactada por una convención constitucional. El segundo paso fue la elección en mayo de 2021 de los 155 convencionales con paridad de género, que tendrían la responsabilidad de redactar la Nueva Constitución. Una vez elegidos, la Convención Constitucional funcionó entre el 4 de julio de 2021 al 4 de julio de 2022, cuyo resultado —ratificado por dos tercios de sus integrantes— es la Nueva Constitución a aprobar o rechazar en el referéndum del 4 de septiembre de 2022. El preámbulo de la Nueva Constitución a plebiscitar señala: “Nosotras y nosotros, el pueblo de Chile, conformado por diversas naciones, nos otorgamos libremente esta Constitución, acordada en un proceso participativo, paritario y democrático”, y en su artículo 1 establece: Chile es un Estado social democrático y de derecho. Es plurinacional, intercultural, regional y ecológico. Se constituye como una república solidaria. Su democracia es inclusiva y paritaria. Reconoce como valores intrínsecos e irrenunciables la dignidad, la libertad, la igualdad sustantiva de los seres humanos y su relación indisoluble con la naturaleza. La protección y garantía de los derechos humanos individuales y colectivos son el fundamento del Estado y orientan toda su actividad. Sería la primera Constitución paritaria del mundo a partir de su origen por medio de la elección de los convencionales, y también en su letra, estableciendo en el artículo 6 que: “El Estado promueve una sociedad donde mujeres, hombres, diversidades y disidencias sexuales y de género participen en condiciones de igualdad sustantiva, reconociendo que su representación efectiva es un principio y condición mínima para el ejercicio pleno y sustantivo de la democracia y la ciudadanía”. En las paredes de las diferentes ciudades de Chile, a partir de la revuelta de octubre de 2019, se podía leer un grafiti que inundo sus calles y anchas alamedas: ´el neoliberalismo nace y muere en Chile´. Ese es el desafío. Dejar un Estado subsidiario de los monopolios que reduce a las personas a la categoría de individuos-consumidores. Para pasar a una sociedad que ve a las personas como ciudadanos diversos, con derechos, paridad de género y en equilibrio con la naturaleza. La Nueva Constitución también es innovadora y con visión estratégica. Define en su artículo 139 a Chile como un país oceánico que reconoce la existencia del maritorio, como una categoría jurídica que, al igual que el territorio, debe contar con regulación normativa específica, que incorpore sus características propias en los ámbitos social, cultural, medioambiental y económico. El maritorio se refiere a la zona costera, las aguas territoriales y el mar territorial sobre los que se detenta soberanía de conformidad al derecho internacional. Retomando el espíritu de O´Higgins, San Martín y Bolívar, la Nueva Constitución declara a América Latina y el Caribe como zona prioritaria en las relaciones internacionales, como región de paz y libre de violencia. Se reconocen también las formas diversas de trabajar, vivir y constituir familia, así como la importancia del trabajo doméstico no remunerado y las labores de cuidado que se visibilizaron con la pandemia, estableciendo en su artículo 45, “que toda persona tiene derecho a la seguridad social, fundada en los principios de universalidad, solidaridad, integralidad, unidad, igualdad, suficiencia, participación, sostenibilidad y oportunidad”, donde la ley establecerá un sistema de seguridad social público, que otorgue protección en caso de enfermedad, vejez, discapacidad, supervivencia, maternidad y paternidad, desempleo, accidentes del trabajo y enfermedades profesionales, y en las demás contingencias sociales de falta o disminución de medios de subsistencia o de capacidad para el trabajo. Apruebo/Rechazo En septiembre, el mes de la patria chilena, su pueblo enfrenta el desafío de cerrar un pasado de terror y exclusión sintetizado en la Constitución de Pinochet, y avanzar así, con una Nueva Constitución que responda a las demandas de la revuelta, de participación, justicia social, diversidad, paridad y cuidado del ambiente de nuestro tiempo. Es la primera vez en la historia de Chile que se redacta una Constitución con una convención constitucional elegida íntegramente por el pueblo. El discurso del rechazo refleja el miedo que sienten las élites o establishment a la democratización de la institucionalidad chilena y la pérdida de poder. Es un discurso que mira hacia Europa y reniega de sus raíces de los pueblos originarios y mapuche. Contradictorio, en un país donde el club de futbol más popular lleva el nombre de Colo Colo, cacique mapuche. Es un discurso que se mezcla con el racismo, el odio al pobre y el machismo patriarcal. El rechazo aunque NO defiende la vieja constitución, busca instalar la idea de que la propuesta elaborada por los convencionales constituyentes no es la que se esperaba, es decir, como fueron minoría no acatan la mayoría. En ese discurso de instalar mentiras por verdades los medios de comunicación o desinformación juegan un rol central liderado por la cadena de multimedios, El Mercurio de los Edwards. El 4 de septiembre de 2022 a 52 años del triunfo de Allende, sin duda el país trasandino festejará una victoria. Gane el apruebo, lo que esperamos, o triunfe el rechazo. Chile despertó ya que se discute una Nueva Constitución que reemplace a la del tirano, algo impensable hace tres años atrás. Gracias a les jóvenes que entregaron sus ojos para este despertar. - VER MÁS ARTÍCULOS -

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