La OEA... esa cosa tan fea
Julia Martínez
Entrevistamos a Carlos Raimundi quien presentó su libro en la Feria Internacional del libro de Buenos Aires



El primero de mayo se presentó en la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires, el libro Mis años en OEA, esa cosa tan fea... del autor Carlos Raimundi, embajador argentino ante la OEA en la gestión ejecutiva nacional 2019-223, editado por nuestro sello Acercándonos Ediciones.

Luego del evento, donde también participaron en el panel los periodistas Telma Luzzani (prologuista) y Rinconet, entrevistamos al autor.

¿Qué significó para usted ser embajador argentino ante la OEA en un gobierno que en un primer momento parecía tener tantas divergencias con las posiciones históricas de ese organismo para la real integración de nuestra Patria Grande?

— Bueno fue una gran experiencia, vivir en Washington es estar muy cerca del corazón del poder del mundo financiero, del mundo diplomático. Eso implica una lejanía de la tierra de uno, de la argentina, por lo tanto no poder respirar el clima cotidiano, aunque siempre obviamente estaba en contacto y máxime con los avances de la virtualidad. Pero al mismo tiempo da una perspectiva, una perspectiva global y también un contacto muy, muy cercano con la realidades de todos los pueblos hermanos de América Latina. Yo sabía perfectamente qué es la OEA, queda feo para un país decir que tiene un ministerio para administrar sus colonias como decía el Che y Fidel Castro, pero es así. Es el ministerio de colonias de los Estados Unidos, el organismo con el cual tratan de alinear a lo que ellos consideran su patio trasero. Sabía que para defender la dignidad, la soberanía, de nuestros pueblos era necesario dar pelea contra esa idea de control, de alineamiento que ahora estamos viendo patente con el gobierno del actual presidente de la Argentina.


¿Cuáles fueron los temas prioritarios de Argentina en el marco de la OEA en el período de su mandato?

— La OEA abarca dos aspectos. Uno es el de sus grupos de trabajo, que se refieren, que se dedican a poner límites al trabajo infantil, la preocupación por las corrientes migratorias, los derechos de géneros y diversidades, respeto por los pueblos originarios, normas laborales, efectos de las nuevas tecnologías, lucha contra el crimen organizado, en todos esos aspectos estos grupos de trabajo son importantes porque reúnen las experiencias de cada uno de los países, entonces pueden aportar a la legislación interna, pueden aportar experiencias, modelos, ejemplos para subir nuestros estándares internos. Pero cuando la OEA trata de ser un organismo de presión para dominar países soberanos o para intervenir en asuntos internos de los países soberanos, allí es donde siempre nos ponían en votaciones porque como manejan absolutamente la prensa hegemónica, quien no votaba con el imperio estaba en el lado incorrecto de la historia, digamos. Eso para mi es absurdo, hasta risueño, pero es como ellos se manejan. Entonces había que resistir muchas presiones de la prensa, que muchas veces mintió sobre mí y sobre las posiciones del gobierno, siempre tratando de escarbar y de encontrar internas que mayormente no eran tales. Son solo las cosas que uno sabe, de cómo la prensa trata de ejercer presión sobre nuestras posiciones políticas y yo, que aprendí de Néstor y de Cristina, sabía perfectamente que no iban a hacer en absoluto mella esas presiones en las posiciones dignas que yo tenía que sostener.

¿Qué rol juega la OEA en el actual escenario regional?

— La OEA es un organismo anacrónico, porque está creado en un momento del mundo, 1948, luego de la Segunda Guerra Mundial que había una gran disputa entre Estados Unidos y el bloque soviético, la guerra fría. Entonces, Estados Unidos en esa disputa tenía que mostrar una América alineada en su lucha contra el comunismo, necesitaban controlar América. El mundo y el sistema de poder mundial y de relaciones internacionales ha cambiado muchísimo, así que la OEA al querer seguir jugando ese papel, de control de los Estados Unidos pasa a ser completamente anacrónica, el mundo ha cambiado. Además es un organismo completamente asimétrico, debalanceado porque el grueso del presupuesto y la riqueza de todas las Américas está en Estaos Unidos y a lo sumo Estados Unidos y Canadá, que además forman parte de la OTAN, por lo tanto no tienen la misma mirada que el resto de América que está sometida en muchos casos, dependiente. Entonces esa idea de que América puede ser una sola, es errónea porque los países de la OTAN los países más desarrollados tienen una lectura de la agenda global desde el norte, desde sus intereses que es justamente para poder sostener sus niveles de desarrollo, sus niveles de consumo, de tecnologías y además necesitan nuestros recursos y nos ahoga financieramente, han financiado dictaduras, etcétera. Los países del sur, tenemos otra mirada, porque por el contrario tenemos que defender nuestra soberanía y nuestros recursos. Por eso es muy difícil que un organismo así sea un organismo armonioso, equilibrado. No es de esa manera, es una lucha que uno tiene que dar contra un sistema de ideas de la dominación, y uno tiene que tratar de enfrentarlo con ideas que fomenten y jueguen a favor de nuestra independencia.


