Trabajo Social en tiempos de pospandemia
Julia Martínez
... esperemos que esta ciudadanía, diversa, plural, pueda encontrar el camino para que no sea todo una sectorización y corporativización de los derechos ...



Desde Acercándonos Ediciones editamos el libro "Trabajo Social. Logros, desafíos e interrogantes en tiempos de pandemia y postpandemia" que la tiene como compiladora a Isabel Rauber, investigadora y filósofa Argentina. El trabajo nace desde la carrera de Trabajo Social de la Universidad de Lanús y contempla texto de diferentes estudiosos y trabajadores de la temática.

Nos encontramos en la casa de la escritora para hacerle una pequeña entrevista.

Isabel, ¿el nuevo libro "Trabajo Social. Logros, desafíos e interrogantes en tiempos de pandemia y post pandemia" a quiénes está dirigido y con qué objetivo?

— El libro se dirige fundamentalmente a profesionales del trabajo social con el objetivo de reflexionar acerca de estas nuevas experiencias de vida comunitaria, de vida familiar e individual, porque la pandemia con el aislamiento afectó profundamente también las relaciones al interior de la familia recargando en gran medida a las mujeres, que asumieron en gran parte el cuidado en forma directa e indirecta, ya sea haciéndose cargo de su problema o acudiendo al apoyo de otras mujeres de la comunidad para resolverlo. Esto en el sentido de género, pero en todo sentido la pandemia implicó un replanteamiento del lugar del núcleo familiar en la sobrevivencia de la familia en la comunidad y de la comunidad en general. Entonces, esto tiene mucho que ver con la actividad del trabajador social, de la trabajadora social, por eso nosotros pusimos este tema de reflexión, porque es fundamental superar la práctica individual de asistencia. Queremos apuntalar más una perspectiva interprofesional, digamos así, que vaya a los intersticios de la realidad y que además subraya la importancia de trabajar con los sujetos y las sujetas para ir tomando conciencia de los múltiples dimensiones de la realidad que hay que enfrentar. Eso a nosotros nos parece fundamental.


¿El libro está enmarcado en un trabajo colectivo, interdisciplinario?

— Es el resultado del proyecto de cooperación con la actualización profesional de trabajo social, un proyecto que ya lleva más de diez años en funcionamiento y que tiene este objetivo de siempre discutir los nuevos temas que hacen a la labor de los trabajadores y trabajadoras sociales, por eso se llama actualización profesional. Por supuesto no está excluido que quienes están estudiando la carrera, que participen de otras disciplinas porque como es interdisciplinaria la propuesta también es interdisciplinario el debate. De hecho, esta interdisciplinariedad se puede observar también en los enfoques que se trabajan en el libro, de distintas perspectivas. No todo el mundo pertenece a la misma rama, tenemos además de trabajadoras/es sociales, profesionales del área de salud comunitaria, profesionales abocados al tema del adulto mayor, profesionales abocados al tema de la relación de los movimientos sociales con esta realidad, y también de la labor comunitaria colectiva en la lucha contra el hambre. Tenemos también educadores populares, hay por lo menos cuatro o cinco ya sea en forma directa, que además de ser trabajadores sociales son educadores populares porque la educación popular es clave para esta labor, porque uno de los objetivos que yo considero fundamental y así lo trabajo en la materia, en la licenciatura de trabajo social como en el posgrado, es el tema de construir sujetos autónomos y para construir sujetos autónomos un apoyo fundamental que tenemos tanto en el trabajo social como en la acción política, donde lamentablemente no se toma en cuenta la concepción es la educación popular, y la educación popular entendida como una concepción que valoriza el saber que tiene cada persona acerca de la realidad en que vive y la importancia que hay de que se tome conciencia de ese saber. O sea, que cada individuo, cada ser humano, tenga conciencia de eso que sabe, que ignora que lo sabe, esto parece un trabalenguas pero no porque el poder le ha inculcado y le machaca por todos los medios de que no sabe y no solo que no sabe sino que nunca va a llegar a saber. Por eso los sectores del poder hegemónico rechazan la inversión en educación y la inversión en educación universitaria más aún, ¿para qué? si de todos modos no van a aprender; porque acuñan la idea de que son incapaces y que son incapaces genéticamente.


Ahí entra a jugar la educación popular...

