Son las 9 de la mañana cuando me acerco a la ruca (casa) que funge de prisión para las tres lamgen Romina Rosas, Luciana Jaramillo y Celeste Huenumil y la machi Betiana Colhuan Nahuel, la primera tras un siglo de que no hubiera una machi de este lado de la cordillera, el Puel Mapu.
Las cuatro mujeres que aún mantienen detenidas luego del salvaje operativo represivo llevado a cabo por el infame Comando Unificado el pasado 4 de octubre, a pedido de terratenientes y empresarios junto a la derecha más recalcitrante liderada por Patricia Bullrich, representantes de los grupos de poder nacionales y extranjeros que operan en territorio patagónico, en este caso, en Villa Mascardi, a tan solo 35 km de San Carlos de Bariloche, en la provincia de Rio Negro.
La encargada de comunicación, Débora Vera, me franquea la entrada y me sumerjo en la cotidianidad de esa casa repleta de mujeres iniciando las labores del día. Celeste, una de las lamgen detenidas, es ayudada por una joven a trenzar su cabello a la usanza tradicional de su pueblo, mientras el resto se afana en la cocina y otras tareas domésticas. A su alrededor juegan los niños y niñas que comparten la grave situación de estar bajo prisión domiciliaria con sus madres, siendo acosadas y violentadas por las fuerzas represivas del Estado que continuamente se pasean por la puerta de esa cárcel improvisada con la intención de intimidarlas y amedrentarlas.
Después de los saludos iniciales, comenzamos una charla informal con Celeste, que amablemente se dispone a contestar a mis preguntas a la espera que se le unan las demás mujeres detenidas y la machi Betiana, líder espiritual del pueblo mapuche —una machi puede tratar enfermedades con
medicina ancestral, utilizando plantas y ritos ceremoniales e incluso aconsejar a los lonko, líderes políticos y comunitarios-.
— ¿Nos podés contar lo vivido en la comunidad el día 4 de octubre?
— Sí, mi nombre es Celeste, soy una de las prisioneras políticas, nos encontramos hace tres meses acá con nuestros hijos, injusta mente porque nosotras somos criminalizadas cuando los asesinos del weichafe Rafael Nahuel caminan libres. Nosotras no somos ningunas delincuentes, no matamos a nadie, solamente estamos defendiendo nuestros territorios, defendiendo nuestra espiritualidad. En mi caso particular, hace un tiempo que me encuentro en la Lof Winkul Mapu siendo parte de este proceso, yo soy paciente de la machi, mis hijas también son pacientes de la machi y venimos a hacer un trabajo espiritual con ella, por eso también nos encontrábamos dentro del territorio. El 4 de octubre fuimos desalojadas brutalmente, en este segundo intento de desalojo, ya que el primer intento de desalojo fue en el 2017, donde en weichafe Rafael Nahuel, pierde la vida por un disparo en la espalda. Como saben, la mayoría de nuestra gente ha sido toda despojada del territorio, entonces muchos de nosotros nos encontramos en la ciudad, en la warría, o siendo un grupo muy reducido dentro de los territorios y la mayoría hemos sido desarraigados de nuestro lugar de origen y nos vemos hoy en la necesidad de volver al territorio para poder seguir fortaleciendo nuestra espiritualidad como mapuche, ya que en la ciudad no podemos ser mapuche. Lo que sí, el Estado, más allá que es un Estado de derecho, que hoy reconoce a los pueblos originarios y reconoce un montón de derechos hacia la mujer, hacia las niñeces, lo real, es que no lo aplica con nosotros porque hay un gran racismo.
— Justamente eso te iba a consultar, ya que al estar bajo prisión domiciliaria, eso implica que las niñeces están sometidas a las mismas condiciones de confinamiento que ustedes.
— Ellos también están presos, lejos del territorio. O sea, vivían en un campo donde podían correr libres, donde practicaban su cultura, su mapuzugun, sus juegos ancestrales, también disponían de un espacio de aprendizaje. Es más, nosotras cuando sucedió el tema de la represión los estábamos llevando a hacer wilipun.