En Argentina estamos en un escenario de retroceso de soberanía y derechos con el gobierno de Javier Milei, ¿cuál considera que fueron los principales errores del gobierno anterior para llegar a esta situación?

— Yo creo que el gobierno de 2019 a 2023, tuvo errores muy serios y muchos de ellos generaron un clima de desorden, de aturdimiento en una parte importante de la sociedad que llevó a votar esto. En materia de política exterior de Milei tiene que ver su propia concepción, es decir no es que hay errores que llevaron a esta política exterior de Milei, sino errores que llevaron a que la gente votara por lo que votó. Cuáles fueron básicamente, obviamente el descontrol de los precios. Un gobierno nacional, popular y peronista, en donde un trabajador quiere ir a comprar un pedazo de queso, un pedazo de pan, un litro de leche y vuelve exasperado por los aumentos, luego hace muy difícil ganar una elección. El otro error estructural es el haber dilapidado las divisas, las reservas que entraron al Banco Central como producto del superávit que tuvimos en los años posteriores a la pandemia. Y el tercero, que creo que está por debajo de ésto, está en la base de esto que estoy diciendo, es haber renunciado a dar la batalla cultural, porque que hoy algunos jóvenes hayan votado por el actual ejecutivo y tengan una confusión muy grande sobre quién contrajo la deuda, sobre quién podía desempeñar una tarea solidaria en nombre de lo público como el Estado, y prefieren el individualismo tiene que ver, en parte, con una tendencia internacional, pero también en parte con haber renunciado a dar la batalla por la construcción de sentido en nuestra sociedad. También tengo que reconocer que en el área internacional el gobierno de 2019 a 2023 no definió una manera de reinserción política de la argentina más independiente y la mantuvo sometida al Fondo Monetario Internacional y a los organismos financieros internacionales. Pero eso no justifica los estragos que está cometiendo Milei, en términos de alinearnos con la parte más decadente del mundo, con los estados que están retrocediendo en su hegemonía, con estados que están cometiendo crímenes de guerra como el gobierno de Israel, que además pone en riesgo seguridad, la paz interior, me parece deplorable de la misma manera que la ruptura que está haciendo con las buenas relaciones que deberíamos tener con el resto de América latina. Los insultos, los agravios, al presidente Manuel López Obrador, al presidente Petro, a Lula, indudablemente hablan de un hombre con una personalidad muy destemplada, no quiero caer en temas de trastornos psicóticos porque no tengo elementos suficientes para justificarlo pero indudablemente hay un problema por un lado de personalidad y por otro lado de representar de un proyecto de poder para entregar el país a los grandes monopolios privados transnacionales.

¿Por dónde cree usted que debería pasar nuestra integración como país para lograr realmente una emancipación necesaria en el marco de una realidad nacional de mayor concentración y una extranjerización de la economía creciente?

— En primer lugar, hay que tener la decisión y coraje de afectar determinados intereses. Hay intereses corporativos, monopólicos, financieros, que se benefician de la evasión impositiva, de la posibilidad de crear libremente cuentas off shore, de girar utilidades libremente a sus matrices del exterior en vez de invertirlas en el desarrollo, de remarcar precios inmoralmente, de especular con el sistema financiero a los cuales hay que ponerle límites, si no se les pone límites a esos grupos y a esos sectores a través de la decisión de llevar adelante un política independiente y soberana, es muy difícil obtener los recursos que se necesitan para todo lo que está padeciendo el país, para encarar el tema de la pobreza y demás. Creo que es básicamente tener la decisión, y un discurso humilde, con humildad de la política, porque la política tiene que hacer su propia autocrítica en cuanto a que el Estado, la educación pública, son valores a defender, el cobro de impuesto, pero hay que reestructurarlos y revisarlos porque no están teniendo una buena llegada a la población, le están dificultando la vida a la población, a veces el Estado no funciona como debiera, la educación pública como dije anteriormente tiene que desempeñar un papel más contundente en el pensamiento crítico, en la capacidad de análisis, etcétera; los impuestos no pueden agobiar a un pequeño y mediano productor, sino que tienen que estar dirigidos a los que tienen realmente la capacidad contributiva. Hay que revisar el modelo agropecuario de nuestro país, pero nuestro país es extremadamente rico y poderoso, tiene el triángulo del litio, tiene la cuenca hidrocarburífera y minera que está cercana a la cordillera, tiene la pampa húmeda y la zona litoral, la zona núcleo con un rendimiento de la producción agropecuaria extraordinario y tiene la Patagonia con el mar, con la pesca, con la proyección antártica. Así que es necesario irradiar la capacidad de enamorar, la capacidad de poner al pueblo en situación de gesta y para eso hay que mostrar mucha decisión en la defensa de los intereses del pueblo, enfrentando a los grupos que haya que enfrentar, con mucha contundencia para eso hay que tener prácticas muy abiertas, de mucha unidad popular, pasarle por encima a cualquier intermismo y avanzar en ese sentido.