— Claro, porque contribuye a poner de manifiesto estos saberes que se llaman saberes populares, y por supuesto que hay que articularlos. Hay una labor educativa muy grande porque hay que articular los saberes individuales para construir un saber colectivo entre todos los sujetos. Ese saber colectivo no es el universo, es la comunidad de sujetos con la que estamos interactuando y así hay que ir articulando. Por eso están los educadores populares, entre los que me cuento también yo, en el libro y promoviendo el libro, porque hay que abrir el pensamiento a las experiencias concretas con los sujetos/as, eso es lo importante, y de ahí todo porque esto que yo siempre digo, y otros profesionales también, de que la pobreza es un factor de poder porque el pobre es cliente en tanto es dependiente es un cliente seguro.


Una de tus ideas en el libro acerca de que “la situación de pobreza resulta un importante factor de poder”...

— Exacto, es como una fuente, un crisol de votantes que están ahí, el voto cautivo. Por eso es importante, entre otras razones, terminar con la pobreza, romper ese círculo vicioso, desde el trabajo social no se puede romper, pero nosotros nos planteamos como un sentido del quehacer la construcción de sujetos autónomos, sujetos autónomos rompe con esta dependencia. El grado de autonomía depende de lo mucho que se pueda hacer, pero primero y fundamental es que cada hombre y mujer en su barrio, en su comunidad se posicione como un ciudadano de pleno derecho y a partir de ahí se ocupe, y esto es una labor evidentemente colectiva, comunitaria de construir las vías para la soberanía alimentaria, de las cuales la economía familiar, la agricultura familiar es un pilar fundamental, porque la autonomía empieza por la capacidad propia, autónoma de reproducir la vida y esto es una labor educativa de la trabajadora/or social. Evidentemente, no está en contra de que reciban planes sociales, que reciban bolsas de alimentos de los comedores, todo eso de la transición a un proceso de construcción de sujetos autónomos con soberanía alimentaria. Entre toda la cadena de soberanías que se desprenden de ahí y que van articulados a eso pero que si uno depende de otro, de dádivas, de cómo quieran llamarle, para resolver el plato de sopa de su casa, ya usted no puede ser un sujeto autónomo. Nosotros partimos de ahí, desde la base, desde los fundamentos, desde los cimientos, a promover en los debates colectivos cómo hacer para tener esta autonomía en lo básico fundamental que es la alimentación, que obviamente es una labor comunitaria de varias comunidades dentro de un barrio y de varios barrios inter articulados con provincias y ojalá podamos lograr lo que soñamos que es la autonomía alimentaria del pueblo todo. Un pueblo que tiene suficiencia alimentaria no puede ser manipulado por las grandes cadenas. Pero estas son redes que se tienen que dar por fuera de las leyes que impone el mercado, todo el sistema de producción de almacenamiento, distribución, intercambio y consumo, que son cuestiones necesarias para que se resuelvan los problemas de satisfacción de necesidades diversas, nada más estoy hablando del rubro alimentario, hay que construirlas, construidas colectivamente, regirse y gestionarse colectivamente y controlarse colectivamente, no puede ser que un gerente, jefe decida, porque una vez que uno empieza con esto, lo que hace es reproducir las relaciones de mercado.



Señalás en el libro que “un Estado cerrado no participativo, es incompatible con la democracia necesaria, con los derechos de una ciudadanía plural y diversa”, ¿cómo se construye esa transformación en nuestras sociedades latinoamericanas?

— Lo participativo colectivo comunitario, es una cuestión de base tan importante como plantar una semilla. Eso por un lado, y por el otro lado apunta a una cuestión respecto del estado y la participación, porque uno de los temas fundamentales y que lo demuestra también la pandemia es que la solución sin la participación de la población no es posible, eso no se ha trabajo políticamente peor si el Estado dice “estas son las políticas”, y después el pueblo no se lava las manos, no toma distancia, no limpia la casa con lavandina, no se limpian los pies, si el sujeto no se activa en función de lograr la solución al problema o de impedir el crecimiento del problema, no hay logros. Esto nos enseñó la pandemia, sin embargo, quedó como algo de salud pública cuando en realidad es una actitud de cómo una participación de la población contribuye definitivamente al logro de determinadas políticas públicas. Para poner un ejemplo sencillo, te hablo de esto porque es así en todo, tenemos que superar los estados errados con el sueño de los que lo quieren achicar, reducir, etc, no es cuantitativo, no hablo de eso, sino que tiene que afianzar el Estado el desarrollo de políticas públicas a partir de la participación de la ciudadanía, la participación de la ciudadanía en las políticas públicas, en la definición, en parte de las soluciones también ¿por qué no?. Y en control, es fundamental, es uno de los baluartes más importantes de la democratización de nuestras sociedades. Lamentablemente es un tema que casi no se habla que algunos dicen que practican aquí pero muy sectorizado, participar no es estar sentado, participar es tener el derecho a la información de lo que se trata, conocer las propuestas con antemano, poder debatir, presentar modificaciones o propuestas nuevas, y después decidir conjuntamente con los funcionarios estatales. Esto no es estado contra ciudadanía, ni ciudadanía contra estado, esto es poder decidir en conjunto las políticas públicas que hacen al sector. Por ejemplo el caso de la salud o de la educación son totalmente transversales, habrá que hacer estos estudios y trabajos territorialmente, porque de hecho las políticas públicas se aplican a pesar de ser nacionales, después está la política de la provincia tal, municipio tal, no hay ningún impedimento para hacer procesos participativos de estos temas.


