Agrupados en la Multisectorial de Humedales, un grupo de rosarinos recorrió el río Paraná para presentar en el Congreso de la Nación un documento firmado por 400 organizaciones de todo el país exigiendo que se trate este año la Ley de Humedales. Fueron recibidos por el presidente de la comisión de Recursos Naturales y Conservación del Ambiente Humano, Leonardo Grosso, quien ya giró el anteproyecto a la comisión de Agricultura y Ganadería donde quedó estancado. Si el proyecto no es tratado este año, perderá nuevamente estado parlamentario.
Salieron de Rosario el 11 de agosto en una travesía en kayaks y durante una semana, cientos y cientos de manifestantes les demostraron que no están solos: cada día más argentinos y argentinas se unen a la lucha por el cuidado del ambiente y reclaman leyes para detener la destrucción de los bienes comunes y empezar a reparar el daño que ya se ha hecho, iniciando un camino de protección a la madre tierra.
Luego de remar 350 kilómetros, la Multisectorial Humedales unió caminando Plaza de Mayo con Plaza Congreso. Reserva Natural de Ciudad Evita, Campaña Plurinacional en Defensa del Agua, Somos Ambiente, Basta de Falsas Soluciones, Red de Áreas Protegidas Urbanas, Cooperativa Isla Esperanza y muchas organizaciones ambientalistas más, partidos de izquierda, ciclistas que fueron ingresando a la marcha, el Movimiento de Mujeres Indígenas del Abya Yala, todos rodearon a los kayakistas que, con sus palas alzadas y kayak al hombro, contagiaron su consigna: Ley de Humedales YA!!
Después de cánticos, abrazos, fotos, la Multisectorial entregó un petitorio en el Congreso de la Nación firmado por 400 organizaciones de todo el país solicitando un pronto plenario de comisiones a fin de aprobar un proyecto que pueda llegar al recinto de diputados y ser votado.
La comisión de Recursos Naturales y Conservación del Ambiente Humano, presidida por Leonardo Grosso, del Frente de Todos (FdT), trató y dio dictamen a un proyecto que giró a las Comisiones de Agricultura y Ganadería, Intereses Marítimos, Fluviales, Pesqueros y Portuarios y Presupuesto y Hacienda. En las tres, el proyecto está retenido desde hace meses.
Si el proyecto de Ley de Humedales no es tratado en el recinto este año, perdería estado parlamentario, por cuarta vez. “Habría que empezar nuevamente de cero, pero, sobre todo, se pierde tiempo y avanzan los intereses económicos que hacen uso de estos territorios para su beneficio”, comentó Sebastián Martínez, uno de los kayakistas de la Multisectorial Humedales.
Los ausentes
Entregado el documento, integrantes de la Multisectorial fueron recibidos por Leonardo Grosso y Daniela Vilar, ambos del FdT, y Enrique Estévez, del socialismo santafesino.
Si bien la reunión fue solicitada en tiempo y forma, los diputados que integran las tres comisiones que tienen cajoneado el proyecto, se pegaron el faltazo. Entre éstas se encuentra la comisión de Agricultura y Ganadería, presidida por José Arnaldo Ruiz Aragón (FdT), representante de Corrientes, provincia cuyo territorio es un 80% humedal, y Pablo Torello (PRO), su vicepresidente, productor agropecuario de Baradero, provincia de Buenos Aires, quien, además de descalificar a las mujeres, dice que “las retenciones son una guachada”.
Grosso, Vilar y Estévez se comprometieron a dar pronto despacho al pedido de plenario de comisiones y a propiciar un encuentro entre la Multisectorial Humedales y los gobernadores de Entre Ríos y Santa Fe. Por otro lado, también dejaron entrever que “el lobby sojero y los intereses inmobiliarios y extractivistas del maldesarrollo son múltiples y copan las discusiones que hay al interior de las comisiones”, manifestó la Multisectorial en una gacetilla de prensa.
