Conversamos con Claudia Camba acerca de la experiencia de Operación Milagro, una iniciativa nacida del genio de dos gigantes de la Patria Grande, Fidel Castro y Hugo Chávez Frías.
— Contanos un poco acerca de la Operación Milagro, ¿cómo nace está iniciativa?
— Casi el 80% de la ceguera es prevenible, sin embargo la voluntad política para enfrentarlo apenas cubre al 40% de los que la sufren. Según estudio del 2019 de la OMS, mil millones de casos de ceguera o deficiencia visual pudieron haberse evitado o aún no han sido atendidos, lo que se presupone que después de la COVID-19 sea mucho mayor. El propio estudio destaca que se necesitan 14,3 USD por paciente para resolver el problema existente.
En el 2003 el gobierno de Hugo Chávez en Venezuela, inicia la Misión Robinson, se trataba de alfabetizar, enseñar a leer y escribir, y llevar la educación primaria a numerosos venezolanos y venezolanas excluidos hasta ese momento Existían en el instante de su inicio más de un millón y medio de analfabetos venezolanos.
Se aplica el método de alfabetización cubano “Yo sí Puedo”, un método audiovisual, y se detecta que pocos de los adultos que no sabían leer y escribir podían incorporarse debido a su escasa visión efectiva, casi ceguera en algunos casos, y que podía ser totalmente tratable. El uso de anteojos y su entrega gratis solucionó el problema en muchos. En otros no fue posible pues necesitaban un tratamiento más especializado pues se enfrentaban a dolencias como las cataratas o el pterigium que llevan un tratamiento quirúrgico. Personal oftalmólogo cubano, unido a personal médico venezolano, a partir de una decisión de ambos países de dar solución a esta situación, comienzan a tratar estas dolencias. Se demuestra que era posible encontrar una salida sin la inversión de grandes recursos económicos.
Posteriormente, en el año 2005 ambos países, Cuba y Venezuela, crean el programa Operación Milagro y se extendía el tratamiento de la ceguera prevenible a toda América Latina y el Caribe.
— ¿Cómo se inicia el proyecto del Centro Oftalmológico Ernesto “Che” Guevara?
— En Argentina la Operación Milagro comienza en el propio 2005. En sus inicios con el viaje de pacientes argentinos a Cuba. Imaginar que se trataba de personas muy humildes, que la mayoría no contaban con pasaportes. Muchos compañeros y compañeras colaboraron para solucionar las situaciones que se daban y la línea aérea Cubana de Aviación situó un grupo de cupos que los financiaba el gobierno cubano.
En el 2006 llega Evo Morales a la presidencia en Bolivia y determina enfrentar los problemas de salud acumulados en ese país, incluido la ceguera prevenible. Se tuvo conocimiento de esto y determinamos enviar una carta al gobierno cubano, específicamente a Fidel, donde le explicamos que el enviar a los pacientes argentinos a Bolivia no necesitaba el uso de pasaportes y facilitaría el tratamiento de nuestros compatriotas.
Cuba determina entonces la apertura de los centros oftalmológicos de Villazón y Yacuiba en territorio boliviano, en la frontera con Argentina. Se incorporan nuevos compañeros y compañeras, se crea una cadena de traslado de pacientes y de atención médica donde participaron un grupo de médicos y médicas de nuestro país graduados en la ELAM (Escuela Latinoamericana de Medicina).
Estos fueron los inicios, las bases que permitió la apertura del Centro Oftalmológico Ernesto Che Guevara, que inició en el 2009. En ese momento el Ministerio de Salud Pública de Cuba donó todos los elementos para montar un Centro en nuestro país, se evaluaron varias opciones geográficas y se decidió hacerlo en Córdoba, ya que es un centro neurálgico y había varias líneas de transporte para poder acceder fácilmente desde distintos lugares. Entonces, se hizo un acuerdo con la Clínica Junín, recuperada por sus trabajadores, y allí se instala la primera ubicación del centro oftalmológico.
