Río Adentro es una novela escrita por cuatro autores de forma íntegramente colectiva. Su particular forma de narrar tres historias en forma simultánea le confiere a la lectura un tono ágil y empinado. Los tres personajes principales, con su voz narradora (en primera y tercera persona respectivamente) entraman una historia de engaños y abusos. Transcurre en una Buenos Aires caótica e insegura con un relato mediático que resalta el miedo y la incertidumbre. Una sucesión de supuestos hechos terroristas justifica la aparición de grupos civiles. Identificados con corbatas amarillas se organizan para garantizar la seguridad. Los negocios inmobiliarios están en la mira y tienden el puente hacia el otro ambiente: el Delta. Allí la novela nos invita a navegar por los canales angostos y sucios de una familia perversa. Fuera de una pacífica quinta familiar, con sus galerías de madera y extensos jardines floridos, abundan las casas de chapa metidas en el barro. Centenares de personas motivadas por un dirigente comunista se preparan para resistir un desalojo que pretende tomar posesión de las tierras y construir un predio para el club más importante de Tigre.
Son tres personajes jóvenes lo que llevan adelante el relato, con su voz narradora, su punto de vista y su propio vértigo. Cada uno de ellos ensaya una vía de escape, una línea de fuga por la cual salirse del horror y el engaño. Matar al silencio es un delito que trae consecuencias.
Río adentro describe con fenomenal severidad y precisión los andariveles perversos de la familia patriarcal. La familia que se representa es quizá el modelo originario, el molde crudo y animal de nuestros antepasados. De ahí que asesinar el secreto sea quizá el único acto posible, la única salida. Claro, que sin consecuencias, no hay acto.
Se trata de una novela colectiva que, como tal, conlleva una magia indescifrable pero no por eso imperceptible. La construcción de una narrativa que excede la pluma individual pero no por eso se fragmenta ni se rompe, es el elemento más destacado de esta obra. El quinto narrador, no ya la suma de los cuatro sino uno imaginario que trasciende al grupo y crea su propia voz, es un logro sorprendente que dejará una huella en la historia de la literatura. Río Adentro encarna el nacimiento de un nuevo tipo de escritor. Su lectura nos insta a volver a hacernos esa pregunta sartreana acerca de qué es la literatura pero en el sentido de quién o quién-es la construyen.