En una parte del libro decís que el “el pensamiento del poder hegemónico busca impedir que rearticulemos porque nos daríamos cuenta de que hay una raíz social sistémica y ello llevaría a conclusiones muy diferentes a las que arroja el análisis fragmentado y fragmentario de la sociedad”, ¿cómo hacer para lograr esa rearticulación?

— Hay que tener voluntad de hacerlo, trabajar por los logros. El pueblo es sabio, el pueblo también está interesado en la eficiencia de las políticas públicas, entonces esto va a ser muy sencillo. Esperemos que se logre, esperemos que esta ciudadanía, diversa, plural, pueda encontrar el camino para que no sea todo una sectorización y corporativización de los derechos y que podría ser un peligro, una amenaza, por supuesto que también contemplamos dentro de la mirada la importancia de la rearticulación de los sujetos, sujetos cada vez más fragmentados e hiper fragmentados por políticas públicas neoliberales que pretenden hacer actos de justicia social cuando en realidad fragmentan y opone un sector social con el otro, claramente esta concepción, este lenguaje abstracto que pretende que se hace cargo de la justicia social y de disminuir la desigualdad, me refiero a hablar de los que más y los que menos tienen, en realidad es un juego de conceptos con términos que conllevan a la confusión de lo que se trata y a la dilución del verdadero problema. Ese discurso del que menos tiene el que más tiene, para que el que tiene dos pantalones es un rico, desgraciado, al que hay que quitarle un pantalón par darle al otro, porque eso lleva al odio, incentiva el enfrentamiento, son categorías nefastas, que se han construido para no enfrentarse directamente con sector que son los dueños de la opulencia, de la riqueza en un país en el cual no se los toca. El impuesto a las ganancias, mal llamado ganancia porque es un impuesto al trabajo, no se elimina, si se puede eliminar con un decreto, no hay ningún problema de estar sacándole a los trabajadores, hay que hacerlo porque no se le saca a los de arriba. Cada vez que leemos “subsidian la empresa” ese subsidio lo ven buenísimo pero el subsidio al que trabaja, al que no le alcanza, al jubilado que no puede pagar la luz para prender las estufas, ese subsidio es malísimo, es el subsidio populista. El subsidio para las empresas buenísimo porque ese es la transferencia de la riqueza del pueblo a los sectores del poder que es lo que quieren, no quieren reducir el estado, quieren un estado que sea la polea de transmisión de todos lo impuestos hacia las grandes empresas, por lo tanto por eso esos sectores odian las políticas sociales, odian las políticas de asistencia a la población, y odian todo derecho, porque es malgastar el dinero en pobres que nunca van a aprender porque no tienen capacidad por lo tanto las universidades públicas hay que cerrarlas, por lo tanto no tienen sentido si quieren, que se lo paguen privadamente, te dan un voucher. Ya vamos a ver, esperemos que no, los que van a recibir un voucher con el monto que va a recibir va a ser según el lugar donde viva, porque si los derechos están segmentados también el monto de los vouchers. Pero bueno, vamos a ver cómo se desarrolla. Son muchas ilusiones y confusiones que entran por una puerta de los que menos tienen a los que más tienen que ha permitido el odio, el enfrentamiento, parte de la sociedad contra otra parte de la sociedad. Prácticamente la mitad de la sociedad contra la mitad, porque de la mitad que se identifica que son los que menos tienen con la otra mitad que consideran que son lo que más tienen, cuando en este país no pasa de un pequeño porcentaje el sector opulento. Entonces no es los que más tienen, es que habría que poner nombres concretos, la oligarquía agroexportadora financiera que debería haber aportado al desarrollo del país y haber aportado más en un esquema de distribución de riquezas, no distribución del salario que es lo que se hace ahora, hace años. Porque se distribuye el salario, los trabajadores aunque quieran decir que son ñoquis, son los trabajadores/as las que sostienen gran parte de las política públicas que se hacen en relación con la redistribución de recursos hacia los sectores realmente excluidos y desfavorecidos.

