Los trabajadores de La Cooperativa de Trabajo. La Litoraleña siguen defendiendo la dignidad
Paula Cortés
Desde revista H entrevistamos a Luis Baini, Presidente de la Cooperativa de Trabajo La Litoraleña, y a Fabián Pierucci, cooperativistas de la fábrica recuperada...



Desde revista H entrevistamos a Luis Baini, Presidente de la Cooperativa de Trabajo La Litoraleña, y a Fabián Pierucci, cooperativistas de la fábrica recuperada y testimonio vivo de una experiencia exitosa que lleva ocho años de arduo trabajo en el rubro alimenticio, misma que hoy se enfrenta al inminente desalojo de su unidad productiva.


–Hola Luis me podés contar cómo se inicia la cooperativa y luego con el transcurso de los años, ¿En qué situación están actualmente?

–Bueno, esta es una empresa de más de 50 años, el proceso de vaciamiento comienza a principios del 2015, quizás inclusive un poco antes, ya que esta era una empresa muy conocida, marca registrada que
exportaba a diferente partes de EE. UU., Chile, España, así como en el mercado interno y era una fábrica en muy buena posición, de las marcas líderes. Bueno, se vino dando, que empezamos a ver cosas raras, como que empezaron a cambiar las materias primas, llegaban gerentes nuevos y empezaron a retrasarse los salarios. Estábamos en una lucha con el sindicato de pasteleros con el Ministerio, hasta que en agosto del 2015 no pudimos aguantar más. Teníamos salarios atrasados, aguinaldo y vacaciones, y decidimos en la última reunión en el Ministerio el Trabajo con pasteleros, quedarnos a dormir acá ya que vimos que iban a
cerrar ya que habían alertado que había cheques voladores y un pasivo muy abultado, entonces dijimos: “no, nos quedamos acá, si nos quedamos afuera, perdemos”. Con lo cual nos quedamos dos meses con el dueño acá, turnándonos con los compañeros. En ese entonces éramos unos 80 y pico compañeros. Estuvimos dos meses, trabajando nosotros, comprando nosotros, la verdad fue muy complicado y vimos que ya no era posible, habíamos hecho todo lo que estaba a nuestro alcance para sacar adelante la empresa, pero no pudimos, entonces decidimos conformar la cooperativa. O sea, conocimos a los compañeros de una cooperativa, de FACTA, que nos dieron una gran mano y decidimos definitivamente conformarnos como cooperativa. Le dijimos al dueño: “mirá, nosotros no podemos seguir así, tenemos que seguir trabajando, mantener los puestos de trabajo”, y bueno, estuvimos seis días sin producir y tuvimos una denuncia penal. De hecho, yo estuve imputado por usurpación, después de unos años fui sobreseído, pero bueno, tuve que pasar todo ese proceso. Fue muy difícil.


Luis ¿En qué año se conforma la cooperativa?

– El 27 de octubre se toma la fábrica definitivamente y ahí ya vamos haciendo todos los trámites, vamos al INAES para sacar la matrícula para trabajar conformando la cooperativa, armar el consejo de administración y bueno, estuvimos trabajando así y en enero del 2016 nos dan la matricula y luego fuimos al juzgado de primera instancia en lo comercial a cargo de la jueza Valeria Pérez Casado y nos deniega la explotación, nos falla en contra y nosotros, por supuesto, estuvimos trabajando clandestino porque no teníamos el permiso para explotar la fábrica. Entonces apelamos ante la Cámara de Apelaciones E y después de eso, nos dan la razón, nos dan el permiso de explotación por un año y un canon locativo, que fuimos pagando, ya que nos costaba mucho, y por supuesto, las habilitaciones y sacamos todos los permisos. Costó mucho, pero lo pudimos lograr.

Entonces, empezamos a reinstalar la marca porque con todo esto, en el mercado ya se escuchan estas cosas y bueno, uno va cambiando para asegurarse, porque piensan La Litoraleña ya está en problemas,
busquemos otra... Nos costó un montón porque los proveedores, que eran a la vez acreedores, no nos querían vender, porque claro, tenían deudas abultadas de la fallida empresa. Tuvimos que visitarlos uno por uno para hacerlos entender que nosotros no éramos los que mismos que se habían ido dejando las deudas, éramos los trabajadores que nos habíamos hecho cargo de la empresa. Por suerte pudimos lograr eso, logrando un financiamiento y así nos fuimos haciendo un capital de trabajo.