— ¿Podrías explicarnos qué tipo de actividad era la que iban a hacer con las y los niños, justo antes que se desatara el operativo represivo?
— Con los pichikeche (niñas y niños) estábamos haciendo el reconocimiento de los árboles, del territorio, de las plantas medicinales y después de eso hacíamos una jornada de mapuzugun, de tratar hablar y practicar nuestra lengua materna y juegos ancestrales. Es decir que casi todos los días ellos jugaban y la práctica diaria de nuestra rogativa, algunos la hacíamos en el Rewe, que es nuestro espacio sagrado en común, y después cada uno de nosotros en su casa, en su espacio territorial lo aplicaba. En mi caso particular es sumamente fortalecedor que mis hijos puedan volver a ese conocimiento antiguo.
En ese momento se nos unen la machi Betiana Colhuan y las lamgen Romina y Luciana.
— Betiana, ¿podés contarnos como están viviendo este ilegitimo confinamiento forzado? ¿Van a introducir un nuevo pedido de excarcelación?
— Bueno, la verdad es que no alcanzan las palabras para lo que sucedió y lo que sigue sucediendo. Si, estuvieron los abogados que hicieron la denuncia por todos los hechos violentos, los disparos contra los niños y ayer nuestros letrados nos avisaron que van a entrar en cámara Gesell, para que puedan denunciar lo vivido.
— Una de las lamgen dió a luz en cautiverio, estando detenida.
— Sí, sí, así fue, fue tremendo el hostigamiento que sufrió Romina, la violencia, la arrastraron por la ruta. Obviamente que ella no quería irse sola, porque la separaron enseguida de nosotras, como Romina no quería subirse a la camioneta de la policía, le empezaron a golpear las piernas con
la puerta del vehículo, horrible. Eso le hizo comenzar las contracciones de parto, claramente a causa de toda la tensión y los golpes. Luego cuando la trajeron acá, pudo estar un poco más tranquila, pero la jueza (se refiere a la jueza federal Silvina Domínguez) la llamaba todo el tiempo, la venían a ver, a nosotras mismas nos filmaron las 24 horas. Bueno a Romi, prácticamente la querían obligar a parir ni bien llegaron.
— ¿Le quisieron inducir el parto?
— No lo llegaron a hacer, pero eso es lo que pretendían cuando la llevaron al hospital, incluso a ella le querían practicar una cesárea, imponiéndole una forma de dar a luz que ella no quería. Violencia obstétrica. Desde el primer momento del desalojo a ella la separaron de nosotras, de hecho la
llevaron como cordero, entre veinte milicos, agarrándola de las piernas y los brazos en una camioneta aparte, la empujaron, arrastraron y pegaron en la panza por la ruta.
— Parte de la denuncia de sus abogados, ¿Incluye esta situación por demás irregular y violenta contra una mujer embarazada?
— Sí sí, estamos tratando de hacerlo. Sin embargo, hay tanto por denunciar...
— ¿Qué organismos de DD.HH se han sumado cómo para tomar esto y elevarlo al Gobierno?
— Sí, muchos organismos de DD.HH, el Cels, La liga, la APDH y el INAI.
— A pesar de que el foro Penal no se rige por la feria judicial, sabemos que se mueve más lento en enero. ¿Creen sus letrados que igualmente pueda salir su excarcelación en estos días?
— Por ahora nos rechazaron en primera instancia en la Cámara de Roca, la segunda es en Cámara de Casación de Comodoro Py, donde también nos la rechazaron y la tercera tiene que ser ya internacional, La Corte Interamericana, pero no vamos a llevarlo hasta allí, porque si nos vamos ahí, el juicio tiene que esperar hasta que la corte se expida y eso puede demorar años. Ya hay un antecedente en Wall Mapu cuando se fue a la Cámara Internacional de apelación, tardó cinco años. Personalmente yo, tengo una causa madre, que origina todo, del 2017 por Parques Nacionales, pero posteriormente se le suman tres más. Todas son causas distintas, carátuladas de usurpación, las que estamos en la causa madre del año 2017, se nos suman las cuatro causas, entonces ya no es una usurpación, se convierte en una causa distinta que se llama usurpación múltiple. Entonces, pesa mucho más. Nos quisieron inculpar del incendio de una casilla de Gendarmería pero tuvieron que excluirnos de ese cargo porque no dábamos con el perfil de la denuncia, pero igual en ese armado judicial, nos dejaron como coautoras del hecho.