Cuéntenos un poco del libro, ¿cuáles son los destinatarios? ¿Qué objetivo desea cumplir con su publicación?

— Con el libro quisimos dejar testimonio de lo que fueron estos años, lo que fue luchar por la dignidad y por la soberanía de nuestro pueblo en contra de los intereses más reaccionarios, que desde un acuerdo demócrata republicano de Miami, tratan de dominar América, de mantener sanciones inadmisibles contra el pueblo de Cuba, de Venezuela. La OEA convalidó en el 2019 el golpe en Bolivia, y quisimos dejar testimonio de todas estas batallas.

Tengo que agradecer mucho a Telma Luzzani que me dio la idea de hacer ese libro, me impulsó a hacerlo. Agradecerle mucho a Pepe Mujica por sus palabras introductorias, de amistad, de sabiduría, y agradecer mucho a Acercándonos Ediciones, a Fenando Roperto por haber permitido editarlo. Desde luego que no tengo ninguna pretensión literaria ni económica, sino que es un acto de militancia política, de ayuda a formar una conciencia de pertenencia a indoamérica, Latinoamérica profunda, a que lo central es el sufrimiento de nuestros pueblos, que tienen países ricos y están tremendamente empobrecidos por las políticas de dependencia. Así que todo lo que pude transmitir a través de este libro, que refleja lo que hicimos en estos años era el sentido para editarlo y publicarlo.


Muchas gracias Carlos.

— A ustedes.


El primero de mayo se presentó en la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires, el libro Mis años en OEA, esa cosa tan fea... del autor Carlos Raimundi, embajador argentino ante la OEA en la gestión ejecutiva nacional 2019-223, editado por nuestro sello Acercándonos Ediciones.

Luego del evento, donde también participaron en el panel los periodistas Telma Luzzani (prologuista) y Rinconet, entrevistamos al autor.

¿Qué significó para usted ser embajador argentino ante la OEA en un gobierno que en un primer momento parecía tener tantas divergencias con las posiciones históricas de ese organismo para la real integración de nuestra Patria Grande?

— Bueno fue una gran experiencia, vivir en Washington es estar muy cerca del corazón del poder del mundo financiero, del mundo diplomático. Eso implica una lejanía de la tierra de uno, de la argentina, por lo tanto no poder respirar el clima cotidiano, aunque siempre obviamente estaba en contacto y máxime con los avances de la virtualidad. Pero al mismo tiempo da una perspectiva, una perspectiva global y también un contacto muy, muy cercano con la realidades de todos los pueblos hermanos de América Latina. Yo sabía perfectamente qué es la OEA, queda feo para un país decir que tiene un ministerio para administrar sus colonias como decía el Che y Fidel Castro, pero es así. Es el ministerio de colonias de los Estados Unidos, el organismo con el cual tratan de alinear a lo que ellos consideran su patio trasero. Sabía que para defender la dignidad, la soberanía, de nuestros pueblos era necesario dar pelea contra esa idea de control, de alineamiento que ahora estamos viendo patente con el gobierno del actual presidente de la Argentina.


¿Cuáles fueron los temas prioritarios de Argentina en el marco de la OEA en el período de su mandato?