Hoy después de casi ocho años, logramos estabilizarnos. Sin embargo, es muy difícil pues nuestros insumos son muy caros. Hoy somos 45 compañeros que quedamos en total, igual, sigue siendo un número importante, pero bueno, tenemos un retiro digno a pesar de no estar empatados con el rubro de convenio de pasteleros. Lo bueno es que lo podemos sostener y no tenemos deuda con nuestros proveedores. En 2020 sale en plena pandemia un fallo de Cámara en contra nuestra, que teníamos 30 días para desalojar las instalaciones. Por medio de nuestro abogado logramos apelar, y desde el 2020 hasta ahora estamos.



–¿En qué fecha del 2020 salió el fallo en contra de la Cámara?

– Luis: No recuerdo bien, pero fue a finales del 2020, en plena pandemia, raro ya que los tribunales estaban cerrados y además el abogado nos contaba que el fallo lo encontró un día no laborable, feriado, y eso no se entiende, ya que ese tipo de fallos se hacen por algo específico como un crimen a algún condenado, pero nosotros somos trabajadores, lo vio por casualidad. Y justamente ahora hace un mes, nuevamente la
Cámara E vuelve a ratificar el fallo, nos negaron la apelación, fuimos a la Corte Suprema y allí nos la niegan nuevamente, entonces entran en vigencia esos treinta días que teníamos para dejar la fábrica. Por supuesto, fuimos con el abogado a ve a los síndicos, es más, eso fue a la noche y ya a la mañana nos estaba llegando de la sindicatura que los teníamos que ir a ver al despacho y nos dijeron: “bueno muchachos, vieron que salió el fallo en Cámara y está por sobre nosotros y no podemos hacer nada, a nosotros el juzgado nos va a pedir que vayamos con la policía y no queremos que sea traumático, entonces se tienen que ir en 30 días”. Le explicamos que no podíamos hacer eso, ya que teníamos mucha inversión acá para que esté en funcionamiento, porque habían desmantelado todo. A pesar de tener todos los contratos nos pedían que nos vayamos a esperar el remate sin nada, siendo que nosotros habíamos presentado nuestras acreencias ante los acreedores, ante la quiebra, donde privilegiábamos a los trabajadores en su conjunto y no nos reconocen, no nos permiten compensar los créditos.


– ¿Ustedes ya habían estado en una situación similar en el año 2018?

- Fabián: No, en realidad lo que había pasado es que de otro juzgado otra causa conexa había mandado a remate la mitad de la propiedad. Entonces hicimos la gestión en el juzgado de la quiebra para que se incorpore, ya que uno de los terrenos no estaba en la quiebra. Claramente ambas propiedades son lo mismo a pesar de haber estado a nombre, uno a nombre del titular de la quiebra, y otro a nombre de la empresa fallida. Ambas funcionan como una unidad productiva, entonces planteamos eso y la jueza Pérez Casado lo incorporó, entonces se paró el remate de ese terreno. Se incorporó todo a la misma quiebra.


– La situación que están viviendo ahora ¿es para el remate de toda la propiedad?

–Luis: Sí, ahora está todo metido en la quiebra, o sea, maquinarias, muebles, inmuebles, está todo metido en la misma quiebra, y como te decía no nos permiten compensar crédito. Antes había, al menos, alrededor de 50 y pico compañeros porque a pesar de ser ahora 45, algunos compañeros se jubilaron pero están dispuestos a compensar con sus créditos y no nos están permitiendo eso, nos están diciendo que debemos esperar afuera el remate, sin nada. Nos estarían cortando nuestra unidad productiva. Nuestras máquinas son muy grandes no podemos. Estuvimos pidiendo presupuestos para armar unas líneas productivas, pero sale fortunas. No somos una panadería que puede mudarse a cualquier lado, llevando una sobadora y pequeñas máquinas, nosotros tenemos unas máquinas de estructura muy grande y que no se pueden habilitar así porque sí, hay que acondicionarlas, se necesita mucha plata, entonces es muy difícil.


¿Qué les dice su abogado acerca de la posibilidad de demorar el desalojo?