Los humedales son áreas en las cuales hay agua de manera permanente o intermitente y si bien hay una gran variedad (deltas, salinas, esteros, mallines), su característica esencial es el agua y por lo tanto los servicios ecosistémicos que ofrece y la biodiversidad que en ellos vive, dependen del agua. Entre sus múltiples funciones se encuentra la regulación del ciclo hidrológico, la retención de emisiones de gases de efecto invernadero, la amortiguación de inundaciones y tormentas, siendo además hábitat de gran variedad de flora y fauna.
Entre los humedales se encuentran los esteros del Iberá y el Delta del Paraná, en cuyas islas se realizan, actualmente, actividades que ponen en peligro la continuidad del sistema: cultivo de arroz y soja transgénicos, ganadería intensiva, megaproyectos inmobiliarios.
Es necesario conmover
La Multisectorial de Humedales es apartidaria, pero sus integrantes saben que están haciendo política y que “la lucha debe ser dada desde todos los sectores”. Reconocen además que no son ambientalistas, sino que son personas que advierten un problema socio-ambiental que “pone en peligro el consumo del agua, del aire, de elementos vitales para el desarrollo de la vida. Nosotros no dependemos de la soja, dependemos de que el ambiente esté en condiciones”.
En 2020, en Rosario no se podía respirar por la quema de las islas, “esto generó gran indignación y de alguna manera hizo que la Multisectorial se uniera”, aseguró Sebastián.
Además de los incendios intencionales de las islas, que tienen olor a bosta de vaca, el entrevistado informó que, en el norte de Santa Fe, se encuentran “los bajos sudmeridionales, una reserva de biodiversidad con especies en peligro de extinción. Allí también hubo fuego para expansión del agronegocio”. Ésa fue la zona de La Forestal, “territorio siempre de saqueo”, definió Sebastián quien destacó que el modelo agroexportador instalado en Argentina hace 200 años ha generado concentración económica en un grupo muy reducido y destrucción ambiental. “Es un modelo improductivo, que genera pobreza y desigualdad y los más vulnerables están condenados a vivir en condiciones de mayor contaminación”.
Si alguien todavía piensa que “el campo” puede salvar a la Argentina, se equivoca, la historia muestra exactamente lo contrario. Entonces el gran desafío es conmover a los ciudadanos amarrados a la rutina de colectivo-trabajo-colectivo y empezar a discutir “cómo se diseñan los territorios, quién lo hace y para quién”.
Una travesía con muchos compañeros
El 11 de agosto, la travesía dejó atrás Rosario muy temprano, con temperaturas bajo cero. Palada tras palada, la niebla se fue disipando y por fin llegaron a Puerto Esther, una pequeña ciudad de productores hortícolas que, al igual que los sojeros, fumigan con agrotóxicos.
Debido a esto, en el 2006, los vecinos se agruparon en la Asamblea por la Vida No a los agrotóxicos.
“Como las quintas están en el medio de la ciudad”, explicó Laura Pasquali, “empezó la inquietud por las fumigaciones porque todos sufrimos el mismo daño que producen los venenos”.
Presentaron notas en la comuna que “fueron sistemáticamente desoídas”, el Concejo Deliberante tampoco fue “caja de resonancia de estas preocupaciones”. Laura resaltó que quienes fumigan “son vecinos que, en muchos casos, ni saben lo que usan, simplemente meten el líquido en la mochila y fumigan en ojotas”. Mientras tanto, los casos de cáncer y tiroides van en aumento.
Cambiarlo todo
La Multisectorial Humedales considera que la travesía fue un éxito porque demostró capacidad de organización y visibilizó que muchísimos ciudadanos y ciudadanas entienden que la sanción de la ley de humedales es urgente.
“Estamos ante una crisis climática mundial y no podemos seguir produciendo desde un modelo que aporta a esa crisis ambiental. Este año hubo una renta extraordinaria por la venta de soja y un 50% de la población es pobre. Debemos discutir todo lo que está mal. Tenemos todo para hacer otra cosa y juntos podemos lograrlo”, resaltó Sebastián Martínez, uno de los kayakistas que recorrió 350 kilómetros y encontró en los ojos de cada argentino y argentina el deseo de transformar el país.