— La OEA abarca dos aspectos. Uno es el de sus grupos de trabajo, que se refieren, que se dedican a poner límites al trabajo infantil, la preocupación por las corrientes migratorias, los derechos de géneros y diversidades, respeto por los pueblos originarios, normas laborales, efectos de las nuevas tecnologías, lucha contra el crimen organizado, en todos esos aspectos estos grupos de trabajo son importantes porque reúnen las experiencias de cada uno de los países, entonces pueden aportar a la legislación interna, pueden aportar experiencias, modelos, ejemplos para subir nuestros estándares internos. Pero cuando la OEA trata de ser un organismo de presión para dominar países soberanos o para intervenir en asuntos internos de los países soberanos, allí es donde siempre nos ponían en votaciones porque como manejan absolutamente la prensa hegemónica, quien no votaba con el imperio estaba en el lado incorrecto de la historia, digamos. Eso para mi es absurdo, hasta risueño, pero es como ellos se manejan. Entonces había que resistir muchas presiones de la prensa, que muchas veces mintió sobre mí y sobre las posiciones del gobierno, siempre tratando de escarbar y de encontrar internas que mayormente no eran tales. Son solo las cosas que uno sabe, de cómo la prensa trata de ejercer presión sobre nuestras posiciones políticas y yo, que aprendí de Néstor y de Cristina, sabía perfectamente que no iban a hacer en absoluto mella esas presiones en las posiciones dignas que yo tenía que sostener.

¿Qué rol juega la OEA en el actual escenario regional?

— La OEA es un organismo anacrónico, porque está creado en un momento del mundo, 1948, luego de la Segunda Guerra Mundial que había una gran disputa entre Estados Unidos y el bloque soviético, la guerra fría. Entonces, Estados Unidos en esa disputa tenía que mostrar una América alineada en su lucha contra el comunismo, necesitaban controlar América. El mundo y el sistema de poder mundial y de relaciones internacionales ha cambiado muchísimo, así que la OEA al querer seguir jugando ese papel, de control de los Estados Unidos pasa a ser completamente anacrónica, el mundo ha cambiado. Además es un organismo completamente asimétrico, debalanceado porque el grueso del presupuesto y la riqueza de todas las Américas está en Estaos Unidos y a lo sumo Estados Unidos y Canadá, que además forman parte de la OTAN, por lo tanto no tienen la misma mirada que el resto de América que está sometida en muchos casos, dependiente. Entonces esa idea de que América puede ser una sola, es errónea porque los países de la OTAN los países más desarrollados tienen una lectura de la agenda global desde el norte, desde sus intereses que es justamente para poder sostener sus niveles de desarrollo, sus niveles de consumo, de tecnologías y además necesitan nuestros recursos y nos ahoga financieramente, han financiado dictaduras, etcétera. Los países del sur, tenemos otra mirada, porque por el contrario tenemos que defender nuestra soberanía y nuestros recursos. Por eso es muy difícil que un organismo así sea un organismo armonioso, equilibrado. No es de esa manera, es una lucha que uno tiene que dar contra un sistema de ideas de la dominación, y uno tiene que tratar de enfrentarlo con ideas que fomenten y jueguen a favor de nuestra independencia.


En Argentina estamos en un escenario de retroceso de soberanía y derechos con el gobierno de Javier Milei, ¿cuál considera que fueron los principales errores del gobierno anterior para llegar a esta situación?

— Yo creo que el gobierno de 2019 a 2023, tuvo errores muy serios y muchos de ellos generaron un clima de desorden, de aturdimiento en una parte importante de la sociedad que llevó a votar esto. En materia de política exterior de Milei tiene que ver su propia concepción, es decir no es que hay errores que llevaron a esta política exterior de Milei, sino errores que llevaron a que la gente votara por lo que votó. Cuáles fueron básicamente, obviamente el descontrol de los precios. Un gobierno nacional, popular y peronista, en donde un trabajador quiere ir a comprar un pedazo de queso, un pedazo de pan, un litro de leche y vuelve exasperado por los aumentos, luego hace muy difícil ganar una elección. El otro error estructural es el haber dilapidado las divisas, las reservas que entraron al Banco Central como producto del superávit que tuvimos en los años posteriores a la pandemia. Y el tercero, que creo que está por debajo de ésto, está en la base de esto que estoy diciendo, es haber renunciado a dar la batalla cultural, porque que hoy algunos jóvenes hayan votado por el actual ejecutivo y tengan una confusión muy grande sobre quién contrajo la deuda, sobre quién podía desempeñar una tarea solidaria en nombre de lo público como el Estado, y prefieren el individualismo tiene que ver, en parte, con una tendencia internacional, pero también en parte con haber renunciado a dar la batalla por la construcción de sentido en nuestra sociedad. También tengo que reconocer que en el área internacional el gobierno de 2019 a 2023 no definió una manera de reinserción política de la argentina más independiente y la mantuvo sometida al Fondo Monetario Internacional y a los organismos financieros internacionales. Pero eso no justifica los estragos que está cometiendo Milei, en términos de alinearnos con la parte más decadente del mundo, con los estados que están retrocediendo en su hegemonía, con estados que están cometiendo crímenes de guerra como el gobierno de Israel, que además pone en riesgo seguridad, la paz interior, me parece deplorable de la misma manera que la ruptura que está haciendo con las buenas relaciones que deberíamos tener con el resto de América latina. Los insultos, los agravios, al presidente Manuel López Obrador, al presidente Petro, a Lula, indudablemente hablan de un hombre con una personalidad muy destemplada, no quiero caer en temas de trastornos psicóticos porque no tengo elementos suficientes para justificarlo pero indudablemente hay un problema por un lado de personalidad y por otro lado de representar de un proyecto de poder para entregar el país a los grandes monopolios privados transnacionales.