– Luis: No, las instancias judiciales están todas agotadas, no hay más. O sea, se presentó una ley de expropiación recientemente, esperamos que sea aprobada.

¿Qué planes tienen de cara al futuro?

–Fabián: En principio una solución política, lo ideal sería darle un moño al conflicto con una solución favorable a la cooperativa, nosotros hace 8 años que estamos gestionando y se demostró que es una experiencia exitosa en términos productivos, en términos del objetivo principal que fue resguardar los puestos de trabajo en pos de la mejor calidad de vida posible, se demostró que es posible elaborar alimentos con una altísima calidad y compitiendo en el mercado a un precio accesible, pero con respecto a la elaboración al nivel tope de las marcas concentradas. También se demostró que los trabajadores gestionen un medio de producción y tengamos una política hacia la comunidad de respeto, acompañamiento y desarrollo local. Entre otras cosas tenemos un programa que se llama Fábricas de puertas abiertas que es el vínculo de la fábrica con la comunidad, especialmente con comunidades educativas, recibimos visitas de colegios primarios, secundarios, de universidades, tenemos un acuerdo para la Cátedra Trabajo Profesional de la UBA en ingeniería, que en la actualidad están haciendo el trabajo final para recibirse dos estudiantes de ingeniería industrial y una estudiante en ingeniería de alimentos. Tuvimos también una experiencia similar con la Universidad Provincial de Ezeiza con un estudiante de logística y el año pasado se recibió nuestro primer ingeniero de la carrera de la UBA en ingeniero industrial. Nosotros venimos haciendo un trabajo, no solamente de producir que entre harina y salgan tapitas de empanadas, sino de vinculación con la comunidad, es como un gran nexo, un agregado de los recursos y el tiempo que sobra, de los excedentes, para nosotros el concepto de responsabilidad social es esencial a nuestra constitución. En principio con nosotros mismos, con nuestra comunidad y con la educación y capacitación para que podamos tener una sociedad un poco más amable.


Esta búsqueda por la decisión política por resguardar una experiencia exitosa como es la Cooperativa de Trabajo La Litoraleña, ¿a qué actores políticos apunta?

– Fabián: Estamos trabajando en la legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, con los bloques opositores, básicamente Frente de Todos y la izquierda, estamos en conversación con el gobierno de la
Ciudad de Buenos Aires, con el Poder Ejecutivo. De hecho, tenemos buen diálogo con todos los gobiernos, provincial y nacional, porque si nuestra experiencia se caracteriza por algo, es por una gran autonomía. Una de las cosas que las empresas recuperadas aportamos al momento, si creo no equivocarme, es esto de la democratización de las estructuras internas y la práctica de la democracia directa a través de las asambleas como órgano directriz, y eso en algún sentido, es un reaseguro para nosotros. Es por eso que podemos sostener el diálogo sin ningún tipo de embanderamiento partidario o de ningún otro tipo. Con la Ciudad de Buenos Aires estuvimos participando el año pasado de la distribución del alimento cooperativo en barrios, que gestionamos nosotros. Venimos trabajando con otros organismos del Estado, con el INTI, por ejemplo, y tenemos muy buen diálogo con el INAES, de hecho, nos visitó gran parte del directorio. El año pasado tuvimos varios encuentros de cooperativas, pensando en la cuestión de la educación cooperativa.


¿Cuándo es la fecha de desalojo?

–Luis: Cuando fuimos a ver a los síndicos y se ratifica el fallo de Cámara eran 30 días, nosotros le pedimos a los síndicos que era imposible en ese plazo, entonces, nuestro abogado solicitó una prórroga de 180 días, rápidamente nos contestaron, dándonos una prórroga de 60 días que ya está corriendo, va más de una semana, a pesar de ser 60 días hábiles sigue siendo insuficiente.

– Fabián: Estamos analizando todos los escenarios, el peor sería que llegue una orden de desalojo, que
vengan con la policía, resistamos y terminemos a los golpes y el mejor, sería que encontremos una solución
en estos 60 días, ya sea política o de otro tipo que nos permita continuar en el establecimiento, preservando
nuestra fuente laboral.


