El Semba es un género de música y danza de Angola. Su nombre proviene del Kimbundu, una de las tantas lenguas nacionales, y tiene como significado ombligada o massemba que hace referencia al contacto entre hombre y mujer a nivel del vientre (movimiento que aparece en muchos bailes africanos).

El Semba es resultado de una evolución tanto en música como en movimiento de otros géneros angolanos como son el Semba de carnaval, Kazukuta y Kilapanga. Esta evolución consistió en llevar o reproducir aquellos sonidos de percusión a diferentes instrumentos principalmente la guitarra. Además presenta un instrumento típico llamado Dikanza, que consta de una caña con ranuras y es tocado con una vara o dedal. En cuanto a la danza, sus movimientos provienen de una combinación de expresiones tribales que fueron llevados sutilmente a un baile elegante y simple, aparentemente, en pareja. Pero sin duda conservan toda la energía, la historia y las emociones de tanta música, alegría, tristeza y vivencias.
Este género se hizo popular en 1950. Para el que no sabe, Angola, que se encuentra al suroeste de África, fue por muchísimos años colonizada por los portugueses librando su guerra de independencia entre 1961 y 1975. Como podrá ver el lector, el Semba se popularizó mientras Angola seguía siendo parte de la colonia de Portugal. Es por esta razón, que muchas de sus letras están cantadas en Kimbundu como forma de protesta contra la prohibición de los portugueses a usar sus lenguas, buscando también relatar situaciones de la vida bajo la la opresión del imperio luso. Evidentemente era utilizada como una herramienta de comunicación del pueblo. En las letras más modernas ya podemos encontrar el idioma portugués, pero en la mayoría de los casos se mantiene el relato de situaciones cotidianas, de amor y añoranza hacia su tierra, y definitivamente, el orgullo de ser angolano.

Con sus pasadas que parecen simples, con su alegría a pesar de los dolores de la vida, con una energía inigualable que nos invita a jugar y compartir con la gente de alrededor, con la invitación a olvidarnos de los problemas y al mismo tiempo ser consciente y valorar todo aquello que tenemos y nos pertenece, el Semba es ciertamente un camino, un lugar que muestra desde el arte, la integridad del pueblo angolano. Un camino del cual estoy orgullosa, y muy agradecida, de haber podido conocer y transitar. Un lugar donde nos encontramos para simplemente sentirnos vivos.

La música y la danza son parte de la identidad de un pueblo que en muchas ocasiones fue lo único que les quedó como pertenencia, y por estas razones es que debemos respetarlas y defenderlas.

‘’Nosso Semba’’ (nuestro Semba), como lo llaman los nacidos y criados bajo la cultura angolana, es una muestra de la identidad musical, dancística y cultural del pueblo angolano mostrando no solo sus cualidades para el arte, sino también su fuerza y compromiso con su tierra. Sin duda, un género que toca el corazón de quien lo escucha y baila, y conoce la historia detrás.

Los invito a escuchar un Semba.