—El Centro básicamente realiza el tratamiento quirúrgico de cataratas y pterigium, dos afectaciones que pueden ser tratadas sin empleo de grandes recursos económico aun cuando hay compañías y asociaciones económicas que tienen cooptados el mercado de la salud pública y lucran con los elementos vitales que se utilizan en el tratamiento de determinadas dolencias. La oftalmología no escapa a esta situación.
Nuestro punto de partida es la pesquisa activa, que es un principio de la salud cubana y que postula que no hay que esperar a que el paciente venga hasta el centro de salud u hospital, sino que vamos a buscarlos al territorio. A partir de esta concepción, en Córdoba se ha venido trabajando con organizaciones sociales referenciadas en los barrios más humildes y en los últimos tiempos se ha extendido el trabajo hacia los Centros de Jubilados.
Igualmente desde el 2013 se realizan las Brigadas Che Guevara con consultorios móviles donde se brindan consultas de oftalmología, se detectan los casos para cirugía o para otros tratamientos, y también se trabaja con otras especialidades médicas. Hemos viajado a la puna jujeña, al monte santiagueño y chaqueño, entre otros lugares.
Las brigadas están conformadas con médicos y médicas graduadas en Cuba, médicos y médicas voluntarias que se han graduado acá, integrantes de “Operación Milagro”, asesores y asesoras pedagógicas del Programa de Alfabetización “Yo sí puedo” y voluntarios y voluntarias que se suman. La propuesta es transdisciplinar; no solo pensar la salud en términos de enfermedad, sino que comprende las dimensiones culturales y sociales de la vida.
Explicar también que en el Centro puede tratarse el glaucoma, si bien en general no hacemos la cirugía, sí tratamos a personas que lo necesiten, ponerle tratamiento y darle un seguimiento adecuado. También poseemos equipamiento para aplicación de tecnología láser, el cual puede favorecer a personas que ya han sido operadas de cataratas u otras dolencias oftalmológicas.
— ¿Qué esperan para el futuro de cara a replicar esta maravillosa experiencia?
— Desde que comenzamos, 50 mil argentinos han sido operados, argentinos de bajos recursos económicos que en su mayoría conviven en comunidades de gran vulnerabilidad y exclusión. Es el ejemplo de que la voluntad política y el pensar al ser humano como centro de la comunidad y no como mercancía de uso pueden resolver las problemáticas que afectan la sociedad moderna.
La esperanza de vida crece y aumentarán las personas que necesitarán el tratamiento quirúrgico, sobretodo de cataratas, del uso de anteojos, y hay que hacerlo a partir de tener una visión diferente de la salud pública. Desde la Fundación Un Mundo Mejor es Posible, recordar que estas fueron palabras de Fidel en el memorable acto de la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires que ya cumple 20 años, estamos demostrando que es posible.
A veces tenemos la angustia de no poder hacer más, cuando vemos la realidad de nuestras comunidades por ello estamos entrando en una nueva etapa.
Entre los objetivos de La Fundación se encuentra la capacitación y formación de oftalmólogos y oftalmólogas comprometidas con los sectores de la sociedad que se caracterizan por su vulnerabilidad, fortaleciendo su compromiso con la salud pública como parte de los derechos inalienables de la ciudadanía.
Fortalecer la capacidad de incidencia y toma de conciencia de estos actores sociales específicos del ámbito de la salud, desde un paradigma contrahegemónico de salud, confiando en el mejoramiento humano, será la tarea del Hospital Escuela Dr. Ernesto Che Guevara.
Para lograr este objetivo, creemos indispensable articular con los Ministerios de Salud provinciales. El modo de operativilizarlo será a través de becas que de manera conjunta estas instituciones y la Fundación UMMEP, otorguen a oftalmólogos/as que ya radiquen en áreas desfavorables y que encuentran dificultades de acceso a la formación necesaria.
El contenido de la formación supone, lo que periódicamente realizan nuestros oftalmólogos: entrenamiento quirúrgico pero también trabajo territorial mediante la pesquisa activa en las comunidades. Esto implica llevar el hospital al barrio y no sólo viceversa. De esta forma se podrá garantizar que regresen a sus lugares e instituciones de salud públicas de origen capacitados, tanto en ciencia como en consciencia, siempre en pos de un proyecto de salud visual comunitaria con el alcance que implica mejorar la calidad de vida de vastos sectores de la sociedad aun con dificultades de acceso en esta rama de la salud.