Se convierte pues, en un imperativo ético para la sociedad consciente defender los derechos de los trabajadores de la Cooperativa de Trabajo La Litoraleña. Una experiencia que debe ser replicada, si como dice
Fabián, queremos hacer de esta, una sociedad más amable y equitativa.


Desde revista H entrevistamos a Luis Baini, Presidente de la Cooperativa de Trabajo La Litoraleña, y a Fabián Pierucci, cooperativistas de la fábrica recuperada y testimonio vivo de una experiencia exitosa que lleva ocho años de arduo trabajo en el rubro alimenticio, misma que hoy se enfrenta al inminente desalojo de su unidad productiva.


–Hola Luis me podés contar cómo se inicia la cooperativa y luego con el transcurso de los años, ¿En qué situación están actualmente?

–Bueno, esta es una empresa de más de 50 años, el proceso de vaciamiento comienza a principios del 2015, quizás inclusive un poco antes, ya que esta era una empresa muy conocida, marca registrada que
exportaba a diferente partes de EE. UU., Chile, España, así como en el mercado interno y era una fábrica en muy buena posición, de las marcas líderes. Bueno, se vino dando, que empezamos a ver cosas raras, como que empezaron a cambiar las materias primas, llegaban gerentes nuevos y empezaron a retrasarse los salarios. Estábamos en una lucha con el sindicato de pasteleros con el Ministerio, hasta que en agosto del 2015 no pudimos aguantar más. Teníamos salarios atrasados, aguinaldo y vacaciones, y decidimos en la última reunión en el Ministerio el Trabajo con pasteleros, quedarnos a dormir acá ya que vimos que iban a
cerrar ya que habían alertado que había cheques voladores y un pasivo muy abultado, entonces dijimos: “no, nos quedamos acá, si nos quedamos afuera, perdemos”. Con lo cual nos quedamos dos meses con el dueño acá, turnándonos con los compañeros. En ese entonces éramos unos 80 y pico compañeros. Estuvimos dos meses, trabajando nosotros, comprando nosotros, la verdad fue muy complicado y vimos que ya no era posible, habíamos hecho todo lo que estaba a nuestro alcance para sacar adelante la empresa, pero no pudimos, entonces decidimos conformar la cooperativa. O sea, conocimos a los compañeros de una cooperativa, de FACTA, que nos dieron una gran mano y decidimos definitivamente conformarnos como cooperativa. Le dijimos al dueño: “mirá, nosotros no podemos seguir así, tenemos que seguir trabajando, mantener los puestos de trabajo”, y bueno, estuvimos seis días sin producir y tuvimos una denuncia penal. De hecho, yo estuve imputado por usurpación, después de unos años fui sobreseído, pero bueno, tuve que pasar todo ese proceso. Fue muy difícil.


Luis ¿En qué año se conforma la cooperativa?

– El 27 de octubre se toma la fábrica definitivamente y ahí ya vamos haciendo todos los trámites, vamos al INAES para sacar la matrícula para trabajar conformando la cooperativa, armar el consejo de administración y bueno, estuvimos trabajando así y en enero del 2016 nos dan la matricula y luego fuimos al juzgado de primera instancia en lo comercial a cargo de la jueza Valeria Pérez Casado y nos deniega la explotación, nos falla en contra y nosotros, por supuesto, estuvimos trabajando clandestino porque no teníamos el permiso para explotar la fábrica. Entonces apelamos ante la Cámara de Apelaciones E y después de eso, nos dan la razón, nos dan el permiso de explotación por un año y un canon locativo, que fuimos pagando, ya que nos costaba mucho, y por supuesto, las habilitaciones y sacamos todos los permisos. Costó mucho, pero lo pudimos lograr.

Entonces, empezamos a reinstalar la marca porque con todo esto, en el mercado ya se escuchan estas cosas y bueno, uno va cambiando para asegurarse, porque piensan La Litoraleña ya está en problemas,
busquemos otra... Nos costó un montón porque los proveedores, que eran a la vez acreedores, no nos querían vender, porque claro, tenían deudas abultadas de la fallida empresa. Tuvimos que visitarlos uno por uno para hacerlos entender que nosotros no éramos los que mismos que se habían ido dejando las deudas, éramos los trabajadores que nos habíamos hecho cargo de la empresa. Por suerte pudimos lograr eso, logrando un financiamiento y así nos fuimos haciendo un capital de trabajo.