¿Por dónde cree usted que debería pasar nuestra integración como país para lograr realmente una emancipación necesaria en el marco de una realidad nacional de mayor concentración y una extranjerización de la economía creciente?

— En primer lugar, hay que tener la decisión y coraje de afectar determinados intereses. Hay intereses corporativos, monopólicos, financieros, que se benefician de la evasión impositiva, de la posibilidad de crear libremente cuentas off shore, de girar utilidades libremente a sus matrices del exterior en vez de invertirlas en el desarrollo, de remarcar precios inmoralmente, de especular con el sistema financiero a los cuales hay que ponerle límites, si no se les pone límites a esos grupos y a esos sectores a través de la decisión de llevar adelante un política independiente y soberana, es muy difícil obtener los recursos que se necesitan para todo lo que está padeciendo el país, para encarar el tema de la pobreza y demás. Creo que es básicamente tener la decisión, y un discurso humilde, con humildad de la política, porque la política tiene que hacer su propia autocrítica en cuanto a que el Estado, la educación pública, son valores a defender, el cobro de impuesto, pero hay que reestructurarlos y revisarlos porque no están teniendo una buena llegada a la población, le están dificultando la vida a la población, a veces el Estado no funciona como debiera, la educación pública como dije anteriormente tiene que desempeñar un papel más contundente en el pensamiento crítico, en la capacidad de análisis, etcétera; los impuestos no pueden agobiar a un pequeño y mediano productor, sino que tienen que estar dirigidos a los que tienen realmente la capacidad contributiva. Hay que revisar el modelo agropecuario de nuestro país, pero nuestro país es extremadamente rico y poderoso, tiene el triángulo del litio, tiene la cuenca hidrocarburífera y minera que está cercana a la cordillera, tiene la pampa húmeda y la zona litoral, la zona núcleo con un rendimiento de la producción agropecuaria extraordinario y tiene la Patagonia con el mar, con la pesca, con la proyección antártica. Así que es necesario irradiar la capacidad de enamorar, la capacidad de poner al pueblo en situación de gesta y para eso hay que mostrar mucha decisión en la defensa de los intereses del pueblo, enfrentando a los grupos que haya que enfrentar, con mucha contundencia para eso hay que tener prácticas muy abiertas, de mucha unidad popular, pasarle por encima a cualquier intermismo y avanzar en ese sentido.


Cuéntenos un poco del libro, ¿cuáles son los destinatarios? ¿Qué objetivo desea cumplir con su publicación?

— Con el libro quisimos dejar testimonio de lo que fueron estos años, lo que fue luchar por la dignidad y por la soberanía de nuestro pueblo en contra de los intereses más reaccionarios, que desde un acuerdo demócrata republicano de Miami, tratan de dominar América, de mantener sanciones inadmisibles contra el pueblo de Cuba, de Venezuela. La OEA convalidó en el 2019 el golpe en Bolivia, y quisimos dejar testimonio de todas estas batallas.

Tengo que agradecer mucho a Telma Luzzani que me dio la idea de hacer ese libro, me impulsó a hacerlo. Agradecerle mucho a Pepe Mujica por sus palabras introductorias, de amistad, de sabiduría, y agradecer mucho a Acercándonos Ediciones, a Fenando Roperto por haber permitido editarlo. Desde luego que no tengo ninguna pretensión literaria ni económica, sino que es un acto de militancia política, de ayuda a formar una conciencia de pertenencia a indoamérica, Latinoamérica profunda, a que lo central es el sufrimiento de nuestros pueblos, que tienen países ricos y están tremendamente empobrecidos por las políticas de dependencia. Así que todo lo que pude transmitir a través de este libro, que refleja lo que hicimos en estos años era el sentido para editarlo y publicarlo.


Muchas gracias Carlos.

— A ustedes.


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