Algunas de esas causas son provinciales, otras nacionales. Ahora llega a juicio la causa madre del 2017, pero la excarcelación que estamos demandando, es por esta ultima detención a raíz de los actos represivos del pasado 4 de octubre.
— O sea, que el juicio que se inicia ahora, al ser del año 2017, estaríamos hablamos de una demora de alrededor de 5 años. Claramente lo que intenta el Estado es judicializar cualquier legitimo reclamo de las y los mapuche, como forma de amedrentamiento.
— En definitiva, lo que deja al descubierto este accionar, es la perspectiva racista de la justicia. Las lamgen que estuvimos y las que siguen presas, es justamente eso, porque la causa es excarcelable, hasta el Presidente Fernández nos lo dijo. Nos cuenta Débora con voz firme.
La Machi Betiana, vuelve a tomar la palabra para sentenciar con la valentía y fuerza espiritual dada por siglos de sabiduría y resistencia de sus mujeres, las misma que sufrieron durante la execrable Conquista del Desierto, el asesinato prendiéndoles fuego a líderes que practicaban la medicina ancestral.
— Luego del violento intento de esalojo todos se quisieron lavar las manos, se han pasado la pelota uno al otro, posteriormente fueron a festejar nuestro desalojo a la mansión de Lewis, tanto la fiscal, la jueza, el ministro de Seguridad de Nación. Por ejemplo, el Presidente dijo que no tenía poder de decisión dentro del poder Judicial, pero realmente sabemos que esto se acaba con una decisión política, que es ni más ni menos, que la restitución del territorio y la devolución del Rewe.
Vale recordar los sucesos en la Lof Lafken Winkul Mapu en el año 2017, donde fue asesinado su primo, Rafael Nahuel, el 25 de noviembre, en el primer intento de desalojo de la comunidad. Nahuel recibió un disparo por la espalda a manos de efectivos del siniestro Grupo Albatros y si bien el cobarde asesinato del joven, conmocionó a parte de la sociedad argentina, a partir de entonces el gobierno de derecha de Mauricio Macri, secundado de cerca por Patricia Bullrich, comenzaron una campaña de fuerte criminalización y demonización del pueblo mapuche, implantando la descabellada idea de la existencia de grupos armados que usurpaban propiedades privadas de forma violenta e instalando la idea del enemigo interno, con la supuesta existencia de la RAM “Resistencia Ancestral
Mapuche”. Sin embargo, sabemos que esto obedece a la histórica actitud represiva del Estado hacia los pueblos originarios y que actualmente se ve reforzada por un recrudecimiento del epistemicidio indígena que viene desde la invasión europea a estos territorios hasta la actual gestión.
Esta es solo una pequeña parte de una conversación que se extendió por más de dos horas, perno nos alcanza el reducido espacio para transcribirla en su totalidad, como no nos alcanzan las palabras para describir la absoluta vulneración de los derechos del pueblo mapuche. A pesar de todo esto, las autoridades mapuche están abiertas al diálogo y el entendimiento con el Estado Argentino.
Todas las viviendas de la Lof Winkul Mapu fueron demolidas, las pertenencias de las y los mapuche, robadas y sus animales incautados. Hasta el día de la fecha, tanto las tres lamgen como la Machi, siguen detenidas y silenciadas por un Estado que lejos de respetar los derechos prístinos de los pueblos indígenas, las mujeres y la niñez, antepone los intereses y conveniencias dinerarias de unos pocos que jamas podrán demostrar pertenencia y arraigo alguno con estos territorios.
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