Hoy después de casi ocho años, logramos estabilizarnos. Sin embargo, es muy difícil pues nuestros insumos son muy caros. Hoy somos 45 compañeros que quedamos en total, igual, sigue siendo un número importante, pero bueno, tenemos un retiro digno a pesar de no estar empatados con el rubro de convenio de pasteleros. Lo bueno es que lo podemos sostener y no tenemos deuda con nuestros proveedores. En 2020 sale en plena pandemia un fallo de Cámara en contra nuestra, que teníamos 30 días para desalojar las instalaciones. Por medio de nuestro abogado logramos apelar, y desde el 2020 hasta ahora estamos.



–¿En qué fecha del 2020 salió el fallo en contra de la Cámara?

– Luis: No recuerdo bien, pero fue a finales del 2020, en plena pandemia, raro ya que los tribunales estaban cerrados y además el abogado nos contaba que el fallo lo encontró un día no laborable, feriado, y eso no se entiende, ya que ese tipo de fallos se hacen por algo específico como un crimen a algún condenado, pero nosotros somos trabajadores, lo vio por casualidad. Y justamente ahora hace un mes, nuevamente la
Cámara E vuelve a ratificar el fallo, nos negaron la apelación, fuimos a la Corte Suprema y allí nos la niegan nuevamente, entonces entran en vigencia esos treinta días que teníamos para dejar la fábrica. Por supuesto, fuimos con el abogado a ve a los síndicos, es más, eso fue a la noche y ya a la mañana nos estaba llegando de la sindicatura que los teníamos que ir a ver al despacho y nos dijeron: “bueno muchachos, vieron que salió el fallo en Cámara y está por sobre nosotros y no podemos hacer nada, a nosotros el juzgado nos va a pedir que vayamos con la policía y no queremos que sea traumático, entonces se tienen que ir en 30 días”. Le explicamos que no podíamos hacer eso, ya que teníamos mucha inversión acá para que esté en funcionamiento, porque habían desmantelado todo. A pesar de tener todos los contratos nos pedían que nos vayamos a esperar el remate sin nada, siendo que nosotros habíamos presentado nuestras acreencias ante los acreedores, ante la quiebra, donde privilegiábamos a los trabajadores en su conjunto y no nos reconocen, no nos permiten compensar los créditos.


– ¿Ustedes ya habían estado en una situación similar en el año 2018?

- Fabián: No, en realidad lo que había pasado es que de otro juzgado otra causa conexa había mandado a remate la mitad de la propiedad. Entonces hicimos la gestión en el juzgado de la quiebra para que se incorpore, ya que uno de los terrenos no estaba en la quiebra. Claramente ambas propiedades son lo mismo a pesar de haber estado a nombre, uno a nombre del titular de la quiebra, y otro a nombre de la empresa fallida. Ambas funcionan como una unidad productiva, entonces planteamos eso y la jueza Pérez Casado lo incorporó, entonces se paró el remate de ese terreno. Se incorporó todo a la misma quiebra.


– La situación que están viviendo ahora ¿es para el remate de toda la propiedad?

–Luis: Sí, ahora está todo metido en la quiebra, o sea, maquinarias, muebles, inmuebles, está todo metido en la misma quiebra, y como te decía no nos permiten compensar crédito. Antes había, al menos, alrededor de 50 y pico compañeros porque a pesar de ser ahora 45, algunos compañeros se jubilaron pero están dispuestos a compensar con sus créditos y no nos están permitiendo eso, nos están diciendo que debemos esperar afuera el remate, sin nada. Nos estarían cortando nuestra unidad productiva. Nuestras máquinas son muy grandes no podemos. Estuvimos pidiendo presupuestos para armar unas líneas productivas, pero sale fortunas. No somos una panadería que puede mudarse a cualquier lado, llevando una sobadora y pequeñas máquinas, nosotros tenemos unas máquinas de estructura muy grande y que no se pueden habilitar así porque sí, hay que acondicionarlas, se necesita mucha plata, entonces es muy difícil.


¿Qué les dice su abogado acerca de la posibilidad de demorar el desalojo?

– Luis: No, las instancias judiciales están todas agotadas, no hay más. O sea, se presentó una ley de expropiación recientemente, esperamos que sea aprobada.