Salieron de Rosario el 11 de agosto en una travesía en kayaks y durante una semana, cientos y cientos de manifestantes les demostraron que no están solos: cada día más argentinos y argentinas se unen a la lucha por el cuidado del ambiente y reclaman leyes para detener la destrucción de los bienes comunes y empezar a reparar el daño que ya se ha hecho, iniciando un camino de protección a la madre tierra. Luego de remar 350 kilómetros, la Multisectorial Humedales unió caminando Plaza de Mayo con Plaza Congreso. Reserva Natural de Ciudad Evita, Campaña Plurinacional en Defensa del Agua, Somos Ambiente, Basta de Falsas Soluciones, Red de Áreas Protegidas Urbanas, Cooperativa Isla Esperanza y muchas organizaciones ambientalistas más, partidos de izquierda, ciclistas que fueron ingresando a la marcha, el Movimiento de Mujeres Indígenas del Abya Yala, todos rodearon a los kayakistas que, con sus palas alzadas y kayak al hombro, contagiaron su consigna: Ley de Humedales YA!! Los ausentes Es necesario conmover Una travesía con muchos compañeros El recorrido continuó hacia Villa Constitución y a lo largo de las barrancas del Paraná, el acompañamiento fortaleció a los jóvenes. Ya en la ciudad, fueron recibidos por Villa Sin Veneno, una agrupación nacida en 2017 “como una movilización popular contra la instalación de un depósito de fertilizantes que pretendía almacenar 160 mil toneladas de granulados y líquidos en pleno casco urbano”, contó Rodrigo Garzón. La alerta se encendió a causa del peligro de explosión, reconocido por la propia Secretaría de Medio Ambiente de la provincia de Santa Fe, potenciado por la proximidad de Acindar y una estación de servicio, además de posibles derrames de agrotóxicos. “Nitrón fue una de esa lluvia de empresas que prometió mauricio Macri”. Villa Constitución es una ciudad industrial con la contaminación consecuente, además reciben las fumigaciones de los campos, la contaminación del río atravesado por buques; los vecinos están privados de la costa, la única reserva municipal sufrió incendios, por todo esto Rodrigo sostuvo que “la ley de humedales garantizaría un corredor biológico fundamental y pondría un freno a los intereses privados que se sostienen con la complicidad de un Estado que todo lo piensa como rédito económico”. Con un nuevo día, los remeros siguieron hacia Yaguarón donde se informaron sobre la especulación inmobiliaria que pretende construir sobre la Reserva Municipal Parque Aguiar. Luego fueron recibidos en Ramallo por la organización ambientalista Unidos por la Vida y el Ambiente. “Nosotros nos tuvimos que comer la quema de las islas y ver todo el deterioro de la naturaleza”, lamentó Matías Scarpacci. Terminada la quema, los activistas registraron barcazas con maquinaria, bolsas de semillas y bidones de agrotóxicos rumbo a la isla. “Con un dron filmamos cómo sembraban y fumigaban”. Consustanciado con la causa, Matías también se subió a un kayak y se hizo parte de la travesía. En Zárate y Campana pudieron apreciar la privatización de la costa y la contaminación industrial que se palpa en el aire. Ya con cinco días de remada, pasaron por Escobar donde los negociados inmobiliarios han destruido miles de hectáreas de humedales, generando zonas de alto riesgo para los vecinos preexistentes. Y arribando al partido de Tigre, en el puente peatonal de Dique Luján, los recibió la Asamblea de Vecinos de Villa La Ñata y Dique Luján que desde hace años lucha para que los barrios privados no sigan avanzando sobre el poco territorio de humedal que aún queda. Finalmente, por el río Luján, los kayakistas llegaron a la costanera tigrense donde fueron recibidos frente al Monumento al Remero por cientos de vecinos y vecinas entusiastas que organizaron un festival y un pernocte reparador. Cambiarlo todo
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