Todos estos temas se tratan en el libro, el libro que busca ubicar una labor profesional en las comunidades de una forma situada, concreta. Es decir usted, su trabajo, es controlar la situación de la familia, los problemas, la niñez, el estado de las mujeres que reciben los bonos y la asignación universal por hijo, si van a la escuela, si van a las consultas médicas. Está bien, usted hace todo eso, pero además hay que sentarse, conversar, hay que escuchar a las personas y construir nuevas miradas acerca de lo que se puede hacer, de lo que se desea hacer, lo que se puede hace, juntos podemos construir esa comunidad, alentar a la reunión de vecinos en las comunidades, es una de las tareas del trabajador social para apuntalar procesos que tiendan, reitero como cuando empecé, a la autonomía de los sujetos desde sus comunidades y con las comunidades para también poder interactuar autónomamente con otras comunidades en el mismo sentido, este es un plus, el plus de todo trabajador/as sociales que aporta a la construcción de sujetos/as conscientes del país en el que viven y del país en el que quieren vivir, preparándose activamente para ello y trabajando en esa dirección desde sus experiencias cotidianas en las comunidades y las familias.

 


Desde Acercándonos Ediciones editamos el libro "Trabajo Social. Logros, desafíos e interrogantes en tiempos de pandemia y postpandemia" que la tiene como compiladora a Isabel Rauber, investigadora y filósofa Argentina. El trabajo nace desde la carrera de Trabajo Social de la Universidad de Lanús y contempla texto de diferentes estudiosos y trabajadores de la temática.

Nos encontramos en la casa de la escritora para hacerle una pequeña entrevista.

Isabel, ¿el nuevo libro "Trabajo Social. Logros, desafíos e interrogantes en tiempos de pandemia y post pandemia" a quiénes está dirigido y con qué objetivo?

— El libro se dirige fundamentalmente a profesionales del trabajo social con el objetivo de reflexionar acerca de estas nuevas experiencias de vida comunitaria, de vida familiar e individual, porque la pandemia con el aislamiento afectó profundamente también las relaciones al interior de la familia recargando en gran medida a las mujeres, que asumieron en gran parte el cuidado en forma directa e indirecta, ya sea haciéndose cargo de su problema o acudiendo al apoyo de otras mujeres de la comunidad para resolverlo. Esto en el sentido de género, pero en todo sentido la pandemia implicó un replanteamiento del lugar del núcleo familiar en la sobrevivencia de la familia en la comunidad y de la comunidad en general. Entonces, esto tiene mucho que ver con la actividad del trabajador social, de la trabajadora social, por eso nosotros pusimos este tema de reflexión, porque es fundamental superar la práctica individual de asistencia. Queremos apuntalar más una perspectiva interprofesional, digamos así, que vaya a los intersticios de la realidad y que además subraya la importancia de trabajar con los sujetos y las sujetas para ir tomando conciencia de los múltiples dimensiones de la realidad que hay que enfrentar. Eso a nosotros nos parece fundamental.


¿El libro está enmarcado en un trabajo colectivo, interdisciplinario?