¿Qué planes tienen de cara al futuro?

–Fabián: En principio una solución política, lo ideal sería darle un moño al conflicto con una solución favorable a la cooperativa, nosotros hace 8 años que estamos gestionando y se demostró que es una experiencia exitosa en términos productivos, en términos del objetivo principal que fue resguardar los puestos de trabajo en pos de la mejor calidad de vida posible, se demostró que es posible elaborar alimentos con una altísima calidad y compitiendo en el mercado a un precio accesible, pero con respecto a la elaboración al nivel tope de las marcas concentradas. También se demostró que los trabajadores gestionen un medio de producción y tengamos una política hacia la comunidad de respeto, acompañamiento y desarrollo local. Entre otras cosas tenemos un programa que se llama Fábricas de puertas abiertas que es el vínculo de la fábrica con la comunidad, especialmente con comunidades educativas, recibimos visitas de colegios primarios, secundarios, de universidades, tenemos un acuerdo para la Cátedra Trabajo Profesional de la UBA en ingeniería, que en la actualidad están haciendo el trabajo final para recibirse dos estudiantes de ingeniería industrial y una estudiante en ingeniería de alimentos. Tuvimos también una experiencia similar con la Universidad Provincial de Ezeiza con un estudiante de logística y el año pasado se recibió nuestro primer ingeniero de la carrera de la UBA en ingeniero industrial. Nosotros venimos haciendo un trabajo, no solamente de producir que entre harina y salgan tapitas de empanadas, sino de vinculación con la comunidad, es como un gran nexo, un agregado de los recursos y el tiempo que sobra, de los excedentes, para nosotros el concepto de responsabilidad social es esencial a nuestra constitución. En principio con nosotros mismos, con nuestra comunidad y con la educación y capacitación para que podamos tener una sociedad un poco más amable.


Esta búsqueda por la decisión política por resguardar una experiencia exitosa como es la Cooperativa de Trabajo La Litoraleña, ¿a qué actores políticos apunta?

– Fabián: Estamos trabajando en la legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, con los bloques opositores, básicamente Frente de Todos y la izquierda, estamos en conversación con el gobierno de la
Ciudad de Buenos Aires, con el Poder Ejecutivo. De hecho, tenemos buen diálogo con todos los gobiernos, provincial y nacional, porque si nuestra experiencia se caracteriza por algo, es por una gran autonomía. Una de las cosas que las empresas recuperadas aportamos al momento, si creo no equivocarme, es esto de la democratización de las estructuras internas y la práctica de la democracia directa a través de las asambleas como órgano directriz, y eso en algún sentido, es un reaseguro para nosotros. Es por eso que podemos sostener el diálogo sin ningún tipo de embanderamiento partidario o de ningún otro tipo. Con la Ciudad de Buenos Aires estuvimos participando el año pasado de la distribución del alimento cooperativo en barrios, que gestionamos nosotros. Venimos trabajando con otros organismos del Estado, con el INTI, por ejemplo, y tenemos muy buen diálogo con el INAES, de hecho, nos visitó gran parte del directorio. El año pasado tuvimos varios encuentros de cooperativas, pensando en la cuestión de la educación cooperativa.


¿Cuándo es la fecha de desalojo?

–Luis: Cuando fuimos a ver a los síndicos y se ratifica el fallo de Cámara eran 30 días, nosotros le pedimos a los síndicos que era imposible en ese plazo, entonces, nuestro abogado solicitó una prórroga de 180 días, rápidamente nos contestaron, dándonos una prórroga de 60 días que ya está corriendo, va más de una semana, a pesar de ser 60 días hábiles sigue siendo insuficiente.

– Fabián: Estamos analizando todos los escenarios, el peor sería que llegue una orden de desalojo, que
vengan con la policía, resistamos y terminemos a los golpes y el mejor, sería que encontremos una solución
en estos 60 días, ya sea política o de otro tipo que nos permita continuar en el establecimiento, preservando
nuestra fuente laboral.


Se convierte pues, en un imperativo ético para la sociedad consciente defender los derechos de los trabajadores de la Cooperativa de Trabajo La Litoraleña. Una experiencia que debe ser replicada, si como dice
Fabián, queremos hacer de esta, una sociedad más amable y equitativa.


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