Tenemos la firme convicción de que Un Mundo Mejor es Posible; de todos y todas depende construirlo.
— Casi el 80% de la ceguera es prevenible, sin embargo la voluntad política para enfrentarlo apenas cubre al 40% de los que la sufren. Según estudio del 2019 de la OMS, mil millones de casos de ceguera o deficiencia visual pudieron haberse evitado o aún no han sido atendidos, lo que se presupone que después de la COVID-19 sea mucho mayor. El propio estudio destaca que se necesitan 14,3 USD por paciente para resolver el problema existente. En el 2003 el gobierno de Hugo Chávez en Venezuela, inicia la Misión Robinson, se trataba de alfabetizar, enseñar a leer y escribir, y llevar la educación primaria a numerosos venezolanos y venezolanas excluidos hasta ese momento Existían en el instante de su inicio más de un millón y medio de analfabetos venezolanos. Se aplica el método de alfabetización cubano “Yo sí Puedo”, un método audiovisual, y se detecta que pocos de los adultos que no sabían leer y escribir podían incorporarse debido a su escasa visión efectiva, casi ceguera en algunos casos, y que podía ser totalmente tratable. El uso de anteojos y su entrega gratis solucionó el problema en muchos. En otros no fue posible pues necesitaban un tratamiento más especializado pues se enfrentaban a dolencias como las cataratas o el pterigium que llevan un tratamiento quirúrgico. Personal oftalmólogo cubano, unido a personal médico venezolano, a partir de una decisión de ambos países de dar solución a esta situación, comienzan a tratar estas dolencias. Se demuestra que era posible encontrar una salida sin la inversión de grandes recursos económicos. Posteriormente, en el año 2005 ambos países, Cuba y Venezuela, crean el programa Operación Milagro y se extendía el tratamiento de la ceguera prevenible a toda América Latina y el Caribe.
— En Argentina la Operación Milagro comienza en el propio 2005. En sus inicios con el viaje de pacientes argentinos a Cuba. Imaginar que se trataba de personas muy humildes, que la mayoría no contaban con pasaportes. Muchos compañeros y compañeras colaboraron para solucionar las situaciones que se daban y la línea aérea Cubana de Aviación situó un grupo de cupos que los financiaba el gobierno cubano. En el 2006 llega Evo Morales a la presidencia en Bolivia y determina enfrentar los problemas de salud acumulados en ese país, incluido la ceguera prevenible. Se tuvo conocimiento de esto y determinamos enviar una carta al gobierno cubano, específicamente a Fidel, donde le explicamos que el enviar a los pacientes argentinos a Bolivia no necesitaba el uso de pasaportes y facilitaría el tratamiento de nuestros compatriotas. Cuba determina entonces la apertura de los centros oftalmológicos de Villazón y Yacuiba en territorio boliviano, en la frontera con Argentina. Se incorporan nuevos compañeros y compañeras, se crea una cadena de traslado de pacientes y de atención médica donde participaron un grupo de médicos y médicas de nuestro país graduados en la ELAM (Escuela Latinoamericana de Medicina). Estos fueron los inicios, las bases que permitió la apertura del Centro Oftalmológico Ernesto Che Guevara, que inició en el 2009. En ese momento el Ministerio de Salud Pública de Cuba donó todos los elementos para montar un Centro en nuestro país, se evaluaron varias opciones geográficas y se decidió hacerlo en Córdoba, ya que es un centro neurálgico y había varias líneas de transporte para poder acceder fácilmente desde distintos lugares. Entonces, se hizo un acuerdo con la Clínica Junín, recuperada por sus trabajadores, y allí se instala la primera ubicación del centro oftalmológico. —¿Qué prácticas e intervenciones se realizan en el Centro? —El Centro básicamente realiza el tratamiento quirúrgico de cataratas y pterigium, dos afectaciones que pueden ser tratadas sin empleo de grandes recursos económico aun cuando hay compañías y asociaciones económicas que tienen cooptados el mercado de la salud pública y lucran con los elementos vitales que se utilizan en el tratamiento de determinadas dolencias. La oftalmología no escapa a esta situación. Nuestro punto de partida es la pesquisa activa, que es un principio de la salud cubana y que postula