— Es el resultado del proyecto de cooperación con la actualización profesional de trabajo social, un proyecto que ya lleva más de diez años en funcionamiento y que tiene este objetivo de siempre discutir los nuevos temas que hacen a la labor de los trabajadores y trabajadoras sociales, por eso se llama actualización profesional. Por supuesto no está excluido que quienes están estudiando la carrera, que participen de otras disciplinas porque como es interdisciplinaria la propuesta también es interdisciplinario el debate. De hecho, esta interdisciplinariedad se puede observar también en los enfoques que se trabajan en el libro, de distintas perspectivas. No todo el mundo pertenece a la misma rama, tenemos además de trabajadoras/es sociales, profesionales del área de salud comunitaria, profesionales abocados al tema del adulto mayor, profesionales abocados al tema de la relación de los movimientos sociales con esta realidad, y también de la labor comunitaria colectiva en la lucha contra el hambre. Tenemos también educadores populares, hay por lo menos cuatro o cinco ya sea en forma directa, que además de ser trabajadores sociales son educadores populares porque la educación popular es clave para esta labor, porque uno de los objetivos que yo considero fundamental y así lo trabajo en la materia, en la licenciatura de trabajo social como en el posgrado, es el tema de construir sujetos autónomos y para construir sujetos autónomos un apoyo fundamental que tenemos tanto en el trabajo social como en la acción política, donde lamentablemente no se toma en cuenta la concepción es la educación popular, y la educación popular entendida como una concepción que valoriza el saber que tiene cada persona acerca de la realidad en que vive y la importancia que hay de que se tome conciencia de ese saber. O sea, que cada individuo, cada ser humano, tenga conciencia de eso que sabe, que ignora que lo sabe, esto parece un trabalenguas pero no porque el poder le ha inculcado y le machaca por todos los medios de que no sabe y no solo que no sabe sino que nunca va a llegar a saber. Por eso los sectores del poder hegemónico rechazan la inversión en educación y la inversión en educación universitaria más aún, ¿para qué? si de todos modos no van a aprender; porque acuñan la idea de que son incapaces y que son incapaces genéticamente.


Ahí entra a jugar la educación popular...

— Claro, porque contribuye a poner de manifiesto estos saberes que se llaman saberes populares, y por supuesto que hay que articularlos. Hay una labor educativa muy grande porque hay que articular los saberes individuales para construir un saber colectivo entre todos los sujetos. Ese saber colectivo no es el universo, es la comunidad de sujetos con la que estamos interactuando y así hay que ir articulando. Por eso están los educadores populares, entre los que me cuento también yo, en el libro y promoviendo el libro, porque hay que abrir el pensamiento a las experiencias concretas con los sujetos/as, eso es lo importante, y de ahí todo porque esto que yo siempre digo, y otros profesionales también, de que la pobreza es un factor de poder porque el pobre es cliente en tanto es dependiente es un cliente seguro.


Una de tus ideas en el libro acerca de que “la situación de pobreza resulta un importante factor de poder”...

— Exacto, es como una fuente, un crisol de votantes que están ahí, el voto cautivo. Por eso es importante, entre otras razones, terminar con la pobreza, romper ese círculo vicioso, desde el trabajo social no se puede romper, pero nosotros nos planteamos como un sentido del quehacer la construcción de sujetos autónomos, sujetos autónomos rompe con esta dependencia. El grado de autonomía depende de lo mucho que se pueda hacer, pero primero y fundamental es que cada hombre y mujer en su barrio, en su comunidad se posicione como un ciudadano de pleno derecho y a partir de ahí se ocupe, y esto es una labor evidentemente colectiva, comunitaria de construir las vías para la soberanía alimentaria, de las cuales la economía familiar, la agricultura familiar es un pilar fundamental, porque la autonomía empieza por la capacidad propia, autónoma de reproducir la vida y esto es una labor educativa de la trabajadora/or social. Evidentemente, no está en contra de que reciban planes sociales, que reciban bolsas de alimentos de los comedores, todo eso de la transición a un proceso de construcción de sujetos autónomos con soberanía alimentaria. Entre toda la cadena de soberanías que se desprenden de ahí y que van articulados a eso pero que si uno depende de otro, de dádivas, de cómo quieran llamarle, para resolver el plato de sopa de su casa, ya usted no puede ser un sujeto autónomo. Nosotros partimos de ahí, desde la base, desde los fundamentos, desde los cimientos, a promover en los debates colectivos cómo hacer para tener esta autonomía en lo básico fundamental que es la alimentación, que obviamente es una labor comunitaria de varias comunidades dentro de un barrio y de varios barrios inter articulados con provincias y ojalá podamos lograr lo que soñamos que es la autonomía alimentaria del pueblo todo. Un pueblo que tiene suficiencia alimentaria no puede ser manipulado por las grandes cadenas. Pero estas son redes que se tienen que dar por fuera de las leyes que impone el mercado, todo el sistema de producción de almacenamiento, distribución, intercambio y consumo, que son cuestiones necesarias para que se resuelvan los problemas de satisfacción de necesidades diversas, nada más estoy hablando del rubro alimentario, hay que construirlas, construidas colectivamente, regirse y gestionarse colectivamente y controlarse colectivamente, no puede ser que un gerente, jefe decida, porque una vez que uno empieza con esto, lo que hace es reproducir las relaciones de mercado.



