Nos encontramos con Alberto Rosé, sociólogo, investigador argentino de dos hechos históricos fundamentales en el devenir de la clase obrera como son la Revolución de octubre y la Comuna de París.
Este lunes 24 de octubre en la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires, se presentó su libro “Un Argentino en la Comuna de París”, editado por el sello Acercándonos, junto a él estuvo su prologuista, Hernán Díaz, excelso catedrático argentino, investigador especializado en la historia de Francia, lo acompañó también en el panel Fernando Roperto, editor responsable.
— ¿De qué trata tu libro?
— Es un relato histórico en torno al acontecimiento de la Comuna de París y la visión que tiene de la misma el Ministro Plenipotenciario argentino en varias capitales europeas durante los hechos acaecidos entre el 18 de Marzo y el 28 de Mayo de 1871.
— ¿Quién es el Ministro?
— Es Mariano Severo Balcarce, hijo del héroe de Suipacha y yerno del General San Martín, quien dirige sus informes al Ministro de Relaciones Exteriores, Carlos Tejedor, durante la presidencia de Sarmiento. Son manuscritos que envía desde Londres periódicamente y allí manifiesta su horror ante los hechos parisinos.
La Comuna de París, explicado brevemente fue una revuelta popular del pueblo parisino agotado tras una guerra en la que Francia es derrotada y ante las pretensiones pecuniarias del vencedor, Prusia y aliados. Se instala entonces un gobierno autónomo de la naciente Tercera República que toma decisiones trascendentales y únicas. El experimento dura 72 días, tras los cuales el ejército nacional baña en sangre la capital francesa aniquilando sumariamente a 30.000 comuneros en una semana que se constituye en la masacre más espantosa del Siglo XIX. Además la Comuna fue un antecedente de peso en la Revolución de Octubre; lo afirma el mismo Lenin en su libro escrito durante su último exilio en Finlandia durante el otoño de 1917, El Estado y la Revolución. Allí, Lenin promete vengar a la Comuna y no repetir los errores de la misma que fueran señalados por Marx y Engels que por supuesto fueron contemporáneos de los hechos aunque no participaron de ellos. Lenin, toma de la Comuna el esquema burocrático y funcional para la Dictadura del Proletariado que se instala luego de la Revolución de Octubre.
— ¿Qué decisiones toma la Comuna y qué dice de ellas Balcarce?
— Elimina el ejército, laiciza la educación, prohíbe la prostitución y el trabajo nocturno en las panaderías, difiere el pago de alquileres, obliga a las Casas de Empeño a restituir las herramientas enajenadas por los trabajadores, pone en marcha la producción en fábricas y talleres abandonados por sus propietarios y los transforma en cooperativas obreras, arma al pueblo sublevado, destruye símbolos imperiales y monárquicos, etc. Balcarce denuncia cada medida por su contenido subversivo y advierte en sus informes, muy anticipatorios, el contenido social de la revuelta y la necesidad imperiosa de tomar medidas preventivas en nuestro país.
— ¿Qué otras voces se dejan oír en tu obra?
— Muchas veces contrasto la información que brinda Balcarce con la que narran dos famosos comuneros, Prosper Lissagaray un periodista nacido en Toulouse y de relación estrecha con la familia Marx y Louise Michel, la Comunera que es símbolo de la revuelta, y personaje ineludible para narrar la historia de la Comuna. Por supuesto la visión de Balcarce y la de los comuneros son diametralmente opuestas. Balcarce odia a la Comuna, teme a sus líderes, se hace eco de infundios y subregistra la terrible represión a la que es sometida.
— ¿Qué fuentes usaste?
— Las cartas de Balcarce que se encuentran en el Archivo del Ministerio de Exteriores y Culto de la Cancillería argentina. Un acervo archivístico extraordinario, un verdadero tesoro documentario.
— ¿Quisieras agregar algo?
— Balcarce, yerno de San Martín tiene una lógica cercanía con el Libertador y su legado histórico, en mi libro hay algunas situaciones inéditas nunca recogidas con anterioridad por los biógrafos del Padre de la Patria.
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