que no hay que esperar a que el paciente venga hasta el centro de salud u hospital, sino que vamos a buscarlos al territorio. A partir de esta concepción, en Córdoba se ha venido trabajando con organizaciones sociales referenciadas en los barrios más humildes y en los últimos tiempos se ha extendido el trabajo hacia los Centros de Jubilados. Igualmente desde el 2013 se realizan las Brigadas Che Guevara con consultorios móviles donde se brindan consultas de oftalmología, se detectan los casos para cirugía o para otros tratamientos, y también se trabaja con otras especialidades médicas. Hemos viajado a la puna jujeña, al monte santiagueño y chaqueño, entre otros lugares. Las brigadas están conformadas con médicos y médicas graduadas en Cuba, médicos y médicas voluntarias que se han graduado acá, integrantes de “Operación Milagro”, asesores y asesoras pedagógicas del Programa de Alfabetización “Yo sí puedo” y voluntarios y voluntarias que se suman. La propuesta es transdisciplinar; no solo pensar la salud en términos de enfermedad, sino que comprende las dimensiones culturales y sociales de la vida. Explicar también que en el Centro puede tratarse el glaucoma, si bien en general no hacemos la cirugía, sí tratamos a personas que lo necesiten, ponerle tratamiento y darle un seguimiento adecuado. También poseemos equipamiento para aplicación de tecnología láser, el cual puede favorecer a personas que ya han sido operadas de cataratas u otras dolencias oftalmológicas. — ¿Qué esperan para el futuro de cara a replicar esta maravillosa experiencia? — Desde que comenzamos, 50 mil argentinos han sido operados, argentinos de bajos recursos económicos que en su mayoría conviven en comunidades de gran vulnerabilidad y exclusión. Es el ejemplo de que la voluntad política y el pensar al ser humano como centro de la comunidad y no como mercancía de uso pueden resolver las problemáticas que afectan la sociedad moderna. La esperanza de vida crece y aumentarán las personas que necesitarán el tratamiento quirúrgico, sobretodo de cataratas, del uso de anteojos, y hay que hacerlo a partir de tener una visión diferente de la salud pública. Desde la Fundación Un Mundo Mejor es Posible, recordar que estas fueron palabras de Fidel en el memorable acto de la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires que ya cumple 20 años, estamos demostrando que es posible. A veces tenemos la angustia de no poder hacer más, cuando vemos la realidad de nuestras comunidades por ello estamos entrando en una nueva etapa. Entre los objetivos de La Fundación se encuentra la capacitación y formación de oftalmólogos y oftalmólogas comprometidas con los sectores de la sociedad que se caracterizan por su vulnerabilidad, fortaleciendo su compromiso con la salud pública como parte de los derechos inalienables de la ciudadanía. Fortalecer la capacidad de incidencia y toma de conciencia de estos actores sociales específicos del ámbito de la salud, desde un paradigma contrahegemónico de salud, confiando en el mejoramiento humano, será la tarea del Hospital Escuela Dr. Ernesto Che Guevara. Para lograr este objetivo, creemos indispensable articular con los Ministerios de Salud provinciales. El modo de operativilizarlo será a través de becas que de manera conjunta estas instituciones y la Fundación UMMEP, otorguen a oftalmólogos/as que ya radiquen en áreas desfavorables y que encuentran dificultades de acceso a la formación necesaria. El contenido de la formación supone, lo que periódicamente realizan nuestros oftalmólogos: entrenamiento quirúrgico pero también trabajo territorial mediante la pesquisa activa en las comunidades. Esto implica llevar el hospital al barrio y no sólo viceversa. De esta forma se podrá garantizar que regresen a sus lugares e instituciones de salud públicas de origen capacitados, tanto en ciencia como en consciencia, siempre en pos de un proyecto de salud visual comunitaria con el alcance que implica mejorar la calidad de vida de vastos sectores de la sociedad aun con dificultades de acceso en esta rama de la salud. Tenemos la firme convicción de que Un Mundo Mejor es Posible; de todos y todas depende construirlo. |
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