Señalás en el libro que “un Estado cerrado no participativo, es incompatible con la democracia necesaria, con los derechos de una ciudadanía plural y diversa”, ¿cómo se construye esa transformación en nuestras sociedades latinoamericanas?

— Lo participativo colectivo comunitario, es una cuestión de base tan importante como plantar una semilla. Eso por un lado, y por el otro lado apunta a una cuestión respecto del estado y la participación, porque uno de los temas fundamentales y que lo demuestra también la pandemia es que la solución sin la participación de la población no es posible, eso no se ha trabajo políticamente peor si el Estado dice “estas son las políticas”, y después el pueblo no se lava las manos, no toma distancia, no limpia la casa con lavandina, no se limpian los pies, si el sujeto no se activa en función de lograr la solución al problema o de impedir el crecimiento del problema, no hay logros. Esto nos enseñó la pandemia, sin embargo, quedó como algo de salud pública cuando en realidad es una actitud de cómo una participación de la población contribuye definitivamente al logro de determinadas políticas públicas. Para poner un ejemplo sencillo, te hablo de esto porque es así en todo, tenemos que superar los estados errados con el sueño de los que lo quieren achicar, reducir, etc, no es cuantitativo, no hablo de eso, sino que tiene que afianzar el Estado el desarrollo de políticas públicas a partir de la participación de la ciudadanía, la participación de la ciudadanía en las políticas públicas, en la definición, en parte de las soluciones también ¿por qué no?. Y en control, es fundamental, es uno de los baluartes más importantes de la democratización de nuestras sociedades. Lamentablemente es un tema que casi no se habla que algunos dicen que practican aquí pero muy sectorizado, participar no es estar sentado, participar es tener el derecho a la información de lo que se trata, conocer las propuestas con antemano, poder debatir, presentar modificaciones o propuestas nuevas, y después decidir conjuntamente con los funcionarios estatales. Esto no es estado contra ciudadanía, ni ciudadanía contra estado, esto es poder decidir en conjunto las políticas públicas que hacen al sector. Por ejemplo el caso de la salud o de la educación son totalmente transversales, habrá que hacer estos estudios y trabajos territorialmente, porque de hecho las políticas públicas se aplican a pesar de ser nacionales, después está la política de la provincia tal, municipio tal, no hay ningún impedimento para hacer procesos participativos de estos temas.


En una parte del libro decís que el “el pensamiento del poder hegemónico busca impedir que rearticulemos porque nos daríamos cuenta de que hay una raíz social sistémica y ello llevaría a conclusiones muy diferentes a las que arroja el análisis fragmentado y fragmentario de la sociedad”, ¿cómo hacer para lograr esa rearticulación?

— Hay que tener voluntad de hacerlo, trabajar por los logros. El pueblo es sabio, el pueblo también está interesado en la eficiencia de las políticas públicas, entonces esto va a ser muy sencillo. Esperemos que se logre, esperemos que esta ciudadanía, diversa, plural, pueda encontrar el camino para que no sea todo una sectorización y corporativización de los derechos y que podría ser un peligro, una amenaza, por supuesto que también contemplamos dentro de la mirada la importancia de la rearticulación de los sujetos, sujetos cada vez más fragmentados e hiper fragmentados por políticas públicas neoliberales que pretenden hacer actos de justicia social cuando en realidad fragmentan y opone un sector social con el otro, claramente esta concepción, este lenguaje abstracto que pretende que se hace cargo de la justicia social y de disminuir la desigualdad, me refiero a hablar de los que más y los que menos tienen, en realidad es un juego de conceptos con términos que conllevan a la confusión de lo que se trata y a la dilución del verdadero problema. Ese discurso del que menos tiene el que más tiene, para que el que tiene dos pantalones es un rico, desgraciado, al que hay que quitarle un pantalón par darle al otro, porque eso lleva al odio, incentiva el enfrentamiento, son categorías nefastas, que se han construido para no enfrentarse directamente con sector que son los dueños de la opulencia, de la riqueza en un país en el cual no se los toca. El impuesto a las ganancias, mal llamado ganancia porque es un impuesto al trabajo, no se elimina, si se puede eliminar con un decreto, no hay ningún problema de estar sacándole a los trabajadores, hay que hacerlo porque no se le saca a los de arriba. Cada vez que leemos “subsidian la empresa” ese subsidio lo ven buenísimo pero el subsidio al que trabaja, al que no le alcanza, al jubilado que no puede pagar la luz para prender las estufas, ese subsidio es malísimo, es el subsidio populista. El subsidio para las empresas buenísimo porque ese es la transferencia de la riqueza del pueblo a los sectores del poder que es lo que quieren, no quieren reducir el estado, quieren un estado que sea la polea de transmisión de todos lo impuestos hacia las grandes empresas, por lo tanto por eso esos sectores odian las políticas sociales, odian las políticas de asistencia a la población, y odian todo derecho, porque es malgastar el dinero en pobres que nunca van a aprender porque no tienen capacidad por lo tanto las universidades públicas hay que cerrarlas, por lo tanto no tienen sentido si quieren, que se lo paguen privadamente, te dan un voucher. Ya vamos a ver, esperemos que no, los que van a recibir un voucher con el monto que va a recibir va a ser según el lugar donde viva, porque si los derechos están segmentados también el monto de los vouchers. Pero bueno, vamos a ver cómo se desarrolla. Son muchas ilusiones y confusiones que entran por una puerta de los que menos tienen a los que más tienen que ha permitido el odio, el enfrentamiento, parte de la sociedad contra otra parte de la sociedad. Prácticamente la mitad de la sociedad contra la mitad, porque de la mitad que se identifica que son los que menos tienen con la otra mitad que consideran que son lo que más tienen, cuando en este país no pasa de un pequeño porcentaje el sector opulento. Entonces no es los que más tienen, es que habría que poner nombres concretos, la oligarquía agroexportadora financiera que debería haber aportado al desarrollo del país y haber aportado más en un esquema de distribución de riquezas, no distribución del salario que es lo que se hace ahora, hace años. Porque se distribuye el salario, los trabajadores aunque quieran decir que son ñoquis, son los trabajadores/as las que sostienen gran parte de las política públicas que se hacen en relación con la redistribución de recursos hacia los sectores realmente excluidos y desfavorecidos.

Todos estos temas se tratan en el libro, el libro que busca ubicar una labor profesional en las comunidades de una forma situada, concreta. Es decir usted, su trabajo, es controlar la situación de la familia, los problemas, la niñez, el estado de las mujeres que reciben los bonos y la asignación universal por hijo, si van a la escuela, si van a las consultas médicas. Está bien, usted hace todo eso, pero además hay que sentarse, conversar, hay que escuchar a las personas y construir nuevas miradas acerca de lo que se puede hacer, de lo que se desea hacer, lo que se puede hace, juntos podemos construir esa comunidad, alentar a la reunión de vecinos en las comunidades, es una de las tareas del trabajador social para apuntalar procesos que tiendan, reitero como cuando empecé, a la autonomía de los sujetos desde sus comunidades y con las comunidades para también poder interactuar autónomamente con otras comunidades en el mismo sentido, este es un plus, el plus de todo trabajador/as sociales que aporta a la construcción de sujetos/as conscientes del país en el que viven y del país en el que quieren vivir, preparándose activamente para ello y trabajando en esa dirección desde sus experiencias cotidianas en las comunidades y las familias.

 


 Últimos Libros editados

De la pandemia a la reconstrucción. Liberación vs. Liberalismo
Novedades
ISBN:
$23000.00.-

Mis años en OEA, esa cosa tan fea...
Novedades
ISBN:
$16000.00.-

Antecedentes históricos de la China del siglo XXI
Novedades
ISBN:
$12000.00.-

Los combates y las ideas
Novedades
ISBN:
$25000.00.-

Jorge Newbery. El lobo aeronauta
Novedades
ISBN:
$17000.00.-

La terminalidad de la escuela secundaria pública y los programas
Novedades
ISBN:
$13000.00.-




Acercándonos Movimiento Cultural
Rondeau 1651, Ciudad de Buenos Aires
Argañaraz 1245, Avellaneda, Provincia de Buenos Aires
  11 6011-0453
Acercándonos Movimiento Cultural
Rondeau 1651, Ciudad de Buenos Aires
Argañaraz 1245, Avellaneda, Provincia de Buenos Aires
  11 6011-0453